´La fotografía es demasiado barata para poder especular con ella´
Mirada atenta, un hablar de distancia corta, laureado con las más altas distinciones que él asume con normalidad, el fotógrafo de Llucmajor es un viajero del mundo
LOURDES DURÁN. PALMA.
Lo idóneo sería presentar a un fotógrafo con su imagen. Con Toni Catany es casi una boutade porque, tal y como él mismo señala, "no me gusta que me hagan fotos". Jamás se ha hecho un autorretrato. "No me intereso". Lo apropiado es mirar aquello que se le mete en la retina sin saberse explicar por qué. La atracción a un reto, a un deseo. Ahora, el de compartir espacio con un amplio abanico de artistas, que se expresan con distintos lenguajes, y pertenecen a cronologías distantes. Integran la colectiva DIARIO de MALLORCA Art Report del año 2007.
Catany es linaje de Llucmajor. El ciudadano que le acompaña y se llama Toni vive en Barcelona. Ha recibido laureles que visten tanto como el Premio Nacional de Fotografía, otorgado por el ministerio de Cultura en 2001; la Generalitat le entrega el suyo, el Premi Nacional d´Arts Plàstiques el mismo año. Francia se les adelantó al erigirle en Chevalier de l´Ordre des Arts et des Letres en 1991. Él vive con absoluta normalidad los elogios. Le importa seguir teniendo proyectos.
-Suele exponer solo o acompañado de fotógrafos. ¿Qué le parece compartir esta colectiva intergeneracional y multilingüística?
-Cada uno tendrá su espacio, haciendo de él lo que sabe hacer. No conozco la obra de los demás, pero acepto muy bien la convivencia, además de interesarme por ver lo que van a presentar los demás. Para mí es una oportunidad de presentar mis fotografías en formatos tan grandes, que puedo hacer gracias a la técnica analógica.
-Antes de entrar en el dominio analógico, me gustaría saber ¿cómo observa usted a aquellos artistas plásticos que se sirven de la fotografía? ¿Los siente unos usurpadores?
-No, no es eso. Existen muchos artistas plásticos que usan la fotografía y parece que se les acepta más que si un fotógrafo manipula sus instantáneas. La fotografía es demasiado barata para especular; no hay excesivas ganancias para los galeristas. En cambio si se trata de fotografías de supuestos artistas plásticos, sí las hay. Ellos dicen que utilizan la fotografía como soporte fotográfico, ¡pero también lo es para nosotros! Se han creado dos mundos separados. Mientras por una foto se paga 3.000 euros, por una hecha por un "artista plástico" se pagan 30.000.
-¡Debería dedicarse a ´pintar´ sus fotos!
-No, qué va. Yo seguiré haciendo lo que he hecho siempre: fotografías. Los demás que hagan lo que les venga en gana, lo que les vaya bien y lo que guste a su público.
-¿Cómo es el de Toni Catany?
-Muy diverso: desde los fotógrafos que me respetan a gente que colecciona y otros a los que simplemente les gustan mis fotos aunque no sean aficionados a otras artes. Me interesa llegar a todos.
-Lleva años sirviéndose de la fotografía digital. ¿Ya no volverá a la analógica?
-Sí, seguro que volveré, pero si me sirvo de la fotografía digital es porque me ha enriquecido, me permite cosas que antes eran imposibles. Las primeras tiradas digitales que hice fueron a partir de fotografías analógicas. Son historias diferentes. Cuando pasas a la digital, has de hacer un punto y aparte y empezar de nuevo. Este reto me interesó y luego he ido aprovechando las cualidades digitales. Ocurre lo mismo que pasa con aquellos que aseguran que escuchar música en discos de vinilo se aprecia mejor que en los cedés. ¡Qué quieres que te diga, a mí me encantan oírlos en compacto! Tengo claro que si me hace falta, volveré a la fotografía analógica porque es cierto que determinados detalles con las sombras, la técnica digital las aplana. Pero, bueno, como todo, depende del uso que se haga de la técnica.
-La digitalización ha democratizado aún más la fotografía. ¿Hoy todos somos fotógrafos?
