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CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

lunes, 7 de abril de 2008

La Caja de Canarias exhibe a partir del miércoles una muestra fotográfica de Robert Doisneau

(Foto: Robert Doisneau)
Una de las famosas fotografías de besos de Robert Doisneau, 'El beso del Hotel de Ville'

Canarias.- La Obra Social de La Caja de Canarias inaugura este miércoles, 9 de abril, a las 20.00 horas y en el Centro Cultural de La Caja de Canarias (CICCA) , una selección de una cincuentena de fotografías, recogidas bajo el título de 'A l´imparfait de l´Objectif', del prestigioso artista francés Robert Doisneau (1912-1994).

Este reportero urbano, autor de algunos iconos de la modernidad, es el más fiel retratista del París del siglo XX. Siempre en solitario, relata historias llenas de sentimiento, de poesía y de humor. Con un don para transmitir su sensible complicidad con sus retratados, fue capaz de llevar a lo más alto un cierto realismo poético social, donde triunfan las escenas de la vida cotidiana en las calles del París de mediados del siglo pasado.

La exposición que exhibe La Caja de Canarias permanecerá abierta en el CICCA hasta el 10 de mayo, y el horario de visita será de 10.00 a 14.00 horas, y de 17.00 a 22.00 horas, de lunes a sábado, excepto festivos.

Considerado como uno de los máximos representantes de la fotografía humanista, Robert Doisneau inicia su carrera profesional en los años 30 como reportero de moda y arquitectura, en un momento en el que la fotografía todavía no se consideraba un arte. Tras su paso como fotógrafo para la casa Renault, Doisneau comenzó a trabajar de forma independiente vendiendo postales de la vida cotidiana en las calles de París, una de las cuales, 'Le baiser de l´Hôtel de Ville', ha quedado como uno de las imágenes legendarias de nuestra época. Robert Doisneau es uno de los fotógrafos franceses más conocidos del siglo XX.

Durante la Segunda Guerra Mundial colaboró con la resistencia y documentó la ocupación y la posterior liberación de París, huyendo de las fotografías más cruentas de cadáveres y heridos para presentarnos una imagen diferente de una ciudad en guerra. Tras el final de la contienda volvió a ejercer como reportero, profesión que le hizo conocer algunos de los grandes artistas de su época; Picasso, Giacometti y Cocteau, entre otros.


Bajo la mirada siempre imperfecta del objetivo de la cámara de fotos, esta exposición nos muestra una selección de algunos de los momentos mágicos captados durante sus innumerables paseos por la capital francesa, en las calles, en las casas, en los cafés, en los estudios de los artistas, en definitiva, allá donde hubiese vida, allá donde hubiese una imagen que emocionase, en un paseo sin fin en el que continuamente buscaba el surrealismo de la vida diaria, su lado más cómico, pero también el más tierno y sentimental. Un magno intento por captar todas las virtudes y todas debilidades humanas que se encuentran donde sólo él podía ver grandes historias: “Las sorpresas de la vida son muy excitantes; ningún director de cine puede inventar todo lo inesperado que uno se encuentra en la calle”.

Biografía

Robert Doisneau nació el 14 de abril de 1912 en Gentilly, un barrio al sur de París donde vivió toda su vida. Su madre murió de tuberculosis en 1920 y su padre volvió a casarse dos años más tarde. Ingresó en la escuela de Estienne a los trece años y cuatro después obtuvo el diploma de grabador de litografías.

Doisneau hizo sus primeras fotos en 1929 con una cámara que le prestó su hermanastro Lucien. Contratado por el taller Uhlmann como diseñador de publicidad, muy pronto se mostró muy interesado en la imagen fotográfica y poco después fue nombrado ayudante del recientemente creado laboratorio de fotografía.

En 1931 comienza a trabajar como asistente del escultor, pintor y fotógrafo André Vigneau, quien le revela una nueva percepción de la imagen al tiempo que le introduce en el mundo artístico, que acabará siendo el suyo propio. En 1932, la revista 'Excelsior' publica su primer reportaje personal sobre el mercado de las pulgas de Saint-Ouen.

En 1933, durante el servicio militar en los Vosges, comienza a simpatizar con las ideas anarquistas. A su vuelta, es contratado como fotógrafo en el servicio de publicidad de la fábrica de Renault en Bologne-Billancourt, trabajo del que fue expulsado en 1939 por sus “continuos retrasos”. Es entonces cuando toma la decisión de hacerse fotógrafo independiente.

En 1934 se casa con Pierrete Chaumaison, con quien tendrá dos hijas, Annette et Francine.

Convocado por el ejército en 1939, fue licenciado en 1940 por razones de salud. Durante la guerra, apenas recibe encargos, por lo que se dedica sobre todo a hacer las fotografías que a él le interesan y utiliza su talento como grafista para fabricar documentación falsa para la Resistencia.

Después de la liberación, comienza a publicar regularmente en prensa. Entra en la agencia Alliance Photo, la que abandona rápidamente para unirse a la agencia Rapho. De 1939 a 1942 trabaja para la revista 'Vogue'. Sus fotos se publican en 'Life', 'Point de Vue', 'Vogue Regards' o 'Picture Post'. Robert Doisneau comienza una imparable carrera.

En 1949 recibe el Premio Kodak. En 1956 es galardonado con el Premio Niepce. A partir de entonces es invitado a participar en numerosas exposiciones internacionales.

En los años 60, Doisneau comenzó a sentir que una buena parte del París que él tanto amaba, había sido demolida y estaba desapareciendo y, siguiendo los pasos de su admirado Atget, quiso documentar lo que aún no se había destruido. Por primera vez, se concentró exclusivamente en el centro de la ciudad, alejado de los suburbios a los que tanto tiempo había dedicado. No tardaría en volver, en los años 80, medio siglo después de su primer encargo fotográfico, regresó a los barrios de las afueras para colaborar con la Misión Datar, y documetar el cambio sufrido en estas zonas, sus fotografías muestran un paisaje ahora dominado por las autopistas y los grandes bloques de apartamentos. En 1990-91 realizó un proyecto para el ayuntamiento de Gentilly.

Trabajador infatigable, logró constituir una gran obra fotográfica personal, a pesar de los numerosos encargos de fotografía industrial y de publicidad que aceptaba para ganarse la vida. Los últimos diez años de su vida conocerá un inmenso éxito y son numerosos los libros y películas que se dedican a su persona, lo que le coloca en el panteón de todos los artistas a los que había fotografiado tantas veces.

Robert Doisneau murió el 1 de abril de 1994. Fue enterrado en el pequeño pueblo de Raizeux en Beauce, junto a la tumba de su esposa.

”Jamás he sabido por qué hago fotos. En realidad, es una lucha desesperada contra la idea de lo que voy a disparar. Me obstino en parar el tiempo. Es una completa locura”. (Robert Doisneau, 1991).

Fuente: Canarias7


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