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CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

jueves, 3 de abril de 2008

Ouka Leele revela su obra inédita en una exposición en el Museo del Traje

Estado Español.- Bárbara Allende, conocida artísticamente como Ouka Leele, reincide en el Museo del Traje veintiún años después de su primera gran retrospectiva con esta exposición que reúne 67 obras, la mayoría en blanco y negro, pertenecientes a toda su trayectoria y que no habían sido vistas hasta ahora, pero que también nos remiten a un itinerario artístico que comenzó en la segunda mitad de los años 70.
La artista recuerda que comenzó a pintar desde que tiene recuerdos. «De niña siempre estaba dibujando y, además, era muy teatrera, como todos mis hermanos, a quienes el mayor nos dirigía y hacía actuar.Cuando acabé el colegio, mi madre me hablaba mucho de que había una carrera de Bellas Artes, pero a mí me parecía que estudiar era aburrido y me resultaba increíble que hubiera una carrera de algo que a mí me gustaba tanto. Me metí en talleres de dibujo, pintura y escultura. Hasta que un día fui a Photocentro y me encantó ver cómo las fotos surgían del baño de líquidos y pensé que cualquier artista de mi época tenía que saber hacer fotos».
Aunque lo suyo era la pintura, cuando se marchó a vivir a Barcelona no tenía un duro. «Entonces se me ocurrió ir a las revistas y me dieron trabajo en... ¡Playboy y Penthouse! Me daban seis páginas para que hiciera lo que quisiera, claro, siempre que lindara con el erotismo. También hice las fotos de portada cuando salió la revista Star. Esas piezas, así como mis obras más conocidas, pueden verse en la sala de proyección de la muestra con música de fondo compuesta por mi hija. Las que cuelgan, son todas inéditas; pertenecen a las series que siempre hago para elegir sólo una y colorearla. ¿Por qué empecé a hacerlo? Como yo hacía fotos en blanco y negro y para las revistas hacía falta color, pues se me ocurrió pintarlas con acuarela».
Ouka Leele confiesa que tiene muchas influencias y muchos padres pero, sobre todos ellos, está Madrid. «Aquí nazco. Vivíamos en la calle Montera; si bajaba por Gran Vía hacia el Paseo del Prado, mis edificios eran los del arquitecto Antonio Palacios. Todas las cariátides y las caras que adornaban las casas eran increíbles. En ese trayecto había muchas tiendas y por allí paseaban señoras bien. Pero, si bajaba por Montera, entonces el paisaje era de putas, rufianes y señores perversos. Es decir, los dos mundos convivían en el centro del mundo. Y luego estaba la Red de San Luis con aquel ascensor de hierro forjado, que también era de Palacios. Por su boca se bajaba al submundo, era algo así como la puerta del infierno. Descendías a lo más oscuro pero en el buen sentido. Para mí fue un sacrilegio que se lo cargaran. Era como la estación de Perpiñán para Dalí. Claro, hablando de padres e influencias, Dalí y Picasso me encantaban cuando era niña y los veía en la tele. También Odilon Redon. Mi padre, que era arquitecto, tenía una estupenda biblioteca de pintura y fotografía y yo me pasaba la vida ojeando y ojeando todos aquellos libros. Yo me emociono con la pintura tanto como en la naturaleza. Cuando busco inspiración no exploro entre los fotógrafos sino entre los grandes de la pintura».
Pero también tiene sus grandes iconos fotográficos. «Para mí el fotógrafo de referencia es Man Ray, porque se sale de los parámetros del fotógrafo habitual. Me gusta porque es muy personal y parece que estuviera construyendo un cuadro en sus fotos. Hoy en día admiro mucho a Irving Penn y en España, a Cristina García Rodero, que si bien es documentalista -lo cual la aleja de mi estilo, que es pictórico-, pero tiene un punto muy fuerte y hay que ver cómo le saca a lo que hay su quintaesencia».
A lo largo de aquellos años de formación Bárbara Allende fue conociendo «a artistas que entonces aún no eran nada y a los que luego se les conocerá como La Movida: Ceesepe, El Hortelano; y en Barcelona, al grupo de Mariscal y Nazario».
Además de Ouka Leele, otros fotógrafos destacaron durante aquellos años: Alberto García-Alix y Pablo Pérez Mínguez. «Ceesepe era muy amigo de García-Alix, que siempre iba con sus motos... A mí, ese mundo masculino de las motos y los cueros no me gustaba absolutamente nada. Yo veía que Alberto hacía las fotos como conducía la moto, pero luego resultó ser un artista estupendo, Claro que entonces ninguno sabíamos aún dónde íbamos a llegar. Recuerdo que él me decía: «Lo que yo sé, nena, es que tú y yo no nos parecemos en nada». Por su parte, Pérez Mínguez daba conferencias cuando yo estudiaba en Photocentro. Llegaba Pablo y era como una fiesta. Te enseñaba miles de fotos y nos llevaba la revista Nueva Lente, que entonces era, fotográficamente, el no va más. Bueno, ¡son tantas cosas!» Nada más natural que Ouka Leele vuelvar a sus orígenes cuando una exposición como ésta, abierta hasta el 8 de junio, recorre toda una vida... inédita.

Fuente: ABC.es


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