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CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

domingo, 18 de noviembre de 2007

Ricardo Trabulsi en un autoretrato

APASIONADO en cada una de las facetas de su vida, Ricardo Trabulsi es uno de los fotógrafos más reconocidos de México. Foto: DANIELA TRONCO

DANIELA TRONCO

Se define a sí mismo como un tipo obsesivo y eso se puede corroborar al entrar en su estudio; “orden” es la palabra con la que se puede definir ese gran espacio, donde cada cosa tiene su lugar. Es ahí, en su oficina, donde Ricardo Trabulsi, uno de los fotógrafos más afamados de México, nos dejó conocer más de su vida personal y profesional.

Mencionar su nombre en el mundo de la fotografía es sinónimo de éxito y talento. Por su lente han desfilado un sinfín de artistas que van desde Ricky Martin, Thalía, Paulina, Miguel Bosé, Timbiriche hasta intelectuales, políticos y modelos. Ha sido el fotógrafo de importantes campañas publicitarias y portadas de revistas como “Caras”.

Su gran talento no sólo artístico, sino también en los negocios lo han llevado a diversificar su trabajo en varias ramas: en la fotografía, con su mismo nombre “Trabulsi” que ya es una marca; en la educación con la Academia de Artes Visuales (AAVI), que él dirige; y Zona 5 una empresa que ofrece servicios fotográficos con otros cuatro reconocidos fotógrafos.

SUS INICIOS
Su carrera como fotógrafo inició hace 20 años, cuando le llamó la atención la fotografía, así que le pidió a su papá que le comprara una cámara, fue entonces que el amigo de un amigo de él le ofreció trabajo como su asistente.

Fue así como empezó el inicio de una gran carrera que se ha construido a base de dedicación, trabajo y esfuerzo.
Comunicólogo de profesión, durante la carrera ya trabajaba como asistente del fotógrafo y al terminar la licenciatura se dio cuenta de que la fotografía le gustaba más y además le daba más dinero.

Al hablar de la decisión que tomó al dejar su carrera como comunicólogo dijo: “Considero que fue buena. El principio, como en cualquier cosa, fue difícil aunque como fotógrafo lo es más, porque uno al iniciar no tiene dinero y el equipo es muy caro, además que abrirte camino es un poco complicado, al igual que hacerte de un nombre, que conozcan tus fotos”, dijo.

Considera que el éxito de un fotógrafo se basa en qué tanto se sabe mover en otros medios que son complementarios a la profesión, tales como saberse vender, saber promocionar su trabajo, relacionarse, etc.

EN LA CIMA
Para él la fama es un tema difícil de comprender: “Es algo bien raro, porque no es como que te den un premio o algo que diga que ya eres famoso. Es un fenómeno del que ni cuenta te das, porque se empieza a generar paralelamente a tu vida cotidiana. A veces llegaba gente aquí y me decía que si yo era Trabulsi y yo creía que los conocía. Pero como yo soy un fotógrafo al que no le importa mucho eso, ni me percato de ello, no me importa saber qué tanta presencia tengo en los medios o cuánto se habla de mí. Un día te das cuenta de que lo eres porque alguien que conoces te lo dice, aparte depende mucho del medio en el que te desenvuelves, en mi caso como yo retrato gente famosa, pues la gente da por hecho que yo lo soy”.

Eso deja ver mucho de la sencillez que lo caracteriza, porque a pesar de ser muy reconocido, la fama, que sí la tiene y mucha, no se le ha subido a la cabeza.

Considera que la clave del éxito está en poner atención en la relación que tiene con la gente que lo rodea, especialmente con sus clientes, no mezclar las relaciones personales con el trabajo, no meterse con las modelos ni con las artistas, hacer bien su trabajo y dar un poco más de lo que le piden.

De todos los géneros de la fotografía su fuerte es el retrato. El impacto y la austeridad son las características que siempre imprime en sus retratos. Dentro de los personajes a quienes le gustaría retratar menciona a Elba Esther Gordillo, a quien se imagina de frente en un fondo blanco dando una carcajada y al comandante Marcos, que ya no es más un deseo, porque durante la entrevista le llamaron para decirle que lo iba a fotografiar al día siguiente.

