Las imágenes engañosas de Joan Fontcuberta desembarcan en Cajasur
LUIS MIRANDA
Estado Español (Cordoba).- . Las fotografías de Joan Fontcuberta no son un documento, no levantan testimonio de una realidad. Hay algo de tramposo en ellas, como reconoce el propio autor, que reconoce que con ellas se puede mentir y que el espectador tiene que dudar de lo que ve.
Las imágenes se exponen desde ayer en la Sala de Exposiciones Museísticas de Cajasur, que ha reunido en «Tierras de nadie» los trabajos pertenecientes a las cinco series en las que Joan Fontcuberta ha trabajado en las últimas décadas. La muestra se podrá visitar hasta el próximo 9 de marzo.
Joan Fontcuberta (Barcelona, 1955), es uno de los fotógrafos españoles más prestigiosos, tanto por sus obras como por su aportación teórica. En su obra ha mezclado el fotoperiodismo con la creación artística. «Toda foto es una trampa, detrás de la textura siempre se esconden muchas cosas», dijo para advertir que los paisajes que se muestran en las imágenes no son un icono de la realidad, sino que buscan que el espectador dude y piense, que ejercite su capacidad crítica.
«Las fotografías muestran un fragmento de la realidad, pero esconden otros, y por lo tanto siempre hay un diálogo entre lo descrito y lo oculto, que genera diferentes interpretaciones», dijo.
Fontcuberta entiende la fotografía y el arte en general «con unos planteamientos no sólo de goce, sino también críticos con respecto al entorno que nos rodea». Pero tampoco renuncia a la plasticidad, una característica. Él es más bien partidario de buscar un equilibrio, porque si a veces ha habido «un arte manierista, demasiado volcado a la investigación», piensa que hay que reunir forma y fondo.
Las imágenes vegetales impresas en papel de «Palimpsestos», el paisaje entre la industria y el agua, frío y deshumanizado de «Terrain vague» y la sugerente y desierta tierra de «Orogénesis», que casi retrotrae al espectador a los años en que no había ni seres humanos ni animales, son las que cumplen la función de cuestionar el ánimo del espectador y de hacerle pensar.
En «Securitas» todavía tendrá que poner más de su parte quien se acerque a los perfiles de las montañas. «Semiópolis» explora la sugerencia de la escritura en braille, que aparece con la plasticidad y la textura propias del papel perforado para que las personas invidentes puedan leer.
Fuente: ABC
Fuente: ABC
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