La fotografía como lenguaje universal
En principio no se quiere dar una lista de reglas o cánones rígidos para empezar a fotografiar, sino más bien, hablar de algunos conceptos que pueden ser útiles para una lectura visual. Es importante señalar también, que no hay fórmulas invariables, que existen reflexiones muy bien fundamentadas de estudiosos como Roland Barthes, que se guían únicamente por el sentimiento o “punción” en la fascinación por algunas imágenes.
ELEMENTOS BÁSICOS PARA APRECIAR LA CALIDAD DE LA FORMA Y CONTENIDO EN UNA IMAGEN
La fotografía es, literalmente, escritura producida a través de la luz . Gracias al sol y el sentido de la vista es que podemos observar los objetos y el mundo que nos rodea. Desde su invención ha servido como una lengua universal de comprensión entre pueblos y culturas distantes, transformándonos en “testigos presenciales de la humanidad e inhumanidad del género humano.”1
“El dibujo fotogénico”, como fue llamado inicialmente por Henri Fox Talbot, es un producto derivado del desarrollo de las ciencias, la observación de los fenómenos naturales y la necesidad de fijar las imágenes de manera más permanente sobre el papel o cualquier otro material visible como los soportes de vidrio, metal, acetatos, etc. En otros términos, es el arte de fijar y reproducir por medio de reacciones químicas, en superficies convenientemente preparadas las imágenes obtenidas a través de la cámara oscura.
El fenómeno químico básico de la experiencia fotográfica inicia con el ennegrecimiento que sufren las sales de cloruros y nitratos de plata al contacto con la luz, los cuales forman una imagen en potencia o latente, que será posteriormente transformada en visible por medio de los procesos de revelado, fijado de negativos y del positivado del papel o transferencia de los valores del negativo al papel sensibilizado.
Para obtener entonces una imagen fotográfica, es necesaria la intervención de cinco elementos: 1) La luz. 2) La cámara oscura o cámara fotográfica. 3) Proceso químico, materiales sensibles o sistema digital. 4) Óptica y sujeto. 5) El operador de cámara con todo su bagaje histórico cultural. Con el surgimiento de nuevas tecnologías, el punto 3 está siendo sustituido por la electrónica. No sucede lo mismo con el resto de componentes, cuyo conocimiento es importante para transformar el simple registro objetivo en un medio de expresión evocador de emociones.
La configuración de la imagen fotográfica ha evolucionado desde la reproducción exacta de la realidad, al planteamiento de representaciones simbólicas, creación de iconografías, relación de ideas, comentarios a problemáticas sociales hasta las formas más abstractas de representación, en donde se explotan las figuras geométricas, el diseño con los haces de luz, los recursos de cámara y óptica propiamente, como la angulación, macro o micro fotografía, etc.
Por el momento, se hará referencia a la imagen analógica de la realidad, mimesis o representación de un fragmento selectivo de ésta, equivalente a la pirámide visual del ojo. Al respecto, John Szarkowski , un notable crítico del Museo de Arte Moderno de New York, explica que: “la fotografía es un sistema de selección visual. En el fondo, todo consiste en enmarcar una porción del cono de visión de uno mientras se está en el lugar apropiado y en el momento apropiado. Como el ajedrez o la escritura, consiste en elegir entre varias posibilidades determinadas, pero en el caso de la fotografía el número de posibilidades no es finito sino infinito”2.
Para compenetrarse con este criterio, hay que considerar aquí, el fenómeno de la óptica y la visión del ojo humano que mira en forma proyectiva, en cuanto que la luz, que es un forma de energía radiante, se desplaza en línea recta en un movimiento ondulatorio. Lo que el observador capta, es la luz que los objetos absorben y reflejan, una experiencia que permite apreciar el mundo o el entorno natural con todos sus elementos.
Mirar en proyección es observar en perspectiva, lo cual supone un instrumento que construye racionalmente la ilusión de la realidad natural, “con la perspectiva no vemos más las cosas en sí mismas, sino que vemos todo por relaciones proporcionales, la realidad no es un inventario de cosas, sino un sistema de relaciones métricas.”3 Por comparación entre las partes que constituyen una composición, aprendemos a conocer el mundo. La perspectiva, si bien, es la configuración del espacio, es en última instancia, el medio donde se da la relación del hombre con el mundo, o del hombre como centro del universo y medida entre la naturaleza y todo aquello construido por él.