-No, para nada. La fotografía es tan difícil como antes. Hacer fotografía con una camarita digital es más fácil, pero los resultados siguen siendo muy difíciles. Por ejemplo, puedes ver fotos antiguas con una calidad extraordinaria y muchas hechas con esa camarita digital en el bolsillo cuyos resultados son muy malos. La fotografía sigue siendo una aventura extraordinaria. Una fotografía buena no la puede hacer todo el mundo como no todo el mundo por pintar una raya sobre un lienzo blanco es ya un ´miró´.
-Usted hizo un libro, editado por Lunwerg, sobre Palma. ¿Qué ha ocurrido con ese encargo del anterior equipo municipal de Palma?
-¡No lo sé! Es un tema que no me dejó nada contento; sí las fotografías que hice. Tenía que presentarlo la anterior alcaldesa, pero con el cambio electoral, se quedó sin presentar. La edición de Lunwerg está en las librerías; la de Cort no sé.
-Mallorquín de Llucmajor que vive en Barcelona. ¿Cómo se ve la isla desde el otro lado?
-Me fui a Barcelona para estudiar de perito químico y ya me quedé por la atracción que ejercía la gran ciudad, su oferta cultural, ¡ahora en demasía! Sigo estando igual de cerca de la isla; siempre estoy más cerca desde Barcelona de Llucmajor que de Cadaqués.
-El otro día, Emili Manzano, otro mallorquín en Barcelona, aseguraba que se la quiere de otra manera.
-Sí, es posible. Puedo añorar el mandarino del corral, pero sigo viniendo muy a menudo a la isla.
-El Mediterráneo es una constante en su trabajo. ¿Lo ve como un lugar de identidad, o es un mito?
-Lo veo como algo más que de identidad. El Mediterráneo es tan diverso de un lado a otro en sus orillas. Si voy a Turquía o al norte de África, entiendo más cosas, comprendo mejor mis raíces. El Mediterráneo es casi parecido a un estado de ánimo.
-Pues el suyo es el propio al del viajero. ¿Se desplaza con la cámara o sólo cuando viaja por encargo?
-Si tengo algo en la cabeza, sí, aunque siempre llevo una pequeña cámara para hacer fotos de recuerdo. Ahora mismo acabo de estar una semana en Venecia y me la he llevado. No sé estar sin hacer fotografías; aunque tampoco me obsesiono, salvo que sean para un encargo o trabajo.
-Todos dicen tener un paraíso. ¿El suyo parece ser Venecia?
-Sí, sin duda lo es. Me encuentro bien allí, es decir, que en Venecia me encuentro. Como ciudad es incomparable. ¿Qué ciudad conoces que no haya coches? ¿Quién se puede imaginar hoy en día alguna sin ellos?
-¿No le parece una postal?
-A mí me parece una ciudad muy viva y si te sale de las rutas turísticas, encuentras lugares de gran tranquilidad. Claro está que no la vería igual si viviera en ella. Tengo una amiga veneciana que no soporta su ciudad, porque está llena de turistas.
-¡Como Palma!
-¡Y como Barcelona!
-Por eso, mejor hagamos fotografías para congelar el movimiento. ¿Elige usted los motivos o son sus características naturalezas muertas, desnudos, retratos, los que le eligen a usted?
-Hay cosas que me llegan al alma y otras no. Hay cosas que son fotogénicas y hay una serie de sentimientos muy difíciles de retratar. Venecia es una ciudad muy fotogénica. Me encargaron que retratase Tarragona a la manera que retraté Venecia. ¡No me podía identificar!
-¿Qué es la fotogenia?
-Es esa capacidad que tienen personas, lugares u objetos de salir mucho mejor a como en realidad son.
-¿Hay feos fotogénicos y guapos que parecen rechazar a la cámara?
-Sí. Las personas con rostros muy angulosos, o con narices muy alargadas, si los coges de frente pueden quedar mejor que como en realidad son. Y luego hay personas que son guapas y no son fotogénicas.
-¿Un ejemplo?
-Mi amiga Maria del Mar Bonet. Es más guapa al natural que en fotografía.
-¿Toni Catany lo es?
