Fotos de Robert Frank, cara y ceca del mundo en que vivimos
SIN MAQUILLAJE. "DESFILE EN HOBOKEN", NUEVA JERSEY, 1955. FRANK MOSTRO LA SOCIEDAD DE ESTADOS UNIDOS.
HOY ABRE EN EL MUSEO FERNANDEZ BLANCO UNA MUESTRA DE UNO DE LOS MAS GRANDES FOTOGRAFOS CONTEMPORANEOS
Estuvo cerca de los beatniks, filmó a los Rolling Stones y vio América como nadie.
Argentina.- En una misma imagen vemos dos fotos unidas; a la izquierda, un patio trasero; "invernal, encerrado, gris, angosto". Con estas palabras lo describe el catálogo que acompaña la retrospectiva "Robert Frank/Words", organizada por el Museo Fernández Blanco y la Embajada de Suiza, que abre hoy con obras de la colección del Fotomuseum Winterhur y Fotostistiftun (Suiza), seleccionadas por Jorge Cometti y Leila Makarius, director del Museo, y curadora de la muestra, respectivamente.
Al patio en cuestión se antepone una varilla de una típica persiana americana y el marco pasa a ser la ventana de la casa estudio de Robert Frank en Nueva York; a la derecha, un mapa de Palestina descansa arrugado sobre una sábana sucia, quemándose por la sobreexposición de un fuerte contraluz. La obra tiene varias versiones, pero todas tienen en su parte inferior una línea negra que une estos dos "hemisferios" y en una el artista dejó impresa, de puño y letra, la palabra "Roots" (raíces). Es que Frank, dice Cometti, mostró "Estados Unidos como parte de América".
Nacido en Zurich, Suiza, en 1924, Robert Frank llegó a Nueva York en 1947; se instaló y comenzó a trabajar como fotógrafo de modas en Harper's Bazaar y en revistas como Vogue y Fortune. Alterna estos trabajos con viajes por América del Sur y Europa y publica dos libros con fotos tomadas en Perú.
En 1955 viaja por los Estados Unidos y fotografía su sociedad. De 28 mil fotografías, selecciona 83 para ser publicadas en The Americans, el libro con el que se convirtió, en 1958, en una de las figuras más destacadas de la fotografía estadounidense. La posguerra era captada por primera vez sin maquillaje por un extranjero. Sus imágenes sintetizaban su optimismo sobre ese país, que al mismo tiempo, no dejaba de ser un lugar triste y solitario.
El libro salió con un prólogo de Jack Kerouac que anunciaba al primer fotógrafo de la contracultura beat; la ironía literaria de sus compañeros de ruta definía su propia técnica, con un inusual uso del enfoque y la luz baja, recursos impensados para el fotoperiodismo hasta ese momento. En 1961, presenta su primera exposición en el Art Institute of Chicago y un año después se consagra en el MOMA de Nueva York. Varios experimentos cinematográficos -como Pull My Daisy, de 1959, escrita y narrada por Kerouac, con la actuación de Allen Ginsberg- alimentaron el mito. Como su documental de 1972, Cocksucker Blues, para muchos el mejor filme sobre los Rolling Stones hasta la fecha, con ellos sumergidos en sexo, drogas y rock and roll. "Es una buena película, Robert, pero si se muestra en América nunca más nos permitirán entrar al país", le advertía en ese entonces un preocupado Mick Jagger.
Tras sufrir varios golpes duros en su vida familiar, Frank se convirtió en un personaje difícil, que rechaza la mayoría de las entrevistas y apariciones públicas y acá pasó algo así: invitado a Buenos Aires, ni rechazó ni confirmó la visita. Y lo esperan.
Fuente: El Clarin.com
































ir cabecera
0 comentarios:
Publicar un comentario