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CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

miércoles, 15 de agosto de 2007

Ouka Leele en estado puro

`Mi querida Adriana absorbida por la tele...´, obra de 1982 / D.

Una veintena de fotografías en blanco y negro mostrarán a partir del próximo día 20 en la Galería Taller Eléctrico de ses Salines la evolución detrás de la cámara de Bárbara Allende Gil de Biedma, Ouka Leele en el mundo artístico. Premio Nacional de Fotografía en 2005, la polifacética artista trae a Eivissa una retrospectiva muy particular de 30 años de profesión, que se inicia con una imagen de «alrededor de 1976» que «expresa alegría» y que para la artista demuestra que «la clave es la composición».

EIVISSA CÉSAR NAVARRO «Prefiero la pintura, pero la fotografía me persigue, e incluso cuando la quise dejar me dieron el Premio Nacional de Fotografía». Eso ocurrió en 2005, pero Bárbara Allende Gil de Biedma, nacida artísticamente Ouka Leele en homenaje al nombre de un mapa estelar inventado por el pintor José Alfonso Morera `El Hortelano´, era ya entonces una de las fotógrafas más reconocidas del país, con una carrera que se remonta tres décadas.

Precisamente, la muestra que se inaugura el próximo día 20 en la Galería Taller Eléctrico incluye una fotografía (imagen de la derecha) tomada en Cádiz «alrededor de 1976», que pasa por ser la primera de la artista. En ella destaca el encuadre, la composición, «lo más importante y lo primero que hay que aprender a hacer». Ouka Leele explica que esta imagen, titulada `Al principio´, rebosa «felicidad». «Me gusta mucho porque es muy espontánea y no tiene preparación». A partir de esta foto, en la retrospectiva que la artista presenta en Eivissa se puede apreciar la evolución de su arte, «aunque hay que fijarse bien, porque, de lo contrario, puedes enmarcar todas las fotos en la misma época». «A partir de entonces -añade-, se aprecia una preparación más cuidada, más escenografía; es una evolución evidente».

La elección de imágenes en blanco y negro obedece a que la artista quiere ofrecer una «oportunidad para ver las fotos como son, en su esqueleto». Teniendo en cuenta que para ella la imagen a través de un objetivo es como «poesía visual», esta muestra permitirá gozar de una parte esencial de su bagaje profesional, de un estilo que ella misma define como «fotografía muy escenográfica, teatral, muy literaria» porque a partir de ella cuenta historias.

Esa necesidad de narrar a través de la imagen la acerca a otra de sus pasiones: la escritura. «Me gusta pensar -explica-, que con la escritura, la poesía, puedes interpretar mil cosas, un mundo, utilizando únicamente un lápiz y un trozo de papel. No necesitas modelos posando o irte a una montaña para montar un paisaje. Puedes evocar imágenes increíbles que después serán diferentes en la mente de quien las lea, y eso me encanta, porque cuando fotografías o pintas estás encasillando la imagen, dando una única oportunidad; por el contrario, con la escritura dejas totalmente abierta la imagen a la interpretación».

La pasión por la escritura no concuerda con su declarada preferencia por la pintura de entre todas las disciplinas artísticas: «Todo lo que hago me gusta, aunque la imagen y trabajar con las manos, como dibujar y pintar, es algo especial para mí». Esta preferencia tiene su explicación por el placer que encuentra Ouka Leele en «la contemplación y la observación de la naturaleza». Aunque le satisface esta necesidad, reconoce que con el uso de la cámara le llega un momento en que «me molesta tener que utilizar algo, en este caso un objetivo, para ver la realidad», y eso es «lo que me empuja hacia la pintura, el hecho de que yo soy la propia cámara, que el registro de una realidad se produce a través mío, no de una cámara fotográfica».

De formación autodidacta, la obra de esta artista madrileña nacida en 1957 se ha caracterizado por sus fotografías en blanco y negro coloreadas, un ejemplo de la peculiar visión que tiene de la existencia. Tanto es así que asegura pintar sus obras en un intento de dotarlas de un mayor realismo: «Intento percibir la realidad, pero luego me gusta que la propia realidad vaya un poco más allá, y al pintar las fotos añado mi sentimiento, mi espiritualidad, una parte interior de mí misma».

En cuanto a Eivissa, que ha visitado en el transcurso de «muchos veranos», coincide con otros artistas en que «tiene una luz especial, muy transparente y limpia».

Fuente: Diario de Ibiza


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