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CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

lunes, 27 de octubre de 2008

‘Vanity Fair’ retrata la historia

La emotiva imagen de una sonriente Diana de Gales. La poderosa presencia de Arnold Schwarzenegger en lo alto de una montaña. La extraordinaria posición de Isadora Duncan a las puertas del Partenón de Atenas. Faye Dunaway extendida sobre un coche, rodeada de fans y de un Oscar inmenso.

Y James, Joyce, Picasso, Jack Nicholson, Katharine Hepburn, Charles Chaplin, George Bernard Shaw, James Joyce, Claude Monet y unos recién casados Frida Kahlo y Diego Rivera.

Estos son sólo algunos de los ejemplos que relucen de la exposición Vanity Fair Portraits (Retratos de Vanity Fair), que reúne en una sección del Museo de Arte del condado de Los Ángeles las fotografías, portadas, videos y documentos más sobresalientes desde que en 1913 se publicara el primer número de la revista de moda y farándula.

Desde entonces, la famosa e influyente publicación no sólo ha retratado la cara de los representantes de la cultura, la política y la sociedad contemporánea, sino que también ha definido las normas del buen periodismo, alejándose de modas imperantes y publicando artículos en profundidad de temas de actualidad.

La exhibición se divide en dos partes: 1913-1936 y 1983 hasta la actualidad (entre 1936 y 1983 Vanity Fair dejó de publicarse, después de su fusión con la revista Vogue; los documentos de tal asociación forman parte del evento).

Por supuesto, la que pertenece a las últimas tres décadas es la que llama más la atención: el primer retrato que ocupa la entrada de la exhibición es el titulado Leyendas de Hollywood y que la actual directora de fotografía de Vanity Fair, Annie Leibovitz tomó en 2001.

La imagen es puro glamour: Nicole Kidman, Catherine Deneuve, Meryl Streep, Gwyneth Paltrow, Cate Blanchett, Kate Winslet, Vanessa Redgrave, Chloe Sevigny, Sophia Loren y Penélope Cruz posan como si se trataran de reinas y princesas pintadas por un autor renacentista.

A esta fotografía cabe añadir la de un confiado George Clooney rodeado de modelos (y que está acompañada de un video en el que se observa el elaborado proceso de creación de la imagen, que tuvo lugar en los Estudios Universal en Hollywood); la de una Jennifer López semidesnuda; la de una vulnerable Jennifer Aniston en el año de su divorcio, 2005; la de una señorial Madonna como Evita (la cantante ha ocupado la portada de Vanity Fair en media docena de ocasiones); la de un elegante y distendido Robert Mitchum en 1995, dos años antes de morir y con el cigarrillo en la mano; la de un Jack Nicholson en bata jugando golf en el patio de su casa en Mulholland Drive; la de una triste Liza Minnelli mal maquillada; la de unos enamorados Ronald y Nancy Reagan bailando en 1985; o la de de un Clint Eastwood en portentoso primer plano, en la que cada arruga parece una línea de experiencia y madurez.

Por supuesto, tal recorrido fotográfico por las décadas de los años 80 y 90 no estaría completo si no contara con el retrato de Demi Moore, embarazada de siete meses y completamente desnuda, que fue portada de la publicación en 1991.

Hoy en día, es considerada como la mejor portada de la historia después de la de John Lennon y Yoko Ono para Rolling Stone el día del asesinato del ex miembro de The Beatles.

Tras un recorrido tan estelar, adentrarse en la primera etapa de la revista —que incluye los revolucionarios años de la Primera Guerra Mundial, la arrolladora década de los 20 y la mitad de los más conservadores años 30— supone un salto por el tiempo.

Y, además, también un ejemplo de que por aquella época, el naciente séptimo arte no era tan relevante como lo es hoy —algo evidente en la colección de portadas desplegadas en un panel: hasta 1935 estas fueron siempre dibujos y caricaturas de estilo modernista.

Así, en la selección de retratos de dicha etapa sobresalen el citado con Frida Kahlo y Diego Rivera, donde la dominante presencia del pintor eclipsa la diminuta imagen de una Kahlo de aspecto triste; el del escritor H.G. Wells, sentado en el patio de su casa (una imagen de lo más común para alguien de cuya imaginación surgieron relatos tan fantásticos como The War of the Worlds); el del dramaturgo George Bernard Shaw, con una mirada irónica; el de un Claude Monet en el año de su fallecimiento (1926); y, por supuesto, la joya de la corona: Isadora Duncan, brazos extendidos, a los pies del Partenón.

El cine también emerge en los últimos años previos al cierre de Vanity Fair en 1936: ejemplos destacados son los de Charles Chaplin, Bette Davis, Gary Cooper, Katharine Hepburn, Greta Garbo y John Barrymore; o el de Douglas Fairbanks Jr. y Joan Crawford, casados por aquella época, sentados en la playa de Santa Mónica; o el de una enigmática Gloria Swanson que sirve de póster de promoción de la exhibición.

Todos ellos eternos. Todos ellos históricos. Y gracias a Vanity Fair Portraits, todos ellos a nuestro alcance.

Fuente: La Opinion


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