«Pretendo que, al ver la foto, el observador escuche el taconeo» Giuseppe Martino_Fotógrafo

LARA MARTÍNEZ MARTÍNEZ

Estado Español (SEVILLA).- Taconeo, palma, volante...A través del objetivo del fotógrafo Giuseppe Martino (Italia, 1970) cada uno de los elementos básicos en el flamenco queda congelado en una veintena de imágenes llenas de expresividad y color: «El embrión de este proyecto ha sido la exploración de los distintos aspectos simbólicos, estéticos y transformadores del baile flamenco, para lograr captar la esencia que nos transmite». La fuerza de la bailaora, el sentimiento y la pasión recogidos en instantes que el italiano ha titulado «Flamencalquimia» o, como el propio artista define, «la magia que transmite el flamenco, lleno de detalles, de momentos, que conforman un todo alquímico donde cada parte del cuerpo, cada movimiento es un engranaje fundamental del poder expresivo y emocional del arte». Para Martino, el flamenco «consigue remover emociones, te llegue o no. En mis fotografías pretendo extraer ese momento mágico que da ese instante en el que te estremeces, aunque siempre jugando con el color». Su primer acercamiento a una cámara fue a los diez años. No tenía mano para la pintura y el dibujo pero le apasionan por lo que los mantiene presentes en sus creaciones. De ahí ese toque pictórico que emana de sus piezas.

Presentó su trabajo en Sevilla el pasado mayo con un homenaje al agua, título de la muestra en Espacio Invisible. «Flamencalquimia» es su primera exposición en torno al flamenco: «La primera vez que vi bailar flamenco fue en Italia, yo no era ajeno al flamenco pero jamás había visto ni sentido nada parecido en mi vida, algo como una excitación y una emoción hasta el llanto». Obsesionado con el movimiento del baile, Martino cuelga trípticos en las paredes de la galería Concha Pedrosa (c/Fernán Caballero, 11) pues le permiten «contar la historia, ir más allá de la foto, hasta que el observador, ante la imagen, escuche el taconeo». Los volantes mantienen la sensación de movimiento lento que continúa en «Seguiriyas» o «Taná grande». El color azul se apropia de la bailaora y su escenario en «Tangos» mientras «Café cantante» juega con el rojo. La favorita de Martino es «Mi voz», donde el tacón de la protagonista pisa la letra m de «Mi voz» impresa en el escenario donde baila. Para el italiano, esta imagen resume la intención de la muestra: «Hablar del flamenco de una manera diferente». Antes que Martino, muchos españoles se adentraron en el flamenco para extraer obras de arte. Resulta interesante que esta propuesta permita descubrir la comprensión de este baile y cante tan andaluz entendido desde la perspectiva de un artista extranjero: «El objetivo de mi exposición, al igual que la mayoría de muestras que compone el Mes de la Fotografía Flamenca, es dar una visión distinta del flamenco, visto a través de los ojos de quien no ha nacido aquí pero que siente el flamenco».

Un elenco de 45 fotógrafos procedentes de Alemania, Chile, Colombia, Francia, Italia, Inglaterra y USA participan en el Mes de la Fotografía Flamenca, iniciativa del Museo del Baile Flamenco en colaboración con la Asociación para el Fomento del Flamenco. Además del propio Museo y de la galería Concha Pedrosa, se suman a la propuesta el Museo de Carruajes, las galerías Carmen Carmona, Studio Hache, Weber-Lutgen, Félix Gómez, Nuevo Arte y El Fotómata; la Universidad de Sevilla, La Carbonería, el Club Arte Vivo y la FNAC. La propuesta se enmarca dentro de las actividades paralelas de la XV Bienal de Flamenco de Sevilla.

«Flamencalquimia» se inauguró el pasado jueves con la visita del director del Museo del Baile Flamenco, Kurt Grötsch, a la galería y el espectáculo del cuadro flamenco compuesto por las bailaoras japonesas Kazuya Chaky y Hyunjoo Kim, el turco Ziya Atagul (guitarra), la turca Asime Ozozer (palmas) y la sevillana Cristina Millán al cante.

Fuente ABC de Sevilla