Thea de Venezuela
Venezuela.- Esta rumana de origen llegó treintañera hace cincuenta años vestida de invierno, luego de resistir guerra y posguerra europeas. Sobrevivió desde la foto de estudio y familiar. Luego decidió renacer en el trópico con su magia en el manejo de la luz natural, y para eso se instala muy ágil en curiaras, helicópteros, terrazas, copas de árboles y se desliza con juvenil destreza por simas y cimas, laberintos subterráneos, todo lugar; su audacia no acepta límites físicos ni políticos, de allí que por cinco décadas trabaje con empresas públicas y privadas de todos los gobiernos, y la verdad nacional, rural y urbana, tenga registro objetivo en sus cincuenta libros de lujo. Su retina es una tea puntual que atraviesa grandes ojos azules, perfora la esencia de cada paisaje, persona, objeto, construcción, detalle y coroto del entorno sin fin. Y por más oscuro que éste sea, su antorcha óptica traspasa lo banal y se dirige al centro para sellar lo conceptual.
El talento de Thea Segall ha merecido el Premio Nacional de Fotografía (2000), el Mejor Libro Venezolano (2006) y varios foráneos. Fotografía de resonancia magnética, filtra sol y luna en el sitio exacto, iluminando el interior de lo más oculto, invisible a primera vista. Antes, sólo Fina Gómez, hija del general dictador, había publicado retratos del paisaje criollo. Son pioneras de un arte que La Segall, arquitecta y antropóloga sin diplomas, por oficio, ejecuta con radiante estilo propio de proyección internacional.
Asombro y disfrute motivan sus dos muestras recientes: Las Tres Islas (2006), álbum que eterniza el alma profunda de Margarita, Coche y Cubagua; y Bolívar, tierra de prodigios (2007), donde expone su riqueza humana y mineral. Ya se alista para iluminar secretos de la Gran Sabana.
Por exquisita, testimonial y pedagógica, toda la obra de Thea exige retrospectivas y una reedición estatal de acceso masivo para que generaciones de relevo la preserven con nuevas técnicas reproductivas.
Medio siglo venezolano queda claro en estas huellas luminosas de su mirar único.
Fuente: Nuevo Mundo Israelita
0 comentarios:
Publicar un comentario