Las imágenes de la historia
Un centenar de fotografías de Monferval reviven la vida de la ciudad y de sus gentes a mediados del siglo XX
Un surtidor de gasolina en la Plaça de Baix, una instantánea de la Glorieta en la nevada de 1954 o la visita del príncipe Don Juan Carlos en 1969 sólo pueden admirarse a través de las imágenes que el fotógrafo ilicitano Monferval captó con su cámara, de 35 milímetros, a mediados del siglo pasado. Todo un logro para la historia.
M. J. MORA
Estado Español.- Aspectos irrecuperables de las fiestas y tradiciones ilicitanas, rincones que ya sólo quedan en la retina de los mayores, huertos de palmeras que han dado paso al cemento y al hormigón y personas que marcaron la vida local se recogen desde principios de mes en una exposición que Julián Fernández, Monferval, presenta en el centro comercial L'Aljub. Precisamente, la imposibilidad de poder captar estas instantáneas en la actualidad es uno de los hilos conductores que hacen aún más especial una muestra fotográfica que exhibe el aspecto de la ciudad, de sus ciudadanos, de su actividad industrial, de sus fiestas entre la década de los años 40 y los 50. Por ello, impresiona ver una lluvia de aleluyas bajo la cúpula de la basílica de Santa María, los ropajes que vestía Cantó en las fiestas de la Venida o los cantores del Misteri, los carros circulando por los polvorientos caminos del término municipal, el lavadero donde las mujeres lavaban la ropa o la cimentación del puente de Altamira. El autor confiesa que tiene millones de negativos que reproducen instantáneas irrecuperables que forman parte de la vida de la ciudad, pero que sería incapaz de decantarse por una fotografía en concreto. "Todas ellas son hijas mías y cada una encierra detrás una historia que merecería conocer", confiesa el emblemático fotógrafo ilicitano.
La muestra, que recoge más de un centenar de fotografías, podrá visitarse en la plaza central de L'Aljub hasta el 15 de octubre para celebrar su quinto aniversario.
Fuente: Informacion
Estado Español.- Aspectos irrecuperables de las fiestas y tradiciones ilicitanas, rincones que ya sólo quedan en la retina de los mayores, huertos de palmeras que han dado paso al cemento y al hormigón y personas que marcaron la vida local se recogen desde principios de mes en una exposición que Julián Fernández, Monferval, presenta en el centro comercial L'Aljub. Precisamente, la imposibilidad de poder captar estas instantáneas en la actualidad es uno de los hilos conductores que hacen aún más especial una muestra fotográfica que exhibe el aspecto de la ciudad, de sus ciudadanos, de su actividad industrial, de sus fiestas entre la década de los años 40 y los 50. Por ello, impresiona ver una lluvia de aleluyas bajo la cúpula de la basílica de Santa María, los ropajes que vestía Cantó en las fiestas de la Venida o los cantores del Misteri, los carros circulando por los polvorientos caminos del término municipal, el lavadero donde las mujeres lavaban la ropa o la cimentación del puente de Altamira. El autor confiesa que tiene millones de negativos que reproducen instantáneas irrecuperables que forman parte de la vida de la ciudad, pero que sería incapaz de decantarse por una fotografía en concreto. "Todas ellas son hijas mías y cada una encierra detrás una historia que merecería conocer", confiesa el emblemático fotógrafo ilicitano.
La muestra, que recoge más de un centenar de fotografías, podrá visitarse en la plaza central de L'Aljub hasta el 15 de octubre para celebrar su quinto aniversario.
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