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CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

martes, 21 de octubre de 2008

La fotografía tradicional trata de sobrevivir a la era digital

Víctor Moreno

Los datos son contundentes y el futuro del analógico incierto. Las compañías del sector, cansadas de perder dinero han decidido centrarse en la toma de imágenes digitales y se han olvidado definitivamente del carrete.

El mundo de la fotografía comercial inició su andadura en 1900, año en el que la compañía estadounidense Kodak presentó al público su modelo Brownie, una cámara al alcance de cualquier bolsillo. Este mercado ha vivido desde entonces diferentes revoluciones, pero la más importante ha tenido lugar en esta última década, cuando las empresas han apostado por el digital, mejorando la calidad de las cámaras y rebajando sus precios. Hoy, muchos se preguntan si la fotografía analógica –algunos prefieren denominarla tradicional– sobrevivirá.

La respuesta a esta pregunta no es fácil, pero las cifras parecen querer acabar con la tradición y el carrete. La alarma se encendió en 2002, año en el que se vendieron más cámaras digitales que analógicas. La comercialización de estas últimas descendió en España cerca de un 60% en 2007, pasando la cifra de unidades vendidas de 64.200 a 25.400. Este retroceso significó una caída en picado de los ingresos de las compañías fotográficas –más de 55 %– y una disminución de un 40% en la venta de carretes.

En cambio, el mercado digital español movió 665,87 millones de euros. La venta de cámaras –compactas y réflex– superó la cifra de los tres millones y la adquisición de tarjetas de memoria creció un 36,7%, consiguiendo así ingresos superiores a los 140 millones de euros.

Cambios y evoluciones
No cabe duda de que la mentalidad de la gente ha variado y la imposición comercial de los sistemas digitales ha generado una metamorfosis en la manera de entender la fotografía. “Todos los saltos tecnológicos implican algún tipo de cambio. El impacto social que ha vivido nuestra sociedad en los últimos 30 años ha sido brutal. La fotografía digital es uno de los ejemplos más visibles”, explica Cristóbal Torres Albero, catedrático del departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid.

Este impacto se refleja en los datos estadísticos actuales, ya que el 62% de los españoles guarda sus fotografías en soporte digital, ya sea en discos duros, CD, DVD o tarjetas de memoria. De hecho, más de la mitad de los usuarios de España prefieren visualizar sus imágenes en un ordenador o en otros dispositivos como la televisión, los teléfonos móviles o los marcos digitales.

Otro concepto
A pesar de todo, algunos se resisten a enterrar la fotografía tradicional. La Sociedad Lomográfica Internacional (SLI), una plataforma que lleva más de dos décadas creando nuevas cámaras analógicas y rescatando iconos del pasado no se da por vencida. “Estoy totalmente segura de que el analógico sobrevivirá frente al digital”, comenta Christina Hinrichsen, representante en España de la SLI. “La fotografía digital no siempre se utiliza bien. A veces se pierde el criterio al hacer cientos de fotos sólo porque piensas que no te cuesta dinero. Luego lo almacenas todo y no lo vuelves a ver, se desvanece el concepto de tener una copia física en papel. Por otro lado, las imágenes pierden glamour, intensidad y, en definitiva, el alma”.

Esta agrupación convertida en compañía fotográfica vendió en 2007 más de 300.000 unidades en todo el mundo y no teme que desaparezcan los carretes. “No tenemos ningún miedo. Cada vez hay más personas que retoman la fotografía tradicional. Además, la Sociedad Lomográfica tiene proveedores en Europa y en Asia que fabrican película especialmente para nosotros”, apunta Hinrichsen.

Internet y los usuarios, los mejores aliados para el futuro
El futuro y la evolución de la fotografía digital dependerá de dos factores muy diferentes: los propios usuarios de los cámaras y la utilización que estos hagan de las herramientas que existen en Internet para mejorar la transmisión y la calidad de las instantáneas.

Los expertos de las grandes compañías como Kodak, Sony o Canon están convencidos de que la industria fotográfica deberá escuchar atentamente a sus clientes para saber que camino seguir de ahora en adelante. Y los consumidores ya han dejado las cosas bastante claras, fijando las primeras bases: quieren capturar, manipular, imprimir, visualizar y compartir sus imágenes a su gusto.

Además, parece claro que para ellos las cuestiones o limitaciones tecnológicas no pueden ser un impedimento para lograr una calidad optima y asegurar una portabilidad completa.

El otro aliado inesperado de la era digital es Internet. La fotografía ha ganado importancia en el día a día de la Red y ésta se ha llenado de fotologs –blogs fotográficos–, imágenes del día y reportajes fotográficos accesibles a cualquier usuario.

Para los amantes de la fotografía digital también existen diferentes páginas web que permiten compartir su pasión con el resto de los usuarios del mundo. Flickr, Picasa o Blooger, por ejemplo, son los fotologs más interesantes y utilizados de la Red y permiten crear álbumes virtuales en Internet con acceso libre o restringido.

La lomografía, un movimiento fotográfico diferente
El movimiento fotográfico lomografico nació de forma espontánea en los años 90. En aquella época, la Lomo L-CA, una cámara rusa pequeña, compacta y robusta, “se vendía muy barata ya que en el recién abierto mercado ruso, lo soviético era despreciado y empezaban a primar los productos tecnológicos occidentales y japoneses. Sorprendió su estética y sus características a la hora de hacer fotos de forma rápida, instintiva y sin tener que pensar mucho en el encuadre. Los resultados eran fascinantes, muy saturados de color y con una estética muy particular y llamativa”, explica Christina Hinrichsen, representante de la Sociedad Lomográfica Internacional (www.lomography.com).

El movimiento nació en Viena, como un pasatiempo entre amigos y no perseguía ningún objetivo comercial. Pronto se empezaron a crear murales que se exponían en bares y centros culturales alternativos, hasta que el movimiento traspasó las fronteras austriacas y llegó a ciudades como Berlín, París o Madrid. Lo importante para esta plataforma es compartir y aglutinar amantes de la fotografía tradicional. “Es una plataforma donde se enseñan, se comparten y se intercambian lomografías desde todos los rincones del mundo. Por el momento nuestro archivo almacena más de siete millones de imágenes. La lomografía se ha convertido en un instrumento de comunicación y en un estilo de vida”, añade Hinrichsen.

La lomografía pretende que sus usuarios se sientan libres cuando hacen fotografías, pero también tiene unas reglas básicas: es necesario llevar la cámara siempre consigo; hay que utilizarla en cualquier momento; ‘lomografiar’ no interrumpe el hacer cotidiano; se debe disparar desde la cadera; hay que acércase al protagonista; no hay que pensar; es importante ser rápido; no se necesita visualizar lo que se ha fotografiado y, por último, no hay que preocuparse por ninguna de las reglas anteriores.

Fuente: Expansion


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