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CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

viernes, 19 de octubre de 2007

Bernard: "El punto de partida de mi trabajo es el respeto, y sobre todo a las víctimas"

Algunas de las fotografías sobre el conflicto vasco expuestas por Clemente Bernard en el Guggenheim.Foto: efe


tras la polémica, el fotógrafo relata su experiencia
El museo Guggenheim ha mostrado su apoyo al artista y ha defendido la legalidad de su obra

Estado Español (pamplona). El fotógrafo Clemente Bernard, primer navarro que expone en el Guggenheim, ha pasado, de la noche a la mañana, de disfrutar con la exhibición de su obra en la muestra que celebra los diez años del museo a verse en medio de una polémica generada por una de sus fotografías que ni siquiera está expuesta. La obra en cuestión, una fotografía realizada a la radiografía del cráneo de Miguel Ángel Blanco exhibida por los médicos que le atendieron, ha disparado las críticas de la Asociación de Víctimas del Terrorismo a las que se ha sumado el Partido Popular y algún que otro medio de tirada nacional.
Para intentar comprender de una manera cuerda este brutal latigazo mediático de la razón de la sinrazón lo mejor es dar voz a su protagonista y narrar los hechos desde el principio. Para ello charlamos con un Clemente Bernard nervioso, que se siente manipulado, afectado y sobrepasado por la dimensión que están tomando los acontecimientos pero con las ideas muy claras y manifestando en todo momento una sobresaliente ética profesional y coherencia profesional fuera de toda duda.
Precisamente, es el propio artista el que quiere comenzar apuntando las claves de cómo ve su profesión, el fotoperiodismo. "Mi primera razón para hacer fotografías es vivir historias que les pasan a determinadas personas. Posteriormente, utilizo la fotografía como medio de expresión para afrontar esas vidas porque me satisface particularmente la forma que tiene la fotografía de tratar la realidad. Para mí la fotografía es frágil y débil, porque yo nunca he creído en el excesivo poder que le otorgamos a la imagen. También es un reto porque miente y dice la verdad al mismo tiempo, es como el filo de una navaja en el que te tienes que mantener para contar las cosas que pasan, y eso es difícil. Por otra parte, es un medio interesante pero que plantea muchos problemas para hablar de realidad y de la vida de las personas y, además, colocarlas en un contexto periodístico. Pienso que desde el primer momento en que un periódico decide publicar una fotografía lo hace con la intención de aportar evidencias", explica Bernard.
La exposición Hasta aquí llegaría la teoría profesional de un autor que cuenta con más de 20 años de profesión y que ha dedicado buena parte de ellos a fotografiar y retratar conflictos y sus víctimas. Una trayectoria que fue reconocida por Rosa Martínez, comisaria de la exposición Chacun á son goût ( Cada uno a su gusto), inaugurada el pasado martes en el Guggenheim y en la que se recogen 60 fotografías de Clemente Bernard, entre las que se cuentan 12 sobre el conflicto vasco.
"En primer lugar hay que decir que soy fotoperiodista y en calidad de tal fui seleccionado por la comisaria de la exposición, Rosa Martínez, para participar en una exposición de artistas vascos que conmemorara los diez años del Guggenheim, muestra que le fue encargada por el propio museo. A ella le gusta mi trabajo, se informa y me llama en enero. Me expuso las circunstancias de la exposición y acepto gustoso, ya que yo, entre otras cosas, hago fotografías para que se vean. Ella conoce parte de mi obra pero no su totalidad así que para esta exposición parto desde cero. La relación ha sido muy intensa, nos hemos entendido muy bien y hemos barajado prácticamente la totalidad de mi trabajo, de hecho, hemos llegado a analizar unas 1.500 fotografías. Para la selección final utilizamos diversos criterios, desde el contenido hasta el tipo de reportajes que queríamos mostrar. Finalmente elegimos cuatro temas diferentes de todos mi trabajos y cuatro fotos que ocuparían el cubo central que tenía la sala donde iban a ser exhibidas. Los temas elegidos fueron un reportaje sobre los jornaleros andaluces, otro reportaje sobre una huelga de hambre de presos turcos y de sus familiares en un barrio de Estambul y otro encargo que me hicieron sobre la huelga petrolera contra el Gobierno de Hugo Chávez en Venezuela que se complementa con fotos sobre la violencia en Caracas. Además, expongo algunas fotos sueltas extraídas de reportajes más amplios como una imagen nocturna de la cárcel de Carabanchel una semana después de su cierre (1998), una foto sobre los trabajos de recuperación de la memoria histórica que muestra la exhumación de una fosa, una imagen del atentado del 11-M en Madrid o una fotografía de los ancianos de la Misericordia haciendo gimnasia Y, finalmente, una de las paredes la ocupa un serie de 12 fotografías sobre el conflicto vasco", relata el fotógrafo pamplonés.
