Emmanuel Sougez ´Pitou´, las fotos del álbum familiar en los años 30-40

La exposición presenta imágines inéditas de la intimidad de un clásico de la fotografía francesa 1889-1972.

AUTOR: Emmanuel Sougez (Pitou)
LUGAR: Sala de Exposiciones de la Casa de los Morlanes (Sede de la Filmoteca de Aragón. Plaza San Carlos, 4)
FECHAS: Hasta el 2 de diciembre
HORARIO: Laborables, de 10 a 14 y de 17 a 21 horas. Festivos, de 10 a 14. Lunes, cerrado

Estado Español.- Días en los que la intimidad era un refugio feliz. En los que mucha gente no dimitió de la delicadeza, pese a ser años de insidias. Estas fotos captan lo cercano, lo cotidiano desde el asombro de quien se asoma a algo misterioso y frágil. La paz que transmite una estancia en orden. Mirar cómo una mano o un rostro atrapan la luz. Escenas que hacen pensar en la intuición de Gil de Biedma de que al final tenían razón los días laborables.
La Francia de los años 30. La confianza de la muchacha que pasa un brazo por el hombro de su madre mientras miran el mar. El decoro humano sostenido a pesar de los pesares, porque todo hace presagiar en el aire que vendrá otra guerra. Esa muchacha es Claude (Clo), la hija mayor, cargada de imaginación y de alegría, que entretiene a Maríe Loup, la hija pequeña. El preocupado silencio de los padres.
Tiempos de entreguerra en que las calles de París vivían el ajetreo de la venta ambulante con los carritos de verduras y géneros de todo tipo. Con el aumento de la circulación rodada, al tiempo que se estrecharon las aceras y se quitaron muchos árboles también se decidió quitar los puestos. Los titulares ya eran mayores y la municipalidad tuvo al menos la prudencia de dejarles hasta que se jubilaran o murieran, sin renovar más las licencias, escribirá esta niña más adelante.
Era una época que guardaba las formas, pese a las dificultades. Vivieron la ocupación alemana, las colas para obtener alimentos, los incómodos traslados al campo. Imágenes robadas al tiempo que muestran momentos felices, esos que pasan por la vida como centellas y que sólo quedan vivos en el recuerdo de quienes, en tiempos de insidias, se resisten a dimitir de la dignidad.

Fuente: El Periodico d Aragon