Toni Navarro descubre los secretos de su mirada

El artista tarraconense expone en el Moll de Costa del Port de Tarragona su obra fotográfica, escultórica y audiovisual

-->por Carlos izquierdo

Una cruz enlutada, clavada sin piedad, impone su bienvenida. Sirve de antesala, en un breve espacio en el que se acumulan hasta tres esculturas con herencia de tótem y convenientemente custodiadas por una imagen. «Quiero investigar nuevas fórmulas en la fotografía», asegura Toni Navarro. «Deseo fotografiar escultura creada por mi mismo. Ese sería el nexo de unión en mi intento de abrir nuevas líneas de trabajo». Sólo es el primer espacio, y un aviso de lo que está por venir, de la exposición La mirada descoberta (desde ayer hasta el 25 de noviembre en el Tinglado 1 del Moll de Costa), la primera muestra individual del artista tarraconense en casa.

Y, de repente, el ancho del trabajo. Sesenta imágenes en blanco y negro; duras, frías, humanas y sin vida, animalizadas, bestiales... «Sobre todo predomina el reportaje social. Es el fruto de mis viajes. Una fotografía directa, con una nueva visión, diferente», analiza Navarro.

De miradas y ángulos

La pupila de Toni Navarro se proyecta, objetivo en mano, hasta los ojos de sus retratos. En la obra del tarraconense abundan las miradas y los ojos parlantes, que expresan, silenciosamente, deseos, angustias, miedos, soledades... Detalles robados por el observador paciente, que ha dedicado en su muestra un rincón cariñoso a sus camaradas Josep Maria Roselló, Pep Escoda y Pau Gavaldà.

No faltan los guiños a un mundo decadente, sumido en las ruinas de los grises que unen la obra. «Arrepentíos y creed en Jesús El Mesías, actualmente entre nosotros de carne y hueso de incógnito», reza la pancarta que sostiene su enésimo protagonista anónimo, entre la curiosidad y la burla de un decorado sin ritmo, final anticipado de una fiesta hambrienta de risas y promesas, como la imagen de la atracción de feria que luce desierta y cerrada.

Documental

Pero si hasta ahora se conocía a Toni Navarro era por su valiente apuesta audiovisual en The Kalam Revolution, un documental exquisito que aborda las adopciones desde El Nepal. El tercer espacio se dedica íntegro a aquel viaje que varió el rumbo de su vida y con el que, «después de mucho trabajo a las espaldas», el tarraconense comenzó a ser reconocido.

Fuente: Diari de Tarragona