Una mirada de Egipto, en Ferrol
MARÍA ANEIROS
Su autor tiene 25 años, se deja llevar por la música, practica la tolerancia, saca su vena periodística a través de la fotografía y desprende cierto aire bohemio y aventurero. El reportero, colaborador de El Mundo, estrenó la muestra en un restaurante libanés de Madrid y ahora la traslada a Ferrol, a la calle Magdalena número 170 de la ciudad naval.
Transmiten vidas intensas
José Ramón nos anticipa qué transmiten sus fotografías: "En ellas intenté hacer ver la dureza de sus gentes porque sus rostros y sus arrugas demuestran que viven con más intensidad que nosotros, con más complicaciones y en condiciones tan extremas que a cualquiera de nosotros nos desbordarían", explica.
El ferrolano visitó templos y aquellos lugares marcados de rojo en todas las guías turísticas. Sin embargo, éstos no tendrán protagonismo en la recopilación de 21 imágenes que salvó de una criba de 500 fotos porque "después de recibir el impacto de ver un lugar completamente diferente, a los dos días los monumentos te siguen asombrando pero dejan de sorprenderte, no así las personas, los niños...".
Entre sus imágenes favoritas está con una mirada muy dulce Mustafa: "Un niño hiperactivo, muy alegre que sus padres dejaron en el mercadillo para vender a los turistas y allí no está media hora, sino que siendo un niño trabaja todo el día", relata. También destaca el rostro quebrado por el trabajo y el sol de un hombre cuya mirada lo hizo frenar en seco y volver sobre sus pasos para inmortalizarlo: "No me canso de mirarla, es el señor misterioso, estaba inmóvil en un mercadillo y siempre con la misma expresión", apunta José Ramón.
Y entre tanta maravilla milenaria le asombraron "los jeroglíficos de un templo pequeño con sus colores intactos, impresiona no por lo grande sino por lo perecedero". Y capturó el detalle.
"Sorprende la calma dentro del caos"
Todo viajero guarda en su cuaderno de bitácora -ya sea material o imaginario-, sus experiencias y anécdotas. José Ramón resalta la forma de vivir de los nubios: "Sorprende la calma dentro del caos, no conocen el estrés. Conducir allí es increíble, es una anarquía y nadie se exalta al ver auténticos disparates. El deporte nacional en Egipto bien puede ser para un peatón tratar de cruzar una calle", comenta entre risas.
Y para reflexionar recuerda cómo niños de cinco años intentaban vender droga a los turistas: "Es una situación que provocamos nosotros mismos y manchamos la pureza de esos sitios porque para ellos no se trata más que de garantizar su supervivencia, si la venden es porque saben que tienen compradores. Me quedaba flipando, realmente he visto imágenes muy duras que me abrieron los ojos".
Y no podía faltar el regateo. "Es un vicio y en algunos sitios eran más respetuosos que en otros", matiza. Para el recuerdo, además de las fotos, guarda arena del Nilo .
Marcos hechos con saco, palos y lana
José Ramón contó con la creatividad de su amiga Eva Fraga para vestir las 21 fotografías con un diseño exclusivo y original que ellos mismos fabricaron. El soporte es una tabla de madera forrada de tela de saco (de patatas), adornada con palos pintados, cuyos vértices están unidos con lana .
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