-En absoluto. No me gusta nada que me hagan fotografías, ni me he hecho nunca retratos porque no me intereso.
LOURDES DURÁN. PALMA.
Lo idóneo sería presentar a un fotógrafo con su imagen. Con Toni Catany es casi una boutade porque, tal y como él mismo señala, "no me gusta que me hagan fotos". Jamás se ha hecho un autorretrato. "No me intereso". Lo apropiado es mirar aquello que se le mete en la retina sin saberse explicar por qué. La atracción a un reto, a un deseo. Ahora, el de compartir espacio con un amplio abanico de artistas, que se expresan con distintos lenguajes, y pertenecen a cronologías distantes. Integran la colectiva DIARIO de MALLORCA Art Report del año 2007.
Catany es linaje de Llucmajor. El ciudadano que le acompaña y se llama Toni vive en Barcelona. Ha recibido laureles que visten tanto como el Premio Nacional de Fotografía, otorgado por el ministerio de Cultura en 2001; la Generalitat le entrega el suyo, el Premi Nacional d´Arts Plàstiques el mismo año. Francia se les adelantó al erigirle en Chevalier de l´Ordre des Arts et des Letres en 1991. Él vive con absoluta normalidad los elogios. Le importa seguir teniendo proyectos.
-Suele exponer solo o acompañado de fotógrafos. ¿Qué le parece compartir esta colectiva intergeneracional y multilingüística?
-Cada uno tendrá su espacio, haciendo de él lo que sabe hacer. No conozco la obra de los demás, pero acepto muy bien la convivencia, además de interesarme por ver lo que van a presentar los demás. Para mí es una oportunidad de presentar mis fotografías en formatos tan grandes, que puedo hacer gracias a la técnica analógica.
-Antes de entrar en el dominio analógico, me gustaría saber ¿cómo observa usted a aquellos artistas plásticos que se sirven de la fotografía? ¿Los siente unos usurpadores?
-No, no es eso. Existen muchos artistas plásticos que usan la fotografía y parece que se les acepta más que si un fotógrafo manipula sus instantáneas. La fotografía es demasiado barata para especular; no hay excesivas ganancias para los galeristas. En cambio si se trata de fotografías de supuestos artistas plásticos, sí las hay. Ellos dicen que utilizan la fotografía como soporte fotográfico, ¡pero también lo es para nosotros! Se han creado dos mundos separados. Mientras por una foto se paga 3.000 euros, por una hecha por un "artista plástico" se pagan 30.000.
-¡Debería dedicarse a ´pintar´ sus fotos!
-No, qué va. Yo seguiré haciendo lo que he hecho siempre: fotografías. Los demás que hagan lo que les venga en gana, lo que les vaya bien y lo que guste a su público.
-¿Cómo es el de Toni Catany?
-Muy diverso: desde los fotógrafos que me respetan a gente que colecciona y otros a los que simplemente les gustan mis fotos aunque no sean aficionados a otras artes. Me interesa llegar a todos.
-Lleva años sirviéndose de la fotografía digital. ¿Ya no volverá a la analógica?
-Sí, seguro que volveré, pero si me sirvo de la fotografía digital es porque me ha enriquecido, me permite cosas que antes eran imposibles. Las primeras tiradas digitales que hice fueron a partir de fotografías analógicas. Son historias diferentes. Cuando pasas a la digital, has de hacer un punto y aparte y empezar de nuevo. Este reto me interesó y luego he ido aprovechando las cualidades digitales. Ocurre lo mismo que pasa con aquellos que aseguran que escuchar música en discos de vinilo se aprecia mejor que en los cedés. ¡Qué quieres que te diga, a mí me encantan oírlos en compacto! Tengo claro que si me hace falta, volveré a la fotografía analógica porque es cierto que determinados detalles con las sombras, la técnica digital las aplana. Pero, bueno, como todo, depende del uso que se haga de la técnica.
-La digitalización ha democratizado aún más la fotografía. ¿Hoy todos somos fotógrafos?
