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CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

lunes, 6 de octubre de 2008

Memoria de un año clave, 1983, en una muestra de Dani Yako

Mañana abre "1983, imágenes del regreso", cuyas fotos están editadas en un nuevo libro de Yako.

Argentina.- Un cuarto de siglo nos separa ya de la primavera alfonsinista. Su recuerdo, distorsionado por el transcurso y la intensidad de los años, repica con cierta impronta anímica festiva: 1983 fue un año de recuperaciones y de expectativas. El libro de fotografías "1983, imágenes del regreso", con textos de Raúl Alfonsín, Martín Caparrós, Estela de Carlotto, Jorge Lanata y Beatriz Sarlo, corrobora ese clima de resurrecciones y discute, a su vez, con las posibles exageraciones de la nostalgia idílica. Una exposición con las mismas obras se inaugura mañana en la Fotogalería del Teatro Municipal San Martín, donde podrá verse hasta el 2 de noviembre.

Dani Yako, editor de fotografía de este diario, retrató ese año desde un lugar específico: su propio retorno del exilio. Y es por eso que el relato visual de este volumen -publicado por la librería y editorial Eterna Cadencia- en su realización y en su edición, no se despoja de la impronta emotiva.

Dos grandes líneas pueden deslindarse: una, eminentemente política, anclada en los dos focos de interés de 1983: la campaña presidencial -en la que Yako siguió a Raúl Alfonsín- y la emergente militancia por los derechos humanos en la retirada de la dictadura militar. La otra cuerda de este libro ancla en las constantes nacionales: lo que esta sociedad y este país tenían y siguen teniendo de inequidad social, con sus correlatos en el déficit habitacional, en el mundo del trabajo -hoy aún más degradado- y en las catástrofes naturales, que cargan con la reiterada naturalización de las víctimas. La fuerza dramática de estos dos andariveles se morigera con las imágenes donde el arresto amoroso también vuelve a sumarse al paisaje de la vida pública tras la noche militar. Y con los retratos de tres héroes culturales en el último tramo de sus vidas: Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Julio Cortázar.

La línea expresamente política exhibe los momentos más pausados del trajín preelectoral de Alfonsín. El propio testimonio escrito de Alfonsín dota a una imagen -la del ex presidente sentado junto a la ventanilla de un avión, observando desde el aire el Río de la Plata- de una fuerza especial: la contemplación del río de los "vuelos de la muerte" lo llevó a pensar en el imperativo de anular las leyes con que los militares pretendieron autoamnistiarse. En las marchas relacionadas con la guerra de Malvinas y en las que se realizaron en reclamo del juicio y castigo a los desaparecedores consta otra doble marca: la vivificante presencia de las multitudes en las calles y la carga trágica de las reivindicaciones. Experto en observar las zonas carentes de nuestra sociedad, Yako también repasa el año 1983 de las inundaciones, de la búsqueda de trabajo, de los desalojos en la ciudad expulsiva. Esa línea oscura subraya los rostros intensos y los rincones carcomidos, para dar cuenta de lo irresuelto.

Desde la fotografía periodística lo que importa es ese impacto testimonial alumbrado por la más directa vibración humana. Vale recordar que Dani Yako es uno de los grandes de la fotografía argentina. En su exilio en España entre 1976 y 1983 trabajó para Associated Press, The New York Times e Interviú, entre otros medios. Cuando volvió al país, en 1983, fue editor jefe de la agencia DyN, espacio clave de la fotografía documental en esa década. En 2001 publicó el libro "Extinción, últimas imágenes del trabajo en la Argentina", seguido por "Presagio" en 2007.

Los textos que acompañan esta entrega pasan por la salutación efusiva, la congratulación por el registro necesario y honesto, el recuerdo y el análisis de las coordenadas de la época. Es el texto de Beatriz Sarlo el que se encarga de calibrar el tiempo histórico, repasar el destino de las amplias expectativas y el ahondamiento de las corrosiones que ya estaban en danza y que daban las pistas de lo que sucedería en las décadas posteriores y aún hoy.

Desde una apuesta que no necesita del efectismo para que la fotografía trascienda su valor testimonial y periodístico -lo que de por sí nunca es poco- el libro de Yako, en sus opciones y en sus recorridos, puede permitir muchos cruces y habilitar el recuerdo emocionado o la reflexión.

Y más: ese golpe de sentido donde caben ambas instancias y donde el pasado reciente se devela en su claroscuro.

Fuente: Clarin


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