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CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

sábado, 20 de septiembre de 2008

«Me impresionó la felicidad que transmitía la gente africana»

'Zambia', su 'exposición urbana' que se inaugura hoy en Cabezón de la Sal, reúne veinte imágenes de gran tamaño en las que se refleja la vida en estado puro

MAXI DE LA PEÑA

Carreteras de tierra, cielos azules, rojo atardecer, tormentas de lluvia, vegetación salvaje, poblados con cabañas de hierba seca y adobe, criaturas que se asustan cuando aparece el hombre blanco, bicicletas como único medio de transporte, pobreza y sonrisas de felicidad, una fauna que se preserva de la barbarie, parques naturales protegidos como el de South Luanga, la vida en estado puro. Bienvenidos a Zambia, el país africano elegido por el fotógrafo cabezonense Javier Rosendo, de 34 años, que ha vivido una experiencia enriquecedora y única durante quince días. Todo un regalo para los sentidos. En el regreso a la 'civilización', el fotógrafo obsequia una muestra urbana titulada 'Zambia', más veinte imágenes de este inolvidable viaje que se expondrán en la Plaza de la Bodega de Cabezón de la Sal, desde hoy, viernes, cuya inauguración será a partir de las 19.30 horas, y que se prolongará hasta el día 20 de noviembre. El acto contará con la presencia de Rosendo, colaborador gráfico de EL DIARIO MONTAÑÉS y la alcaldesa de Cabezón, Isabel Fernández. Al acto han sido invitados otros alcaldes de la comarca.

-¿Sobre todo es usted un fotógrafo autodidacta?

-Soy más autodidacta, aunque hiciera dos cursos de fotografía general en el Centro de Estudios del Vídeo y de la Imagen en Madrid (CEU). Creo que todo conocimiento recibido desde un aula no es imprescindible para hacer buena fotografía.

-¿Sus especialidades?

-El retrato es mi auténtica especialidad, pero me encanta la foto de prensa, la foto aérea y el reportaje social. Dispongo de un estudio y laboratorio digital en Cabezón de la Sal.

-¿Cómo se plantea viajar a Zambia?

-Fue el pasado de febrero y me lo planteé como un viaje de aventura, con tienda de campaña y los hipopótamos paciendo en la puerta. En la expedición fuimos cuatro personas y nuestro guía fue el torrelaveguense Sergio Prats, un experto en viajes a África. Tuvo un negocio de viajes organizados a Zambia y conocía casi todo de aquel país: las lenguas, el cambio de moneda, la solicitud de permisos para movernos por parques naturales como el de South Luanga.

-En principio iba hacer fotos de la naturaleza y de la fauna.

-Esa era la idea y la mantuve, pero lo que más me impresionó fue la gente. Había zonas donde no habían visto un blanco en su vida. Los niños hacían gestos de susto, incluso lloraban, de la impresión que les producíamos.

-¿Eran bien recibidos?

-Sí, no hubo problemas con la gente. Alguna noche tuvimos que dormir en alguna cabaña de hierba seca y adobe. Me recordaban a las cabañas de los cántabros, muy primitivas.

-En los safaris nocturnos ¿tuvieron algún percance?

-Íbamos siempre, de día y de noche, en un todoterreno. Sí que tuvimos algún percance. Una elefanta, que protegía a su cría, casi nos embiste. Otra noche el vehículo se paró en mitad de la selva.

-En los quince días de reportaje gráfico, ¿que quería captar con la cámara de su aventura africana?

-En Zambia la gente es feliz. Me impactó la alegría que transmitían con sus caras. Allí con muy poco sobreviven.

-Eso mismo me han contado de los niños que viven en las favelas de Río de Janeiro. Transmiten felicidad.

-Pues en Zambia ocurre lo mismo. En la selva, la bicicleta es su único medio de transporte y la vida la hacen entre poblados. Viven de lo que plantan, como las legumbres, y de la pesca en los ríos.

-¿Consiguió el reto que le llevó hasta Zambia?

-En mi opinión, sí. Creo que las fotos tienen una mezcla de exuberancia faunística, aquello es tremendo en cuanto variedad de especies animales, de sus paisajes tan diferentes a los europeos y sobre todo de una sociedad tribal y subdesarrollada, pero que se conforma con lo que posee.

-¿Cuál es el animal más peligroso?

-Puede parecer increíble, pero el hipopótamo,que nos puede parecer inofensivo desde la distancia, es el más peligroso. Los nativos comentaban que son muy peligrosos y que habían matado a bastantes personas, sobre todo cuando van a pescar.

-Siempre se guarda en la memoria, tal vez por influencia del cine, los atardeceres rojizos africanos y las tormentas de verano.

-Para la fotografía resulta fascinante estos contrastes cromáticos de la naturaleza. Yo añadiría también la variedad de la fauna.

-¿Volverá?

-Tengo previsto insistir en el mismo continente el año que viene.

-Hábleme de la exposición que inaugura en el centro de Cabezón de la Sal.

-He elegido veinte imágenes de este viaje de gran formato (2,5 x 1,30) y combino el color con el blanco y negro. Las imágenes van en un soporte con diseño de fotograma de película fotográfica doblada. Cada soporte lleva fijadas dos fotos, una por delante y otra por detrás. El diseño encaja en el entorno de la Plaza de la Bodega, que en una parte es peatonal.

-¿El concepto expositivo es idea suya?

-Sí, la idea ha sido mía. Nunca se había hecho algo parecido en Cabezón. Poder llevar el arte a la calle es algo muy atrayente.

-¿Y después...?

-Después ya veremos. La exposición dura dos meses y me gustaría que fuera una exposición itinerante por Cantabria.

Fuente: El Diario Montañes


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