LIBRE DIRECTO: Juan Vacas, ya todo luz (Por Juan José Primo Jurado

Juan Vacas Montoro era ya entonces un reconocido especialista. Jiennense establecido en Córdoba en 1952, desde 1964 había comenzado a realizar fotos artísticas, había participado en la fundación de Afoco en 1981, de la que sería presidente de honor, había colaborado en la de la Federación Andaluza de Fotografía en 1982, de la que fue secretario y luego presidente, y en 1984 había recibido el Trofeo de Oro al mejor fotógrafo andaluz. Nada de esto le llevó a mostrarse engreído con aquéllos jóvenes, sino al contrario les explicó todas las claves para elegir buenas fotos, impartió una auténtica clase y el concurso resultó un éxito, repetido al año siguiente.
Yo era uno de aquellos jóvenes maestros que fundaron la Asociación y convocaron el concurso, y quedé impresionado y agradecido de que alguien como Juan Vacas nos tomase en serio y nos brindase su ayuda y sabiduría. Desde entonces sentí por él una gran admiración y me uní a cuantas personas lo valoraban aunque, probablemente, en su sencillez de gran artista ni lo notase. Mi vida profesional dio muchas vueltas posteriormente y el destino quiso que, con el tiempo, conociese, trabajase e hiciese amistad con algunos de los hijos de Juan Vacas y en los últimos seis años fuese compañero suyo en la Real Academia de Córdoba
Ahora, a mi regreso de un viaje de vacaciones por el norte de España, me entero de la triste noticia de su fallecimiento, sucedido el pasado 8 de agosto. Tenía 84 años plenos de vida y arrastraba una larga enfermedad llevada con dignidad y ánimo merecedores de elogio. Cuánto siento no haber estado en Córdoba para acompañar a su familia, en especial a su viuda y a sus siete hijos, pero vaya desde aquí para ellos mi abrazo y para él mi renovada admiración.
Los medios han recogido estos días la grandeza profesional de Juan Vacas. Sus obras se expusieron en el MOMA de Nueva York y en 1999 se publicó su antología: «Sueños de un fotógrafo»; fue el primer fotógrafo en ingresar en la Real Academia cordobesa (2002); poseía la Medalla al Mérito de la Ciudad de Córdoba (2000) y la Medalla de Andalucía (2004); y era candidato al Premio Nacional de Fotografía 2007. Fue el maestro del viraje y del retrato, el fotógrafo que elevó la fotografía cordobesa a la categoría de arte. Córdoba fue su gran objetivo: La Mezquita-Catedral, fotografiada con cien permisos e infinita paciencia, el Museo Taurino, la Cuesta del Bailío, la Posada del Potro, el Guadalquivir, el cielo de Córdoba, la Sierra, la Campiña, sus gentes, en sus labores y en sus instantes.
En el funeral, el también veterano fotógrafo Francisco Linares destacó de Juan Vacas su compañerismo; el académico Rafael Mir lo elogió «como una grandísima persona y un artista formidable que ha elevado la fotografía al máximo nivel»; y el bueno del padre Segundo Gutiérrez, claretiano, artista y académico, aseguró en la homilía que este fotógrafo «era todo luz», en lo personal y lo artístico. Ahora, seguro que portando un gran angular para captar un hermoso y eterno paisaje, Juan Vacas es para siempre todo luz.
Fuente: ABC
1 comentarios:
Hola Eduardo de visita nuevamente, veo que ha pasado mucha agua bajo este puente, asi que me iré poniendo al día. Un afectuoso saludo.
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