Bajo la égida de la máquina

Manuel Echevarría Gómez

Cuba.- Desde la metáfora que señorea su muestra personal, Aliosha Díaz Jiménez se define como el primer artista digital de Sancti Spíritus. El lacónico código binario donde viaja la información le sirve de pretexto para presentar sus cartas credenciales: 01 puede ser un algoritmo que permite hallar la solución de un problema: el artista busca su alter ego en las interioridades del ser humano.

Todo parte del ojo sagaz detrás del lente, del ángulo preciso y de la sugestión contenida en la instantánea fotográfica de su cosecha; luego opera la manipulación con el auxilio del photoshop; la imagen escaneada inmersa en atmósfera alucinante mediante el recurso del color y la ductilidad de las formas que emergen recreadas sin concesiones a la memoria del ordenador.

Avezado en el manejo de casi todos los soportes y técnicas (dibujo, pintura, grabado, performance, instalaciones), Aliosha revierte sus experiencias totalizadoras en esta entrega. Espacios prohibidos deja entrever la apropiación de íconos provenientes del arte primitivo flamenco, estos recontextualizados con añadiduras que van y vienen entre los intersticios del tiempo, las visiones apocalípticas y el sesgo novedoso escondido detrás del concepto (en lugar de la manzana, el ají, "elemento picante para darle cierto sabor al asunto").

Aflora también la intención minimal de Aleph (tríptico), una de las mejores piezas de 01, sensual y transgresora, urdida sobre un blanco espejeado; invitación a la lectura y el desconcierto que sugieren una taza de café, la huella púrpura de los labios y varios desnudos de mujer; todo envuelto en la transparencia fugaz de los contornos.

Pero hay además un intento de revelar las instancias menos figurativas con los artilugios del color; de establecer un vínculo lúdrico e interactivo con el espectador, de desafiarlo desde posturas que aluden al mito de las apariencias y la simplicidad reveladora del efecto óptico, como sucede con Spectrum 2.

Obras todas de mediano formato, impresas con los pocos recursos disponibles en la provincia, revelan, como adelanta Hermes Entenza en sus palabras de catálogo, la cosmovisión alioshania, su modo de ver la realidad, una paleta digital que no niega nada; asume; pero lo que realmente llama a capítulo en esta primicia del arte digital espirituano es la mansedumbre del ordenador, su relación pragmática y sumisa con el artista, que emerge omnisciente en cada obra.

Aliosha Díaz Jiménez es graduado de la Escuela Profesional de Artes Plásticas, de Trinidad, diseñador gráfico y analista de la Galería de Arte provincial. Más de una veintena de exposiciones personales y colectivas se reúnen en su dossier y premios que van desde los Salones de Fotografía, de Pequeño Formato, de la Ciudad, hasta el provincial "Oscar Fernández-Morera".

Fuente: Escambray