'Basque Chronicles' Las imágenes que sobre el conflicto vasco se pueden ver son un selección de un trabajo que a Clemente Bernard le ha llevado 14 años de su vida, desde 1987 hasta 2001, y que se basa en unas 100 fotografías, aunque en la muestra sólo se pueden ver 12. "Éste es un trabajo que yo abordo de forma personal, porque no encontré otra forma de hacerlo. No quería depender de ningún medio de comunicación porque quería ser lo más independiente posible, ya que era un tema que requería ese tipo de independencia, rigor y calma. Es decir, no es un tema para solventar en un día, en una semana o en un mes. A lo largo de estos 14 años ha habido de todo, alegrías y tristezas. Fue un periodo de tiempo que yo también utilicé para ir puliendo el trabajo, ver cómo lo quería mostrar, qué quería enseñar o qué cosas faltaban", resumen Clemente sobre esta obra, un trabajo con el que, al igual que todos los de su carrera, el autor "intentaba comprender, vivir las vidas de los demás pero para comprender las cosas que no se entienden. Y en este caso, el conflicto vasco es suficientemente enigmático como para intentar comprenderlo, tanto como fotógrafo y como persona. Por otra parte, lo he fotografiado de la manera más coherente que he podido. El tema del respeto está presente en este trabajo y en todos los demás, ya que si fotografías personas, el punto de partida es el respeto. Yo no me dedico a agredir con mi cámara. En cuanto al respeto a las víctimas, es fundamental, sean cuales sean. Además, este conflicto sucede en el lugar en el que vivo y éste es un dato fundamental, ya que no es lo mismo que irse a Estambul, un lugar en el que yo no conozco ni la lengua ni las costumbres. Lo que retrato en esta serie es algo que sucede en las calles que piso todos los días y todos sabemos que es un conflicto duro, sucio, violento y confuso. Y así he tratado de fotografiarlo, no hay más, no he querido dar explicaciones ni imponer una visión; sólo es mi visión".
La polémica A la hora de seleccionar las imágenes de esta parte de su exposición, tanto Bernard como la comisaria de la exposición, Rosa Martínez, teniendo el respeto como premisa principal y debido a que "éste es un conflicto en el que hay violencia y muchos muertos", decidieron consultar y recabar el consentimiento de las familias que se podían ver afectadas por la exhibición de alguna de las fotos. "Uno de estos permisos sobre una fotografía se pidió a la familia de Miguel Ángel Blanco, a través de su fundación. Se trataba de una imagen tomada el 12 de julio de 1997 en un comparecencia que realizaron los médicos del hospital donde había sido ingresado Miguel Ángel Blanco. En esta comparecencia los médicos mostraron en una pantalla de luz las radiografías de la cabeza de Miguel Ángel Blanco para mostrar a los periodistas dónde estaban alojados los proyectiles. Y yo fotografié esa mesa de luz con las radiografías. Posteriormente, y siguiendo mi trabajo sobre el conflicto vasco, esta foto pasó todos mis filtros éticos porque creo que refleja la terrible muerte de Miguel Ángel Blanco de una forma al mismo tiempo brutal y tan ambigua como para no faltar al respeto ni a la víctima ni a su familia. Es una foto donde él no aparece pero, de alguna forma, está; de una forma terrible, realmente, pero indirecta y tangencial. Por ejemplo, no es como la foto que fue portada de muchos periódicos del propio Miguel Ángel Blanco entrando intubado en el hospital. Además, cuando yo veo mi fotografía no me queda otro remedio que empatizar con esta persona a la que le han metido dos balas. Cuando veo a un familiar acariciar el cadáver de su hermano, militante de ETA muerto, no me queda otro remedio que empatizar con esa historia porque son muertos en un acto de violencia de un conflicto oscuro y difícil de comprender, en ambos casos ", explica Bernard.
A pesar de estar convencido de no faltar al respeto a nadie, Clemente Bernard envió una carta pidiendo permiso para su exhibición a la hermana de Miguel Ángel Blanco. "Fue una carta extremadamente educada, exponiendo las circunstancias de la exposición e incluso los artículos de la ley de protección de la intimidad y el honor, por si ellos consideraban que podían verse afectados, y pidiendo su permiso para la exhibición de la imagen. Además, les envíe, porque lo creía necesario y siempre hay que jugar limpio, el contexto en el que iba a ser mostrada la foto. Es decir, les envíe un cliché con las 14 imágenes que iban a ser mostradas en un principio junto con sus pies de foto. Ellos respondieron de una forma un tanto agresiva diciendo que no porque vulneraba el derecho a la intimidad y al honor; y que era una humillación a la víctima como recogía el código penal, de tal manera que sus abogados tomarían medidas si se mostraba. Yo les contesté que no se preocuparan, que la foto no iría en la exposición bajo ningún motivo porque ellos no querían", apunta el fotógrafo. En la selección final, resume Clemente Bernard, "aparecen, por ejemplo, imágenes de un acto de condecoración en el cuartel de Intxaurrondo, un coche ardiendo en Pamplona, un funeral de dos guardias civiles muertos por ETA, un cuartel de este cuerpo tras un atentado o una foto de un miembro de ETA muerto en 1991".
