El boom de la fotografía móvil
La profusión de dispositivos móviles capaces de tomar imágenes y videos es cada vez mayor, gracias al desarrollo de una tecnología que ha apostado por integrar en un solo equipo a cámaras fotográficas y celulares
Una noche, en Nueva York, a John Clennan se le olvidó cerrar su auto y lo pagó caro. Al otro día, cuando revisó, le habían robado, entre otras pertenencias, su teléfono móvil. El celular, un Sanyo 5500, es de los que tienen cámara fotográfica incluida y además lo tenía habilitado para que las fotos y videos que tomara las enviara a una página web.
Así, Clennan decidió visitar su web para recuperar algunas fotos, y cuál no sería su sorpresa al encontrarse allí imágenes del ladrón. El incauto pillo se había dedicado a hacerse fotos, vestido y desnudo, con mujeres y con sus familiares, e incluso las había reenviado a otra cuenta de correo.
Tras un intercambio de mensajes, en los que el ladrón afirmó que no había robado el móvil, y que se lo había «encontrado» en una esquina, John decidió publicar las fotos y acudir a la policía, que lo primero que hizo fue reírse por lo absurdo de la situación.
La anterior no es una historia inventada, sino real. Publicada por la prensa, ha vuelto a llamar la atención sobre el tema de la «fotografía móvil», como algunos han dado en llamar a la capacidad de los teléfonos y otros dispositivos para tomar imágenes.
La tecnología ya demostró su utilidad en situaciones como los atentados terroristas en el metro de Londres o en el circuito ferroviario de Madrid, donde las imágenes y videos captadas por personas comunes sirvieron de mucho en las investigaciones. Algo similar sucedió cuando el tsunami en Indonesia, donde las imágenes de móviles sirvieron para identificar a muchas víctimas.
Y aunque no falten prohibiciones a estos dispositivos, como en escuelas, ante los reiterados fraudes, o su quema pública, como sucedió en la India, donde se les acusó de aumentar la tasa de divorcios con los videos indiscretos, lo cierto es que esta nueva tecnología llegó para quedarse... e incluso perfeccionarse cada día.
Una noche, en Nueva York, a John Clennan se le olvidó cerrar su auto y lo pagó caro. Al otro día, cuando revisó, le habían robado, entre otras pertenencias, su teléfono móvil. El celular, un Sanyo 5500, es de los que tienen cámara fotográfica incluida y además lo tenía habilitado para que las fotos y videos que tomara las enviara a una página web.
Así, Clennan decidió visitar su web para recuperar algunas fotos, y cuál no sería su sorpresa al encontrarse allí imágenes del ladrón. El incauto pillo se había dedicado a hacerse fotos, vestido y desnudo, con mujeres y con sus familiares, e incluso las había reenviado a otra cuenta de correo.
Tras un intercambio de mensajes, en los que el ladrón afirmó que no había robado el móvil, y que se lo había «encontrado» en una esquina, John decidió publicar las fotos y acudir a la policía, que lo primero que hizo fue reírse por lo absurdo de la situación.
La anterior no es una historia inventada, sino real. Publicada por la prensa, ha vuelto a llamar la atención sobre el tema de la «fotografía móvil», como algunos han dado en llamar a la capacidad de los teléfonos y otros dispositivos para tomar imágenes.
La tecnología ya demostró su utilidad en situaciones como los atentados terroristas en el metro de Londres o en el circuito ferroviario de Madrid, donde las imágenes y videos captadas por personas comunes sirvieron de mucho en las investigaciones. Algo similar sucedió cuando el tsunami en Indonesia, donde las imágenes de móviles sirvieron para identificar a muchas víctimas.
Y aunque no falten prohibiciones a estos dispositivos, como en escuelas, ante los reiterados fraudes, o su quema pública, como sucedió en la India, donde se les acusó de aumentar la tasa de divorcios con los videos indiscretos, lo cierto es que esta nueva tecnología llegó para quedarse... e incluso perfeccionarse cada día.
Todo en uno
Cinco megapíxeles de resolución, un zoom óptico de 3x, autofoco, flash de xenón y una capacidad de almacenamiento que puede fácilmente superar un gigabyte. Estas son las características del Samsung SGH-G800, el último modelo del fabricante coreano que combina la funcionalidad de un móvil con las de una cámara compacta.
Este terminal, que además posee un estabilizador digital de imagen, modo reducción de «ojos rojos» y un sistema de detección de caras para mejorar el enfoque, permite también la impresión directa de las fotos, ya sea conectándose de forma inalámbrica a la impresora o mediante un cable USB.
El «telefonito», que comenzará a venderse en noviembre en Europa y Estados Unidos, pero que ya está en el mercado asiático, es una de las últimas creaciones en materia de combinación móvil-cámara, y a diferencia de sus similares anteriores tiene la mayoría de las prestaciones de una cámara digital de bolsillo.
Es, simplemente, una nueva expresión de la integración entre la industria de la telefonía y la de fotografía, que cada vez se vuelve una realidad más concreta, a la vez que negocio muy jugoso.
