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CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

lunes, 10 de noviembre de 2008

La realidad manipulada II: Antigua fotografía virtual, según Luis Priamo

La identificación de lo real con su representación fotográfica tiene una base objetiva, ya que todos los seres u objetos iluminados que están frente al objetivo son fijados en la superficie sensible sin mediaciones. Cuando uno tiene en la mano un negativo del siglo XIX de la plaza de la Victoria, por ejemplo, sabe que la imagen del Cabildo es el resultado de la luz por él reflejada imprimiendo la emulsión sensible. La conciencia de ese proceso produce una emoción particular: sentimos que en la mano sostenemos un instante del pasado en estado de existencia efectiva permanente. Ese es el origen de la definición de Barthes de la esencia fotográfica: el estar aquí de lo que ya no está.

Desde su inicio, la fotografía combinó este carácter de reflejo concreto de lo real con otro de artificio convencional, ya que era en blanco y negro. Esta última característica fue profundizada por los diversos procedimientos de manipulación de la imagen que forman parte de la historia del medio. Los daguerrotipos, primera técnica fotográfica universal, fueron tempranamente intervenidos con toques de color, por ejemplo. En general, la manipulación estuvo orientada a mejorar el resultado de la imagen. En este sentido, el Photoshop es un eslabón más en la antigua cadena de posibilidades de manipulación de la imagen analógica. En todo caso, facilita y multiplica procedimientos preexistentes.

La manipulación fotográfica también tomó caminos lúdicos y creativos desde el inicio. Trucos como el retrato de una persona dialogando consigo misma, o de cuerpos deformados ópticamente (como le gustaban a Kertetz), o de imágenes con tonos invertidos (técnica de solarización que Man Ray utilizó en retratos memorables), o los fotomontajes, que habilitaban combinaciones fantásticas de todo tipo (como los Sueños, de Grete Stern), menudearon a través del tiempo. Dicha posibilidad creativa basó siempre su efecto en la identificación de lo real con su representación fotográfica. Si así no fuera, la imagen de un burro muerto sobre un piano, ilustración clásica del film Un perro andaluz, de Buñuel, no simbolizaría su carácter surrealista.

Hoy, el Photoshop permite jugar con retratos propios y ajenos a voluntad. Al parecer, las personas se están habituando a ver y a mostrar sin escándalo su propia cara con cirugía estética virtual. Parece una nueva convención, pero tampoco lo es. A fines del siglo XIX, las cinturas de voluminosas matronas porteñas fotografiadas por Witcomb eran reducidas mediante el retoque de los negativos a dimensiones increíbles (de allí esas fotos de mujeres con bustos enormes y cinturas de avispa, en combinación incongruente). Estos retratos no eran secretos. se exhibían en el salón principal de la casa sin pudor, ya que el embellecimiento convencional de la apariencia fotográfica femenina lo aprobaba.

El autor es investigador de fotografía

Fuente: La Nacion


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