Confiesa que no deja de ponerse nervioso frente a quienes admira y respeta mucho, pero que trata siempre de tener el control.

AAVI
Dentro de sus muchas facetas es Director y fundador de la Academia de Artes Visuales, un espacio abierto para la enseñanza, la producción y el desarrollo de las artes visuales que busca crear en todos sus alumnos una formación completa y adecuada al mundo contemporáneo.

Una de sus grande pasiones es dar clases, “te puedo decir que mi vocación no es de fotógrafo, sino de maestro. Soy más maestro que fotógrafo, me sale mejor y me apasiona más”, dijo.

Descubre su vocación por la enseñanza a los dos años de ser fotógrafo, cuando un amigo lo invita a cubrirlo en unas clases, entonces regresa a su alma mater que es la Universidad Iberoamericana donde pide trabajo y se lo dan como maestro de fotografía. Surge un desacuerdo con el sistema educativo de los jesuitas, deja la Ibero y se pregunta cómo ser maestro y no morir en el intento y deduce que la mejor forma es poner su propia escuela, habla con un amigo, se asocian y nace así la Academia de Artes Visuales hace siete años.

“Ha sido dificil, porque una escuela no es como un restaurante o un antro, que se ponen de moda. Aquí vamos a paso lento, pero igualmente ha sido muy gratificante ver que estamos haciendo escuela, que no es lo mismo que ser una escuela. Nosotros enseñamos la fotografía desde otro punto de vista, con más cultura visual, fotografía más profesional”.

De sus alumnos ha aprendido mucho, “Ellos me han enseñado sobre todo a ir por la vida sin miedos. Los adultos estamos en una zona de confort y nos da mucho miedo atrevernos a ciertas cosas y los jóvenes simplemente las hacen. Ellos me contagian de esa energía, empuje y apasionamiento para salir adelante”, puntualizó.

LA PERSONA
Se define a sí mismo como “una persona medio obsesiva y neurótica que ha aprendido a disfrutar de las cosas sutiles y buenas que tiene la vida, que no le gusta lo chafa, que tiene sentido del humor y encanto cuando se lo propone, que incluso puede resultar muy chocante igual si se lo propone y que está muy centrado en las cosas que le interesan, un buen padre, amoroso, con pocos amigos y generalmente en pareja”.

Sorprende ver que una persona que se mueve en un mundo muchas veces catalogado de superficial como es la moda y el espectáculo, esté muy interesado en el activismo. “Me interesa mucho mi labor como ciudadano comprometido con su sociedad”.

Al hablar de esto hace una muy fuerte confesión: “El activismo es la faceta de mi vida que más me apasiona. La educación tiene mucho de activismo, un educador de alguna manera es un agente de transformación social. La que menos me apasiona y más me aburre es la fotografía, pero es la que hago mejor y de la que vivo.

Con tantas facetas y proyectos es muy poco el tiempo que le queda para su vida personal, “es muy poco y me duele”, dice.

Admira como fotógrafo a Richard Avedon y a nivel nacional a Enrique Covarrubias, porque lo considera una persona íntegra, que no solo toma buenas fotos, sino que es buen empresario, etc.

De las cosas que más disfruta en la vida destacan: el sexo, la buena comida, sus hijos y las mujeres, pero no en sentido obseno ni morboso, sino su plática, su belleza y su ser. “Disfruto mucho sentirme varón frente a una dama”.

A mi pregunta si se considera uno de los mejores fotógrafos de México contesta tajante: “Yo sé que estoy en ese rango como que estoy en esa lista imaginaria, pero nunca me pongo a pensar en eso, ese tema se hace un tanto arcaico, es como estar siempre viéndote en relación a la cima, ¿cuál cima? la tierra es redonda, es como pensar dónde está la línea del éxito de una pelota. Yo me leo un poco más en relación a las cosas que realizo” finalizó.

Fuente: Diario del Istmo


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