La Geometría Euclidiana desde el 300 a.c., enseña que el espacio posee tres dimensiones que pueden inferirse intuitivamente por referencia al cuerpo humano y su posición en el espacio. La línea vertical en un plano bidimensional está dada por la dirección de la gravedad. La línea horizontal sería la línea de los hombros del observador o eje óptico del plano, paralela al horizonte visual ante nosotros. La tercera dimensión se refiere a la profundidad, correspondiente asimismo, al avance del cuerpo humano en el espacio o movimiento.
La imagen en la retina, producida por la córnea, la pupila y el cristalino, es una representación por proyección de las luminancias en las diversas superficies de la escena que atraviesan la pupila, con lo cual se produce una proyección de centro o perspectiva lineal.
PARA CAPTAR LA PROFUNDIDAD O TERCERA DIMENSIÓN SE TIENEN ALGUNOS INDICADORES
Aumento o disminución del tamaño de personas y objetos.
Textura de los objetos. Entre más cercano al observador se encuentra un objeto, más fácilmente se podrá percibir la rugosidad o textura del mismo. Si por el contrario, está más lejos, aparecerá más lisa la superficie de esa.
Líneas oblícuas o diagonales, o líneas dinámicas que permiten incorporar los volúmenes de los objetos.
El movimiento. La idea del espacio está fundamentalmente ligada al cuerpo humano y su desplazamiento.
La perspectiva atmosférica, por medio de la cual, los colores cambian según la lejanía o acercamiento de los objetos con respecto al observador.
Para la fotografía, la perspectiva central es simbólica de la visión humana y su regla de representación al momento de componer la imagen, cuando se trata desde luego de capturar la realidad de manera “objetiva”, como es el caso de la fotografía documental o periodística. Sin embargo, la fotografía puede ser analizada no sólo desde el punto de vista formal, sino también desde el significado de los sujetos; la forma encarnada armónicamente en sus contenidos contribuye a potenciar una simbología en un determinado contexto histórico.
Asimismo, desde el ámbito fotográfico, se deben tomar en consideración los siguientes componentes sustanciales que influyen y definen su lenguaje. La Fotografía como la escritura, es una expresión con su propia gramática:
La calidad de la luz.
El tono continuo en una escala que comprende desde el blanco hasta el negro.
Angulación o punto de vista del observador: de picada, contrapicada, altura ojo y escorzo.
Definición de planos de acercamiento o distanciamiento del observador con una visión prospéctica.
Textura de los objetos.
Agrupación selectiva y sencilla de los sujetos de la foto.
Ubicación del sujeto (s) en el rectángulo de los formatos de la composición: simetría, asimetría, centro, lado izquierdo, lado derecho.
Uso de ópticas variadas de acercamiento como el telefoto de visión amplia como el gran angular, etc.
Posición de los sujetos frente al observador: de frente, de perfil o 3/4 de perfil, de espaldas.
Manipulación del grano de la película para crear efectos de suavidad, esfumados, y perspectivas borrosas.
Nitidez o enfoque borroso a través de los lentes.
Uso de altas o bajas velocidades.
Montaje en collage de varias imágenes.
Planos de corte de la figura humana en un escenario: Close up, o primerísimo plano; primer plano; plano medio; plano general.
Desde el ámbito del contenido, es inevitable considerar en las imágenes su capacidad de historicidad intrínseca. La fotografía en este sentido, adolece de una competencia insuperable para la creación de la memoria del pasado, y captación de la realidad al momento que se desarrollan los acontecimientos. El análisis semiológico ha aportado también la adaptación de las figuras retóricas al plano de la representación fotográfica para definir los distintos estilos: lírico, dramático, épico, etc.
En síntesis, cuando se habla de fotografía analógica y documental de la realidad, es importante señalar que la perspectiva produce en el espectador una sensación inconsciente de reconocimiento e identidad con el propio medio o ambiente donde vive. Sin embargo, para lograr verdaderamente un efecto de fascinación, es necesario tener claro el tema que se busca, estudiar los elementos fundamentales que se destacan para conjugar forma y contenido. Esto conlleva a dar el salto cualitativo del mero registro objetivo, al uso de la cámara como instrumento de expresión artística que produce relaciones emotivas, exposición de situaciones contradictorias, denuncia de problemáticas, evocaciones, sentimientos.
