Pedro Meyer

Uno de los primeros en no sólo creer en lo digital, sino en su valía para, incluso, reemplazar a lo análogo en la fotografía. Pedro Meyer (España, 1948) no sólo es hoy el fotógrafo más importante de México y una de las referencias internacionales, también es un iniciador. Sus imágenes de profundidad asombrosa han recorrido desde lo documental hasta lo conceptual. Fue también uno de los primeros en dotar a la fotografía de un sentido discursivo visual, de partir de una idea y desarrollarla. Meyer es más que un fotógrafo, es un artista visual.

Y fue a principios de año otro inicio. Herejías es una exposición que reunió 60 museos alrededor del planeta, desde Bangladesh hasta Singapur o Italia, con un banco de más de 300 mil imágenes que 21 curadores dejaron en 1,600 para que cada museo eligiese sus favoritas. Organización extraordinaria, y en Guadalajara el Museo de Arte de Zapopan (MAZ) y Casa Escorza se unieron al proyecto. Una visión extraordinaria de un artista extraordinario. De Pedro Meyer hay mucho qué decir. Y se ha dicho tan poco…

Iniciador. Y el adjetivo tampoco significa bondades estéticas intachables y eternas. Pedro Meyer comenzó la manipulación digital y los resultados son pobres, pero comenzó, ese es su acierto. Los expertos en fotodocumental también tienen cosas para reprocharle en este campo, pero él llevó el género hasta sus últimas consecuencias en México. Los avisados en la tecnología explican que realmente no son tan de avanzada sus medios de difusión (Internet, su página Zonezero.com es una de las más visitadas de la red), pero él fue quien ideó el CD ROM como soporte alterno a la impresión fotográfica. Pedro Meyer es historia.

Y en Guadalajara dos series: la de Casa Escorza seleccionada por José Hernández-Claire, de temática sencilla, simplemente Mujeres en la obra de Meyer, y en el MAZ uno de los más celebrados trabajos del creador, Fotografío para recordar, el registro de la enfermedad y muerte de los padres del artista, imágenes íntimas, extraordinarias, simples y profundas. Imágenes, además, bajo buena curaduría y visión de Ricardo Duarte, director y coordinador del MAZ, quien jugó con el tamaño de las impresiones para seguir el rastro al corazón. Yo me quedo con esta serie, sólo con estas imágenes Meyer merece el respeto y el reconocimiento que mantiene. Meyer inicia. Y así se hace historia.

Fuente: Milenio