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CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

lunes, 20 de agosto de 2007

Sexo, cuerpo y religión: temas de la exposición que trae el controvertido fotógrafo Andrés Serrano

Colombia.- Aunque se el considera un provocador, lo único que no está dispuesto a incluir en su trabajos fotográficos son niños desnudos, dijo el artista invitado al Festival de Fotografía Fotología 5 de Bogotá.
Serrano hizo estas aclaraciones en una mesa rodeado de las paredes barrocas del Museo Iglesia de Santa Clara.
Ese es el límite creativo de este neoyorquino de 57 años, alto, moreno, que sabe español porque su madre cubana hablaba poco inglés.
Buena su aclaración, pues Serrano ha hecho de la fotografía un medio para hallar la belleza donde otros encuentran el horror, lo sucio, el pecado y el tabú. Su mirada lo iba a llevar, ineludiblemente, al escándalo, a ser llamado provocador y cuestionado como artista.
Eso lo tuvo sin cuidado hasta que a finales de los años 80 mostró Piss Christ, una foto de un crucifijo en un vaso de orina. La obra fue premiada en un concurso en el que había fondos públicos. La muestra itineró por Estados Unidos, y alguien se quejó porque le pareció una ofensa grave al catolicismo. El reclamo llegó hasta el senador Jesse Helms, que armó un debate sobre si el Estado debía aportar para semejante tipo de arte. Eso catapultó a Serrano a la fama.
Sus obras de mujeres mayores desnudas con hombres jóvenes, de una mujer orinando a su pareja, de muertos en la morgue y de fluidos del cuerpo empezaron a dar la vuelta al mundo, aunque, como él dice, "hay museos de E.U. que aún no aceptan mi trabajo".
En Bogotá, además de la exposición en el Museo Iglesia de Santa Clara (serie La morgue), muestra parte de la serie Fluidos, en la sala Marta Traba de la Universidad de los Andes. Todo se llama Cuerpo Sagrado.
¿Cómo ve su obra?
Soy tradicional y del mundo de hoy. Mi trabajo trata de cosas de nuestro tiempo. Hago arte sobre lo básico en las personas: el sexo, la religión, el racismo, la pobreza. También hice una serie sobre E.U.
¿Se considera adentro o afuera del establecimiento?
Ni tan afuera ni tan adentro. He sido rechazado por ciertos círculos y tengo influencia del arte de E.U., aunque no soy tan aceptado para ser académico. Dicen que soy provocador y me odian por eso. Y cuando hago algo distinto, se ponen bravos.
¿Qué siente cuando lo atacan, como en el caso de Helms?
Al comienzo de la controversia con Piss Christ, Helms opinaba mal, pero él no sabe de arte y lo entendí. Lo que me dolió fue cuando llegaron ataques de personas del mundo del arte. Fueron muy duros y venían de gente que debía saber mejor lo que decía.
¿Influyó esa experiencia en el arte que hace?
Antes de Piss Christ no era muy conocido. Hiciera lo que hiciera, nadie se daba cuenta. Ahora, con la reputación de provocador, pienso más.
¿Es importante que la belleza y el concepto vayan juntos?
La calidad formal importa, pero me gusta que la obra diga algo y no sea solo bonita.
¿Qué busca en las fotos?
Con las personas busco un momento real, expresiones no esperadas. Fotografié a una sobreviviente del Holocausto. Ella tenía 9 años cuando mataron a su familia y se sentía culpable por sobrevivir. De pronto, empezó a reírse fuerte y tomé la foto. Una mujer que estuvo en la boca de la muerte y ahora se ríe de ella...
Busca la belleza donde otros no la ven, como en la morgue.
Para mí, es igual trabajar con muertos que con vivos. Los veo igual en la cámara. La idea es llevarlos a lo bello. Es difícil hallar la belleza en cosas que no la tienen. En la morgue la encontré al construir la imagen. En una puse un pañuelo rojo para tapar una parte de la mujer muerta y quedó como una pintura. Es de las que más me gusta. El médico que me dejó ir a la morgue vio la exposición y me dijo: "Vengo todos los días y no veía lo que me mostraste. Me enseñaste algo diferente".
En la serie 'América' toma fotos a gente común de E.U.
Después del 11 de septiembre, pasé tres años en esta serie en la que quería definir qué era ser estadounidense, pues ese ataque fue contra E.U. La mayor parte de personas eran de Nueva York. Hay aviadores, bomberos, uno que parecía un talibán (no lo era). Estuvo Larry Flynt (dueño de la revista para adultos Hustler). Llamé a Helms, pero sus asistentes dijeron que estaba enfermo. Al final del proyecto debía más de 140 mil dólares en la tarjeta de crédito.
¿Le gusta hacer su trabajo?
A veces me molesta. En la serie Fluidos los orines olían mal y hacía calor. Pero es un placer ver las fotos.
¿Qué quiere hacer ahora?
En algún momento haré otra cosa. No pensé en hacer dinero con la fotografía pero sí en mostrar el trabajo. Ahora necesito más público, no más dinero. También me gustaría que un Piss Christ llegará a un millón de dólares. Hace siete años subastaron uno en 3.000 (ríe). Quiero ser un artista del público, llegar a gente que nunca va a galerías ni a museos. Es mi público ideal.
Dijo que luego de 'Piss Christ' pensaba más. ¿Eso lo limita?
No me limito creativamente. No consulto lo que voy a hacer. Arriesgo. Como artista, tengo instinto y no pienso mucho. He subido a donde no esperaba, pero tengo que hacer lo que tengo que hacer, sin pensar en las consecuencias.

DIEGO GUERRERO
REDACTOR DE EL TIEMPO
Fuente: El Tiempo


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