lapidación pública Después de del cruce de cartas, Clemente Bernard dio por zanjada la cuestión hasta que el pasado domingo "recibí una llamada de un periodista de El Mundo diciéndome que tenía unas informaciones acerca de un grupo de fotos que eran problemáticas... que si tenía permiso, que si no. El propio periodista me dice que esa información sale de la Fundación Miguel Ángel Blanco que ha filtrado, creo que de una manera desleal, la carta que yo les envié junto con mis datos, mi teléfono móvil, el cliché con las fotografías y los pies de foto. Para mí han filtrado un material que yo creo que es confidencial, y pienso que es una agresión a mi intimidad. Esta situación me pilla descolocado, pero todo sigue con normalidad, el martes tiene lugar la rueda de prensa en la que se presenta la exposición y ésta se inaugura. El miércoles fue cuando estalló todo con la portada del ABC, la información en El Mundo , y todo entra en una deriva absurda que se pasa", explica Bernard.
las acusaciones En sólo dos días, las acusaciones realizadas sobre Clemente Bernard han sido muchas y de todo tipo. La principal apunta a que el fotógrafo pamplonés ha tratado de diferente manera a las víctimas del conflicto. "Es algo que no entiendo. Se me ha acusado de dar una visión sesgada o de mostrar la esquizofrenia o la perversidad que está instalada en la sociedad vasca. Yo creo que son sólo fotos, y una vez que salen de mi mirada están sometidas a las lecturas de cada uno, que es algo que respeto. Pero en este caso creo que se está yendo un paso más alla, con una lectura esquizofrénica, confrontando fotos y contado si hay tres de esto y tres de lo otro... y es que yo no entiendo qué es esto y qué es lo otro. No sé qué pensar cuando se me acusa de apología del terrorismo, creo que es injusto y creo que obedecerá a intereses que desconozco".
Otra de las cuestiones sobre las que se ha generado más polémica son los pies de foto que el artista ha colocado a sus imágenes. "Por ejemplo, en la imagen que se expone de varios encapuchados el pie de foto dice: 'Militantes independentistas se enfrentan con la Policía Nacional en Pamplona'. Yo creo que es un pie de foto informativo y la característica que les une en ese momento es que son independentistas y que militan en una ideología. Por eso están actuando de esa manera, posiblemente tengan otros rasgos, pero si están tirando piedras es por esa característica. Para mí los pies de foto tienen que ser informativos, no deben tener juicios de valor, si no serían literatura u opinión. Para unos serán heroicos luchadores por la libertad de Euskal Herria y otros pensarán que son terroristas callejeros que están destrozando las calles de Pamplona; pero ésa es una lectura a posteriori que a mí me desborda y no es mi interés proporcionarla. Simplemente es un hecho que pasa y que yo fotografío como mejor puedo. Las fotos no son inocentes pero tampoco son culpables, tienen tanta capacidad para decir la verdad como para mentir. El uso que se hace las fotos es más importante que la propia imagen".
Exposición de la AVT Al margen de respetar, evidentemente, la decisión de la familia, Bernard mostró sus sorpresa ante la negativa a exponer su foto porque "la propia fundación está itinerando una exposición por Europa, que se inaugura la semana que viene en Londres, con 100 fotos de prensa sobre el conflicto y las víctimas. Muchas de estas imágenes son parecidas a las mías y algunas son más duras, como la de un guardia civil con una niña, a la que se ve destrozada por una bomba".

Las experiencias de Medem o SA
El caso de Clemente Bernard es uno más de una lista que tiene entre sus máximos exponentes los casos del documental 'La pelota vasca' de Julio Medem o el juicio al que se vio sometido el grupo Soziedad Alkoholika por la letra de una de sus canciones. El caso de director guipuzcoano es, si cabe, el más parecido, ya que tanto él como Clemente Bernard enviaron el guión de su filme y las fotografías que se iban a exponer a todas aquellas personas que se podía ver afectadas. En ambos casos, la honestidad en la forma de actuar se vio contestada con manifestaciones contra su obra por parte de la Asociación de Víctimas del Terrorismo que estuvieron acompañadas de una potente campaña mediática. Son dos casos más a los que hay que sumar otros muchos entre los que se puede nombrar a grupos musicales como SuTaGar o Berri Txarrak. En el caso de Clemente Bernard, el Partido Popular ha pedido la retirada de las fotografías y la hermana de Miguel Ángel Blanco ha dicho que no parará hasta que las mismas dejen de exhibirse, todo ello aderezado con editoriales periodísticos en los que se acusa a Bernard de buscar la polémica para conseguir notoriedad. >f.f.g.


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