-No, para nada. La fotografía es tan difícil como antes. Hacer fotografía con una camarita digital es más fácil, pero los resultados siguen siendo muy difíciles. Por ejemplo, puedes ver fotos antiguas con una calidad extraordinaria y muchas hechas con esa camarita digital en el bolsillo cuyos resultados son muy malos. La fotografía sigue siendo una aventura extraordinaria. Una fotografía buena no la puede hacer todo el mundo como no todo el mundo por pintar una raya sobre un lienzo blanco es ya un ´miró´.
-Usted hizo un libro, editado por Lunwerg, sobre Palma. ¿Qué ha ocurrido con ese encargo del anterior equipo municipal de Palma?
-¡No lo sé! Es un tema que no me dejó nada contento; sí las fotografías que hice. Tenía que presentarlo la anterior alcaldesa, pero con el cambio electoral, se quedó sin presentar. La edición de Lunwerg está en las librerías; la de Cort no sé.
-Mallorquín de Llucmajor que vive en Barcelona. ¿Cómo se ve la isla desde el otro lado?
-Me fui a Barcelona para estudiar de perito químico y ya me quedé por la atracción que ejercía la gran ciudad, su oferta cultural, ¡ahora en demasía! Sigo estando igual de cerca de la isla; siempre estoy más cerca desde Barcelona de Llucmajor que de Cadaqués.
-El otro día, Emili Manzano, otro mallorquín en Barcelona, aseguraba que se la quiere de otra manera.
-Sí, es posible. Puedo añorar el mandarino del corral, pero sigo viniendo muy a menudo a la isla.
-El Mediterráneo es una constante en su trabajo. ¿Lo ve como un lugar de identidad, o es un mito?
-Lo veo como algo más que de identidad. El Mediterráneo es tan diverso de un lado a otro en sus orillas. Si voy a Turquía o al norte de África, entiendo más cosas, comprendo mejor mis raíces. El Mediterráneo es casi parecido a un estado de ánimo.
-Pues el suyo es el propio al del viajero. ¿Se desplaza con la cámara o sólo cuando viaja por encargo?
-Si tengo algo en la cabeza, sí, aunque siempre llevo una pequeña cámara para hacer fotos de recuerdo. Ahora mismo acabo de estar una semana en Venecia y me la he llevado. No sé estar sin hacer fotografías; aunque tampoco me obsesiono, salvo que sean para un encargo o trabajo.
-Todos dicen tener un paraíso. ¿El suyo parece ser Venecia?
-Sí, sin duda lo es. Me encuentro bien allí, es decir, que en Venecia me encuentro. Como ciudad es incomparable. ¿Qué ciudad conoces que no haya coches? ¿Quién se puede imaginar hoy en día alguna sin ellos?
-¿No le parece una postal?
-A mí me parece una ciudad muy viva y si te sale de las rutas turísticas, encuentras lugares de gran tranquilidad. Claro está que no la vería igual si viviera en ella. Tengo una amiga veneciana que no soporta su ciudad, porque está llena de turistas.
-¡Como Palma!
-¡Y como Barcelona!
-Por eso, mejor hagamos fotografías para congelar el movimiento. ¿Elige usted los motivos o son sus características naturalezas muertas, desnudos, retratos, los que le eligen a usted?
-Hay cosas que me llegan al alma y otras no. Hay cosas que son fotogénicas y hay una serie de sentimientos muy difíciles de retratar. Venecia es una ciudad muy fotogénica. Me encargaron que retratase Tarragona a la manera que retraté Venecia. ¡No me podía identificar!
-¿Qué es la fotogenia?
-Es esa capacidad que tienen personas, lugares u objetos de salir mucho mejor a como en realidad son.
-¿Hay feos fotogénicos y guapos que parecen rechazar a la cámara?
-Sí. Las personas con rostros muy angulosos, o con narices muy alargadas, si los coges de frente pueden quedar mejor que como en realidad son. Y luego hay personas que son guapas y no son fotogénicas.
-¿Un ejemplo?
-Mi amiga Maria del Mar Bonet. Es más guapa al natural que en fotografía.
-¿Toni Catany lo es?
-En absoluto. No me gusta nada que me hagan fotografías, ni me he hecho nunca retratos porque no me intereso.
Fuente: Diario de Mallorca
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