Fuente: La Prensa
ELEMENTOS BÁSICOS PARA APRECIAR LA CALIDAD DE LA FORMA Y CONTENIDO EN UNA IMAGEN
La fotografía es, literalmente, escritura producida a través de la luz . Gracias al sol y el sentido de la vista es que podemos observar los objetos y el mundo que nos rodea. Desde su invención ha servido como una lengua universal de comprensión entre pueblos y culturas distantes, transformándonos en “testigos presenciales de la humanidad e inhumanidad del género humano.”1
“El dibujo fotogénico”, como fue llamado inicialmente por Henri Fox Talbot, es un producto derivado del desarrollo de las ciencias, la observación de los fenómenos naturales y la necesidad de fijar las imágenes de manera más permanente sobre el papel o cualquier otro material visible como los soportes de vidrio, metal, acetatos, etc. En otros términos, es el arte de fijar y reproducir por medio de reacciones químicas, en superficies convenientemente preparadas las imágenes obtenidas a través de la cámara oscura.
El fenómeno químico básico de la experiencia fotográfica inicia con el ennegrecimiento que sufren las sales de cloruros y nitratos de plata al contacto con la luz, los cuales forman una imagen en potencia o latente, que será posteriormente transformada en visible por medio de los procesos de revelado, fijado de negativos y del positivado del papel o transferencia de los valores del negativo al papel sensibilizado.
Para obtener entonces una imagen fotográfica, es necesaria la intervención de cinco elementos: 1) La luz. 2) La cámara oscura o cámara fotográfica. 3) Proceso químico, materiales sensibles o sistema digital. 4) Óptica y sujeto. 5) El operador de cámara con todo su bagaje histórico cultural. Con el surgimiento de nuevas tecnologías, el punto 3 está siendo sustituido por la electrónica. No sucede lo mismo con el resto de componentes, cuyo conocimiento es importante para transformar el simple registro objetivo en un medio de expresión evocador de emociones.
La configuración de la imagen fotográfica ha evolucionado desde la reproducción exacta de la realidad, al planteamiento de representaciones simbólicas, creación de iconografías, relación de ideas, comentarios a problemáticas sociales hasta las formas más abstractas de representación, en donde se explotan las figuras geométricas, el diseño con los haces de luz, los recursos de cámara y óptica propiamente, como la angulación, macro o micro fotografía, etc.
Por el momento, se hará referencia a la imagen analógica de la realidad, mimesis o representación de un fragmento selectivo de ésta, equivalente a la pirámide visual del ojo. Al respecto, John Szarkowski , un notable crítico del Museo de Arte Moderno de New York, explica que: “la fotografía es un sistema de selección visual. En el fondo, todo consiste en enmarcar una porción del cono de visión de uno mientras se está en el lugar apropiado y en el momento apropiado. Como el ajedrez o la escritura, consiste en elegir entre varias posibilidades determinadas, pero en el caso de la fotografía el número de posibilidades no es finito sino infinito”2.
Para compenetrarse con este criterio, hay que considerar aquí, el fenómeno de la óptica y la visión del ojo humano que mira en forma proyectiva, en cuanto que la luz, que es un forma de energía radiante, se desplaza en línea recta en un movimiento ondulatorio. Lo que el observador capta, es la luz que los objetos absorben y reflejan, una experiencia que permite apreciar el mundo o el entorno natural con todos sus elementos.
Mirar en proyección es observar en perspectiva, lo cual supone un instrumento que construye racionalmente la ilusión de la realidad natural, “con la perspectiva no vemos más las cosas en sí mismas, sino que vemos todo por relaciones proporcionales, la realidad no es un inventario de cosas, sino un sistema de relaciones métricas.”3 Por comparación entre las partes que constituyen una composición, aprendemos a conocer el mundo. La perspectiva, si bien, es la configuración del espacio, es en última instancia, el medio donde se da la relación del hombre con el mundo, o del hombre como centro del universo y medida entre la naturaleza y todo aquello construido por él.