Como afirma en un artículo publicado en Zonezero el periodista Alexis Gerard, «la movilidad pronto será parte integral de todo producto y servicio relacionado con la imagen».
De hecho, la ola de nuevos productos parece darle la razón, pues hoy el 85 por ciento de los teléfonos móviles incorporan ya una cámara fotográfica, las cuales han evolucionado mucho desde su nacimiento en 1997. Su éxito ha sido tal, que en muchos lugares ya es común ver iluminarse la noche con los flashazos de los móviles, aunque todavía estén lejos de suplir a las cámaras fotográficas digitales, por la baja resolución que ofrecen.
Con una calidad cada vez más aceptable, estas cámaras móviles adolecen de óptica muy pobre, que si bien no garantiza una buena impresión, es suficiente para ver las imágenes en la computadora, o compartirlas con familiares y amigos por correo electrónico.
Además, como estos equipos también tienen la capacidad de grabar videos por un corto espacio de tiempo, y su calidad permite visualizarlos en la web, se ha desatado una fiebre de subir estos a Internet.
Zoom & flash
Aunque las mejoras de estos dispositivos se multiplican cada día, todavía existen avances engañosos en muchos de ellos, como la incorporación del zoom digital, un sistema para acercarse al objeto que se quiere retratar que, a diferencia del zoom óptico, en realidad empeora la calidad de la imagen.
También son muy débiles sus flashazos, con potencia muy escasa, por lo cual se recomienda sacar las fotos en entornos bien iluminados, so pena de perder gran parte de la información de la imagen.
Estas limitantes, unidas a la baja calidad, han hecho que el boom del intercambio de fotos y videos no haya crecido de forma tan explosiva como se auguró en un inicio.
Una recopilación de estudios realizados al respecto, elaborada por CanalPDA, revela que solo uno de cada 20 usuarios imprime las fotos o las publica en una web, y uno de cada cuatro las manda a otros en un mensaje. De hecho, son pocas las fotos que llegan a salir del móvil, ya que si bien un 60 por ciento de las personas tenían intención de mandar fotos a otros al comprar su teléfono, solo un 28 por ciento acaba haciéndolo.
Esto ocurre también, en gran medida, por las limitadas capacidades de conexión o por lo caro que estas resultan en muchos países.
No obstante, tanto operadoras telefónicas como fabricantes de dispositivos parecen estarse poniendo de acuerdo para mejorar la situación cada cual por su lado. Mientras unos aumentan el ancho de conexión y abaratan precios, otros han comenzado a plantearse muy en serio la fusión de cámara y móvil.
Docenas de compañías y laboratorios de investigación están explorando actualmente alternativas al tradicional lente hecho de vidrio, al igual que innovaciones en tecnologías de autoenfoque y zoom.
El Electronic Technology Institute de Corea, por ejemplo, ha diseñado un chip usando nanotecnología, que es 2 000 veces más sensible que los existentes, lo que le permite tomar fotos con solo una llama ardiendo. Por su parte Kodak, histórico fabricante de cámaras y material fotográfico, ha creado el sensor de imagen KAC-01301, pensado específicamente para teléfonos móviles.
También la francesa Varioptic diseñó el lente líquido Arctic 320, que funciona igual que el ojo humano, ya que cambia automáticamente de forma sin intervención mecánica; mientras Johnson Electric, de Hong Kong, ofrece un NanoZoom para teléfonos móviles, captador de tres megapíxeles de resolución y zoom continuo de tres aumentos con accionamiento silencioso.
Maquillaje On Line
Incluso los hay que se han ido por la «asesoría y ayuda» en diversos temas, utilizando para ello las fotografías de los móviles, como ha hecho Hewlett Packard. La empresa anunció recientemente que pondrá a disposición del público una nueva tecnología que funciona como un asesor experto en maquillaje, recomendándole a la persona qué debe aplicarse de acuerdo con la tonalidad de su piel.
Con el móvil la persona deberá tomar una fotografía de su cara junto a una carta de colores y luego enviarla mediante un mensaje multimedia a los laboratorios de HP, que en unos segundos le enviarán un mensaje con una adecuada sugerencia para su piel.
Miles de invenciones como esta se extienden cada vez más y entre los de la avanzada hay quienes ya han tratado de dotar a las cámaras fotográficas actuales con la posibilidad de enviar fotos de forma inalámbrica, utilidad que se busca ampliar para que sean a su vez capaces de transmitir correos electrónicos.
Las mejoras en el ancho y en el costo de las transmisiones, la velocidad de enfoque y disparo, la miniaturización y el perfeccionamiento del sistema de lentes, entre muchas otras, aparecen como retos tecnológicos actuales. No faltan tampoco las preocupaciones por la privacidad ante la profusión de estos dispositivos.
Lo que sí nadie duda es que las viejas cámaras de cajón, donde había que estar varios segundos sin moverse para que saliera la imagen, ya son objetos de museo, y que la «fotografía móvil», con una u otra tecnología, terminará por imponerse.
Fuente: Juventud Rebelde
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