La imagen de Marcelo Brodsky.

La respuesta de Martin Parr.

Chile.- Correspondencia es el título de la muestra fotográfica que parte hoy y que retrata un diálogo visual entre el artista argentino y el destacado británico, que visitará nuestro país en el marco de FotoAmérica 2008.

Alejandra Zúñiga C.

El juego consistía en ir escribiendo por turnos una frase o una imagen en un papel que luego era doblado, escondiendo su contenido el que al ser desenrollado muestra el resultado de una colaboración colectiva. Su nombre era Cadaver Exquisito y fue muy utilizado por los surrealistas en la década del 20.

Aunque sin ser una adaptación de aquel método, el fotógrafo argentino Marcelo Brodsky presenta desde hoy en la galería AFA la muestra Correspondencia, una conversación visual, a medio camino de ser un cadáver exquisito, entre él y el también fotógrafo inglés Martin Parr, quien visitará Chile a fines de octubre en el marco de FotoAmerica 2008, encuentro internacional que este año presenta como uno de sus platos fuertes el proyecto sobre playas sudamericanas -que incluye un recorrido por nuestro país- del artista británico integrante de la prestigiosa agencia Magnum.

Se trata de 30 imágenes que funcionan con una lógica de causa y efecto, pero siempre bajo las reglas arbitrarias de sus participantes, donde una imagen enviada por Brodsky tiene su correlato en otra respondida por Parr y viceversa. Este proyecto, que se inició en mayo de 2007 y finalizó en junio de este año, es la tercera experiencia de diálogo entablada por Brodsky con algún artista amigo o cercano, a quien invitó a participar de un proyecto que se aleja de la temática y los formatos usualmente explotados por el argentino, quien es conocido por sus trabajos relativos a los efectos en la memoria de los abusos durante las dictaduras militares de América Latina, partiendo por su país.

"A partir de un cierto momento, consideré que este tema, que venía explorando desde hace 10 años, ya lo había trabajado lo suficiente y por eso me propuse encontrar una idea puramente visual, no tan temática. Necesitaba desarrollar una propuesta no tan vinculada a un discurso, y me pareció interesante elaborar el tema de la fotografía como lenguaje, que es algo que igualmente está en mis trabajos anteriores pero dominado por lo político", afirma a LaTercera.com, Marcelo Brodsky.

Un distanciamiento de una temática que lo conmueve no sólo por empatía sino que refleja su propia historia personal: vivió exiliado en España 14 años y su hermano es uno de los tantos detenidos desaparecidos del regimen de Videla. Es más, a principio de año, Brodsky fue uno de los expositores de la muestra Desaparecidos, que se presentó en Matucana 100 y donde se reunió a destacados artistas latinoamericanos como el brasileño Cildo Meireles y los chilenos Arturo Duclos e Iván Navarro.

Sin embargo, como él mismo reconoce, es difícil no reflejar en todo nuevo trabajo las obsesiones que "uno como fotógrafo" posee, por lo que el tema de la memoria logra colarse por los rincones de algunas fotografías suyas así como también lo hace el sentido irónico y crítico característico en la obra de Parr.

"La particularidad de la relación con Martin, a diferencia del resto de mis interlocutores, es que el viene de una cultura diferente, la anglosajona, y yo soy latinoamericano, entonces tenemos un punto de arranque cultural diferente, por lo que en un principio fue difícil establecer el diálogo, por sus respuestas breves, secas, con un humor característicamente inglés, lo que podemos ver en la muestra así como la evolución de esta conversación y no sólo del diálogo en sí sino de la mayor empatía que se produce entre las imágenes con el correr del diálogo", comenta.

De igual forma, el artista recalca la importancia de la participación del espectador al momento de visitar la obra. "Uno al hacer las imágenes apela a referentes de la historia de la fotografia, de cómo esta se usa o no se usa, de su polisemia, de sus distintas posibilidades de lectura, en la cual debe también participar el público con sus propias reflexiones, porque si se toma el tiempo para detalladamente recorrer este camino que nosotros creamos se comunica con este diálogo y establece uno nuevo con su propia visualidad, de ver cómo se va desencadenando esta historia que es finalmente un juego intelectual, como un juego de adultos", finaliza.

Fuente: La Tercera