El museo municipal inaugurará hoy su tercera exposición de fotografía antigua.

ANA BLASCO. CAMBRE.

Estado español.- La ropa y sus complementos son un buen instrumento para identificar periodos históricos. Por ello, en el Museo del Yacimiento Romano de Cambre han utilizado este elemento como hilo conductor de la tercera de una serie de exposiciones que hurgan en la memoria conjunta de los vecinos de Cambre, Estampas de Cambre. Tempo, roupa e memoria.
A través de cerca de 400 donaciones de particulares, el museo cambrés ha conseguido hacerse con un archivo fotográfico que supera las 13.000 instantáneas, de las cuales 1.300 ya han sido catalogadas y puestas a disposición del público por medio de una base de datos. "Con él [el archivo] recuperamos la memoria, que es nuestra historia; hacemos que un pueblo tenga identidad", opina el responsable del museo, Ramón Boga Moscoso que, junto con Carmen Pita Seijas, también es comisario de esta exposición.
Pita explica que, durante las exposiciones, se producen "picos" de donaciones de archivos familiares. Sin embargo, destaca que esto sólo supone un 10% de las fotografías recolectadas y que la labor más importante ha sido la desarrollada por Ramón Boga que, puerta por puerta, ha convencido a cientos de vecinos para que compartieran sus tesoros fotográficos. "La gente tiene más cosas que hacer que acercarse al museo a dejarnos fotografías y, además, es la memoria familiar; temen que se extravíen", disculpa el responsable del museo.
La muestra, aunque exhibe imágenes de la segunda mitad del siglo XIX -la fotografía más antigua es de 1864-, se centra en las diferentes formas de vestir de la centuria siguiente. El completo libro editado para la ocasión recoge, además, un repaso por la historia de las vestimentas desde las primeras evidencias de vida en Cambre, en el Neolítico.
Los comisarios de la muestra han querido homenajear en esta ocasión a las "modistillas", "que quemaron su vista y sus manos en la dura tarea de coser, que alternaban con las demás tareas de la casa". En muchas ocasiones, fueron las artífices de que los dictámenes de la moda no pasasen de largo al llegar a Cambre. Copiando los diseños que aparecían en las revistas, los cambreses se vistieron de Coco Chanel, Christian Dior o Balenciaga. "Hablamos de globalización, pero con la lentitud de otros tiempos", señala Pita.
A través de los posados familiares, las imágenes cotidianas y las fotografías de equipos y grupos de amigos, se observa la evolución en el vestir de un pueblo que también se cortó el pelo a lo garccone, que redujo progresivamente el largo de las faldas hasta atribuirles el calificativo de "minis" o que lució elegantes gorros casquetes, característicos de los años 20.
La exposición, que se inaugura hoy, permanecerá abierta hasta el 30 de septiembre

Fuente: La Opinion Coruña