La Geometría Euclidiana desde el 300 a.c., enseña que el espacio posee tres dimensiones que pueden inferirse intuitivamente por referencia al cuerpo humano y su posición en el espacio. La línea vertical en un plano bidimensional está dada por la dirección de la gravedad. La línea horizontal sería la línea de los hombros del observador o eje óptico del plano, paralela al horizonte visual ante nosotros. La tercera dimensión se refiere a la profundidad, correspondiente asimismo, al avance del cuerpo humano en el espacio o movimiento.
La imagen en la retina, producida por la córnea, la pupila y el cristalino, es una representación por proyección de las luminancias en las diversas superficies de la escena que atraviesan la pupila, con lo cual se produce una proyección de centro o perspectiva lineal.
PARA CAPTAR LA PROFUNDIDAD O TERCERA DIMENSIÓN SE TIENEN ALGUNOS INDICADORES
Aumento o disminución del tamaño de personas y objetos.
Textura de los objetos. Entre más cercano al observador se encuentra un objeto, más fácilmente se podrá percibir la rugosidad o textura del mismo. Si por el contrario, está más lejos, aparecerá más lisa la superficie de esa.
Líneas oblícuas o diagonales, o líneas dinámicas que permiten incorporar los volúmenes de los objetos.
El movimiento. La idea del espacio está fundamentalmente ligada al cuerpo humano y su desplazamiento.
La perspectiva atmosférica, por medio de la cual, los colores cambian según la lejanía o acercamiento de los objetos con respecto al observador.
Para la fotografía, la perspectiva central es simbólica de la visión humana y su regla de representación al momento de componer la imagen, cuando se trata desde luego de capturar la realidad de manera “objetiva”, como es el caso de la fotografía documental o periodística. Sin embargo, la fotografía puede ser analizada no sólo desde el punto de vista formal, sino también desde el significado de los sujetos; la forma encarnada armónicamente en sus contenidos contribuye a potenciar una simbología en un determinado contexto histórico.
Asimismo, desde el ámbito fotográfico, se deben tomar en consideración los siguientes componentes sustanciales que influyen y definen su lenguaje. La Fotografía como la escritura, es una expresión con su propia gramática:
La calidad de la luz.
El tono continuo en una escala que comprende desde el blanco hasta el negro.
Angulación o punto de vista del observador: de picada, contrapicada, altura ojo y escorzo.
Definición de planos de acercamiento o distanciamiento del observador con una visión prospéctica.
Textura de los objetos.
Agrupación selectiva y sencilla de los sujetos de la foto.
Ubicación del sujeto (s) en el rectángulo de los formatos de la composición: simetría, asimetría, centro, lado izquierdo, lado derecho.
Uso de ópticas variadas de acercamiento como el telefoto de visión amplia como el gran angular, etc.
Posición de los sujetos frente al observador: de frente, de perfil o 3/4 de perfil, de espaldas.
Manipulación del grano de la película para crear efectos de suavidad, esfumados, y perspectivas borrosas.
Nitidez o enfoque borroso a través de los lentes.
Uso de altas o bajas velocidades.
Montaje en collage de varias imágenes.
Planos de corte de la figura humana en un escenario: Close up, o primerísimo plano; primer plano; plano medio; plano general.
Desde el ámbito del contenido, es inevitable considerar en las imágenes su capacidad de historicidad intrínseca. La fotografía en este sentido, adolece de una competencia insuperable para la creación de la memoria del pasado, y captación de la realidad al momento que se desarrollan los acontecimientos. El análisis semiológico ha aportado también la adaptación de las figuras retóricas al plano de la representación fotográfica para definir los distintos estilos: lírico, dramático, épico, etc.
En síntesis, cuando se habla de fotografía analógica y documental de la realidad, es importante señalar que la perspectiva produce en el espectador una sensación inconsciente de reconocimiento e identidad con el propio medio o ambiente donde vive. Sin embargo, para lograr verdaderamente un efecto de fascinación, es necesario tener claro el tema que se busca, estudiar los elementos fundamentales que se destacan para conjugar forma y contenido. Esto conlleva a dar el salto cualitativo del mero registro objetivo, al uso de la cámara como instrumento de expresión artística que produce relaciones emotivas, exposición de situaciones contradictorias, denuncia de problemáticas, evocaciones, sentimientos.
Fuente: La Prensa
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