El fotógrafo francés está exponiendo en Buenos Aires fotos de la China que está tras el brillo olímpico.

Por: Mercedes Pérez Bergliaffa

Argentina.- En pleno furor olímpico, un fotógrafo francés, tímido y rubio, exhibe imágenes de una China cruda, en su muestra Marcha forzada. China: los olvidados del desarrollo. Justo ahora, cuando la impresionante apertura de los Juegos pone el tema "China" de moda.

Sin embargo, Samuel Bollendorff puso el dedo en la llaga, mostrando discretamente unas fotografías que tienen la fuerza de un huracán, que dan en el costado oscuro de la revolución económica china. Porque China es, sí, millones de fuegos artificiales, exquisitez de movimientos corporales, herencia de tradiciones milenarias; estéticas y arquitecturas únicas y nuevos movimientos de capitales. Pero China es, también, y sobre todo, lo que no se ve. Lo que se oculta.

En buen español, en esta entrevista Bollendorff cuenta a Clarín de manera suave pero apasionada, por qué elige mostrar este costado de China.

Usted estuvo muchas veces en China, ¿por qué viajó tanto allí?

Fui a Beijing durante tres meses cuando tenía 16 años, en un viaje de estudios, para hacer un trabajo de investigación sobre la medicina en los hospitales chinos. Pero luego no volví por doce años. Cuando lo hice, en el 2005, fue por un viaje de prensa. Y entonces vi una Beijing arrasada: habían construido una ciudad nueva. Sólo en Shanghai había tres mil edificios más, levantados en tan solo diez años. Esto me llamó mucho la atención: era como si los procesos que en otros países llevaron cien o ciento cincuenta años, acá estuvieran llevando treinta.

Las fotos que usted exhibe en Buenos Aires muestran desplazados, gente sin protección social, explotada. ¿Pero no podría reflejar lo mismo de la población obrera de casi cualquier país del mundo? ¿Por qué irse hasta China?

Lo que me interesa es observar las problemáticas de China hoy en día; creo que esto es igual a mirar el mundo con una lupa, porque los problemas allí están agrandados. Se debe a que China decidió entrar en la economía de mercado hace treinta años, en el 79. Entonces, China entró de repente en el capitalismo. Pero en un capitalismo dentro del comunismo, y esto lo hace peor, porque hay mas control de las personas,

¿Cómo explicaría el proceso económico y social que está ocurriendo en China?

China está pasando a ser el primer poder económico del mundo, por eso creo que es importante comprender cómo funciona. Hace treinta años nadie tenía relaciones económicas con China. Y hoy todo el mundo admira o comenta algo sobre el "milagro económico" que está ocurriendo allí. Pero nadie se para a observar de cerca sus dramas sociales. Y este proceso económico chino tiene un alto costo social que, por supuesto, significa problemas de equilibrio, desigualdades sociales.

Usted viajó mucho. ¿Dónde encontró una situación económica alternativa, que escape a lo que que describen sus fotos?

Creo que eso no existe. ¡Ni el sistema comunista escapa al capitalismo! Tengo la impresión de que nunca vi economías que propongan otros sistemas completamente alternativos. Tampoco vi un proyecto social que funcione demasiado bien. Las diferencias entre pobres y ricos siguen siendo grandes en cualquier país del mundo. Por eso creo que lo que muestro en mis fotos es un problema mundial, no solamente de China. Las desigualdades sociales forman parte del sistema dentro del cual vivimos. Pero en este momento son tan fuertes, tan desiguales, que se transforman en una desigualdad en el derecho a vivir. Además, creo que la gente reflexiona cada vez menos.

¿A qué causas atribuiría esto?

Se educa para la ignorancia, para el desinterés intelectual. Así se fabrica un sistema donde la gente no puede desarrollar la capacidad crítica sobre lo que les pasa y se queda sin herramientas para defenderse. Digo: se educa a las personas para que sean ignorantes, pero no estoy hablando sólo de su relación con los libros. Las personas que no comprenden las imágenes, que no pueden descifrarlas, también son ignorantes. Estoy hablando de la importancia de las imágenes.

Fuente: Clarin