MÁS ALLÁ DE LA IMAGEN

Por María del Carmen Mestas

Porque captó a los seres humanos como si buceara en sus almas, lo novedoso de sus propuestas estéticas y el deseo de profundizar en lo social, la obra fotográfica de Tina Modotti es precursora en muchos sentidos. Su sensibilidad hizo que se sobrepusiera a todo tipo de amaneramiento. Esta mujer que exaltó, en especial, los valores autóctonos de México es palpitante leyenda de la que se escriben libros, ruedan filmes y realizan retrospectivas de sus imágenes en diversos lugares del planeta.

Tina, Tinísima, forma parte de una época muy particular de la historia política y artística de México, donde brillaron mujeres con una lúcida conciencia de su condición y, entre ellas, la pintora Frida Kahlo, de cuyo natalicio se celebra este año el centenario.

Tina nació el l7 de agosto de 1896, en Udine, Italia, en el seno de una familia muy humilde que emigró a Estados Unidos. Trabajó como modista, actriz del teatro latinoamericano y apareció en varias películas. Se casó con el poeta Roubaix de l´Abrie Richey y tomó contacto con las comunidades más pobres de California.

Después de la muerte prematura de su esposo comenzó una fructífera colaboración con Edward Weston, quien le descubre el fascinante mundo de la fotografía. Es una etapa muy rica para Tina que crea, se relaciona con importantes personalidades de la política y la intelectualidad, asiste a tertulias, exposiciones…

Tina y Weston recorren admirados el país, México con sus singulares paisajes naturales, su arquitectura…Ella utilizaría su cámara para fotografiar el circo, las plazas, los frescos del pintor Diego Rivera para el que posó como modelo.
De la italiana, los críticos destacaron su inmensa capacidad simbólica y emotiva para el arte de la fotografía y, realmente, fue excepcional.

A fines de 1929, Tina presentó una colección de sus trabajos en la Biblioteca Nacional de México. Catalogadas como verdaderas fotos artísticas, sus imágenes aparecieron a páginas enteras en revistas importantes como Horizonte y Forma, entre otras. De Holanda, Bruselas, Londres y otros países le pedían colaboraciones.

La vida de Tina está vinculada a Cuba: amó intensamente al líder estudiantil Julio Antonio Mella, a quien conoció en México en la redacción de El Machete, y de quien nos dejó magníficas fotos para el recuerdo.

El asesinato de Mella fue un episodio doloroso en su vida por lo que tuvo que salir de México. De ella, hace un vívido retrato el poeta Pablo Neruda:

Cuando quiero recordar a Tina Modotti debo hacer un esfuerzo, como si tratara de recoger un puñado de niebla. Frágil, casi invisible.¿ La conocí o no la conocí?
Era muy bella aún; un óvalo pálido enmarcado por dos alas negras de pelo recogido, unos grandes ojos de terciopelo que siguen mirando a través de los años. Diego Rivera dejó su figura en uno de sus murales, auroleada por coronaciones vegetales y lanzas de maíz.

Participó como enfermera en la Guerra Civil Española y cumplió otras tareas revolucionarias en la Unión Soviética. Regresaría al México que con tanta pasión amó y fue escenario de sus últimos momentos. Cuentan que era el 5 de enero de 1942 cuando salió de casa de su amigo el arquitecto Hannesmeyer, donde se había reunido con otros conocidos. Arrivederci, dijo y tomó un taxi: minutos después falleció de un ataque cardiaco. Volvió la prensa amarilla a atacarla como lo hizo cuando el asesinato de Mella ordenado por Machado.

A Pablo Neruda ella le inspiró un “indignado y desgarrado poema”,que él leyó en el cementerio, donde dejaron el cuerpo de la mujer que vivió a plenitud su vocación de revolucionaria. Para quien tantas justas rebeldías encarnó, expresó el poeta:

Tina Modotti, hermana, no duermas, no, no duermas
tal vez tu corazón oye crecer la rosa
de ayer, la última rosa de ayer, la nueva rosa…

Fuente: Mujeres