El Centro de Cultura Antiguo plasma la obsesión de Inge Morath por el Danubio
Foto: Inge Morath
Estado Español.- La sala 2 del Centro de Cultura Antiguo presenta la exposición Danubio de la fotógrafa austríaca Inge Morath. En ella se muestran fotografías en blanco y negro que tomó durante varios viajes a través de los países limítrofes del Danubio, desde los años 50 hasta los 90. La muestra narra la vida de la gente que vive al borde de este río que atraviesa Europa y sirve no sólo de vía de comunicación y desarrollo cultural y económico sino también de factor unificador.
El río Danubio, con sus 2.888 Km. es el segundo más largo de Europa, después del Volga. Nace en Alemania, en la Selva Negra y fluye hacia el sudeste hasta el Mar Negro en Rumania, donde forma el delta del Danubio. El río Danubio cruza Europa de oeste a este y va cambiando su nombre a lo largo de los países por los que fluye: Donau (en Alemania y Austria), Dunaj (en Eslovaquia), Duna (en Hungría), Dunav (en Croacia, Serbia, Bulgaria y Ucrania) y Dunarea (en Rumania).
El Danubio ha sido y sigue siendo un elemento de unión de especial interés, e históricamente la principal vía de comunicación aprovechada por las diferentes culturas que han habitado los diferentes lugares que atraviesa su curso entre su origen en Alemania y su delta en el Mar Negro.
Por ello ha fascinado a artistas, músicos, poetas… Creadores entre los que se encuentra la fotógrafa austriaca Inge Morath. Las fotografías de Morath son al arte lo que las palabras de Claudio Magris a la literatura. Ambos en un momento dado consideran al río como un personaje que muestra la historia de la cultura europea, con sus luces y sus sombras. El paisaje esta cargado de referencias culturales, y las fotografías originan en realidad, al igual que la obra de Claudio Magris, un libro de viajes, lleno de introspección y por supuesto profundas miradas a la historia, la sociología y el arte de una siempre convulsa Europa.
Apunte biográfico
Inge Morath (Graz, 1923 - Nueva York, 2002) comenzó su relación con la fotografía a través del mundo de la prensa, llegando a formar parte de la agencia fotográfica Magnum -donde se relacionó con personajes como Robert Capa, Ernst Haas o Henri Cartier-Bresson- para más tarde iniciar su carrera artística en solitario. En sus obras, de las que se puede afirmar que son siempre sensibles y reflexivas, contemplamos lo profundamente involucrada y comprometida que estaba con su trabajo, y buena prueba de ello es que antes de enfrentarse a nuevos lugares y personas que fotografiar, profundizaba acerca de su cultura, historia e incluso aprendía algo del idioma. Junto a su marido, Arthur Miller, estrechó efusivos lazos con España, la primera vez que vino fue a fotografiar los Sanfermines; pero también recorrería los pueblos de Castilla, el campo extremeño, el Camino de Santiago y un triángulo muy especial formado por Navalcán, Toledo y Castilla-La Mancha.
Inge Morath, la fotógrafa que, según su marido, el dramaturgo Arthur Miller, tenía 'la capacidad de captar la celebración de la vida' tenía un vínculo especial con España desde que descubrió el país en los años cincuenta. A lo largo de su carrera, había trabajado en todos los continentes, con todos los grandes del mundo de la fotografía y para todas las publicaciones más reconocidas. Sus retratos captaban la huella de los sentimientos; sus paisajes definían los lugares con exactitud casi literaria. Era conocida como la dama de la fotografía.
Fuente: El Cultural
Estado Español.- La sala 2 del Centro de Cultura Antiguo presenta la exposición Danubio de la fotógrafa austríaca Inge Morath. En ella se muestran fotografías en blanco y negro que tomó durante varios viajes a través de los países limítrofes del Danubio, desde los años 50 hasta los 90. La muestra narra la vida de la gente que vive al borde de este río que atraviesa Europa y sirve no sólo de vía de comunicación y desarrollo cultural y económico sino también de factor unificador.
El río Danubio, con sus 2.888 Km. es el segundo más largo de Europa, después del Volga. Nace en Alemania, en la Selva Negra y fluye hacia el sudeste hasta el Mar Negro en Rumania, donde forma el delta del Danubio. El río Danubio cruza Europa de oeste a este y va cambiando su nombre a lo largo de los países por los que fluye: Donau (en Alemania y Austria), Dunaj (en Eslovaquia), Duna (en Hungría), Dunav (en Croacia, Serbia, Bulgaria y Ucrania) y Dunarea (en Rumania).
El Danubio ha sido y sigue siendo un elemento de unión de especial interés, e históricamente la principal vía de comunicación aprovechada por las diferentes culturas que han habitado los diferentes lugares que atraviesa su curso entre su origen en Alemania y su delta en el Mar Negro.
Por ello ha fascinado a artistas, músicos, poetas… Creadores entre los que se encuentra la fotógrafa austriaca Inge Morath. Las fotografías de Morath son al arte lo que las palabras de Claudio Magris a la literatura. Ambos en un momento dado consideran al río como un personaje que muestra la historia de la cultura europea, con sus luces y sus sombras. El paisaje esta cargado de referencias culturales, y las fotografías originan en realidad, al igual que la obra de Claudio Magris, un libro de viajes, lleno de introspección y por supuesto profundas miradas a la historia, la sociología y el arte de una siempre convulsa Europa.
Apunte biográfico
Inge Morath (Graz, 1923 - Nueva York, 2002) comenzó su relación con la fotografía a través del mundo de la prensa, llegando a formar parte de la agencia fotográfica Magnum -donde se relacionó con personajes como Robert Capa, Ernst Haas o Henri Cartier-Bresson- para más tarde iniciar su carrera artística en solitario. En sus obras, de las que se puede afirmar que son siempre sensibles y reflexivas, contemplamos lo profundamente involucrada y comprometida que estaba con su trabajo, y buena prueba de ello es que antes de enfrentarse a nuevos lugares y personas que fotografiar, profundizaba acerca de su cultura, historia e incluso aprendía algo del idioma. Junto a su marido, Arthur Miller, estrechó efusivos lazos con España, la primera vez que vino fue a fotografiar los Sanfermines; pero también recorrería los pueblos de Castilla, el campo extremeño, el Camino de Santiago y un triángulo muy especial formado por Navalcán, Toledo y Castilla-La Mancha.
Inge Morath, la fotógrafa que, según su marido, el dramaturgo Arthur Miller, tenía 'la capacidad de captar la celebración de la vida' tenía un vínculo especial con España desde que descubrió el país en los años cincuenta. A lo largo de su carrera, había trabajado en todos los continentes, con todos los grandes del mundo de la fotografía y para todas las publicaciones más reconocidas. Sus retratos captaban la huella de los sentimientos; sus paisajes definían los lugares con exactitud casi literaria. Era conocida como la dama de la fotografía.
Fuente: El Cultural
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