El Museu Valencià d´Etnologia recibe 3.000 fotografías de Vicente Tortajada

La viuda del fotógrafo Vicente Tortajada, Alicia Caro, ha donado al Museu Valencià d´Etnologia unas 3.000 fotografías que formarán parte de su archivo como testimonio gráfico de una época, desde los años 60 en que comenzó su actividad, informaron fuentes de la Diputación de Valencia. Según explicaron, aunque los comienzos de Tortajada fueron como guionista de cómics, sus inquietudes eran mucho más amplias y pronto comprendió que la fotografía era para él más interesante y de mayor categoría.

De ahí que dejase aparte sus escritos y se dedicase a retratar sus viajes, las tradiciones valencianas, personas, paisajes, objetos o instrumentos musicales. Todo tipo de temáticas servían para los encargos que recibía y para componer su archivo fotográfico personal.

"Bohemio y creativo", como lo definieron, Tortajada siempre mostró su interés por temas de lo más variados. Leía mucho, llegó a escribir literatura infantil y trabajó para la Editorial Valenciana, donde realizó guiones para dibujantes de cómics.

En este sentido, su mujer explicó que "siempre fue un autodidacta", ya que, "cuando en Valencia aún no se positivaba en color, él compró una cámara de paso universal, recibía revistas americanas escritas en español y aprendió en ellas a revelar sus fotografías". Fueron las primeras imágenes en color en Valencia, allá por el año 1961.

En un principio, el fotógrafo trabajaba haciendo portadas de discos de vinilo, con fotografías que revelaba en su casa y más tarde en su propio estudio. Realizaba trabajos publicitarios e industriales, como catálogos de productos para empresas. También recibió encargos de grandes agencias de España y del extranjero, como ´Nueva Era´, con la que se encargó en aquel tiempo de lo que actualmente es la Feria Iberflora.

Sin embargo, señalaron que su interés por la fotografía "no se limitaba a los encargos que tenía". Su idea era tomar fotografías para él y tener un gran archivo, el germen de una agencia para ofrecer imágenes de cualquier tema a todo aquel que las necesitase.

Así, Caro comentó que actuaba "por pálpitos", pero siempre tenía especial preferencia por lo humano y lo artesanal, por las tradiciones; "quería fotografiar lo que leía, aunque era difícil conseguirlo todo".

Entre las fotografías donadas al Museu Valencià d´Etnologia destacan imágenes de un viaje a Rumania, su primer contacto con el mundo comunista durante el mandato de Ceacescu, imágenes del románico catalán antes, incluso, de que fuese restaurado, fiestas como las de Ciudadela o las Fallas, así como paisajes naturales como La Albufera.

Según recordó su esposa, una vez se fue él solo con el coche a Marruecos "y vino emocionadísimo", porque consiguió fotos de las mezquitas en su interior y de los tintoreros de cuero en Fez. "Cuando al familia íbamos a la playa", continuó, "nos dejaba allí y se iba a hacer fotos del proceso del arroz". No dejaba pasar las novedades fotográficas, de las que siempre estaba informado a través de suscripciones a revistas como National Geographic, enciclopedias y libros.

Tortajada estuvo 25 años dedicado a la fotografía, entre 1961, cuando tuvo su primera cámara, y 1986, en los que fue perfeccionando su técnica, siempre con el fin de que sus instantáneas que pudieran ser útiles.

El Museu Valencià d´Etnologia registrará, escaneará y guardará este documento gráfico, cuyo estado de conservación es muy bueno, compuesto por más de 3.000 imágenes únicas de un momento, de una época y de un fotógrafo.

Fuente: Panorama Actual