Quickribbon

CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

domingo, 10 de junio de 2007

“La NOSTALGIA se hereda”

ENTREVISTA. EL FOTÓGRAFO AUDIO CEPEDA RECIÉN PUBLICÓ RETRATOS DE VIDA, SU PRIMER LIBRO
Texto: Alexis Blanco


Foto: EILYN VELÁSQUEZ / COMPOSICIÓN: MOIRA OLIVARES

“Mi oficio surgió como parte de una militancia. Después resultó una forma más de militar en la vida”. “Una familia que tiene un álbum fotográfico bien organizado permanece a través de una identidad propia”. “A mí nunca me interesó la fotografía”.

“Había participado durante años en la clandestinidad y la subversión y la fotografía fue lo único que me quedó”, dice el creador.

La fotografía protagoniza la vida de Audio Cepeda, porque su madre, Altamira, a cada uno de sus siete hijos (Eleazar, Ender, Maritza, Audio, Artemio, Balbina y Toño) le organizó siempre un álbum de imágenes.

La nostalgia —afirma el artista— es una condición heredada, un sentimiento profundo que él convirtió en asunto público, mediante un oficio de “imaginador de imágenes”, de rostros y perfiles que ahora presenta en forma de libro, el primero que edita, titulado Retratos de vida.

“Hoy, en este Puerto de Concha, a orillas de este río muerto inundado de plantas acuáticas, lanchas, cangrejos y racimos de plátanos, guardo mi máquina de hacer fotografías y, atrapado por la nostalgia heredada, evoco en un instante, a través de mi padre Antonio José, en tardes de aves migratorias y sentados en el frente de nuestra casa, en Santa Bárbara del Zulia”.

Audio nació en Maracaibo, pero su padre es oriundo de Garcitas, un pueblo devorado por el río del mismo nombre. El humor palpita en cada expresión del fotógrafo, hijo de Antonio Cepeda y Altamira Fernández.

Autodidacta “convicto y confeso”, Audio parece bromear cuando cuenta acerca de su formación: “No terminé el bachillerato, tampoco estudié fotografía. Había que trabajar. Fui cajero de un banco. Cosas de la vida”.

—En la vida de las personas siempre hay personas que ejercen gran influencia. ¿Quién fué en su caso?

—Pienso que eso le pasa a la gente que vive muchos años en un solo sitio y ese no fue mi caso. Mi padre poseía temperamento de gitano y vivía mudándose, entre Maracaibo y Santa Bárbara. Pasaba mucho por las crecientes del río Escalante, que obligaba a la gente a migrar a la fuerza. Hasta empezaban a aparecer los peces en la poceta.

—¿Cuánto lo marca esa situación de constante errancia?

—Viajábamos muchas veces en las piraguas, en un viaje de más de 13 horas. Recuerdo eso de mi niñez. A veces lo hacíamos en avión. Mi padre era un gran narrador y siempre contaba sus cosas de infancia, en Garcitas. Cuando uno escuchaba esas historias iba poniéndoles imágenes. Tengo muchos recuerdos que no viví. Por eso hablo de una nostalgia que no me pertenece, que es heredada, como decía.

—¿No es la memoria lo que nutre la identidad colectiva?

—Una familia que tiene un álbum fotográfico bien organizado permanece a través de una identidad propia, que los refiere, los signa. Hay que contarse las cosas. Mi madre siempre se ocupó de hacerlo. Cada uno de nosotros poseíamos ese álbum familiar de cada uno.

—¿No es ésa su plataforma de arranque como fotógrafo?

—Quizás sea eso. A mí nunca me interesó la fotografía. Soy honesto al decir esto. La primera vez que entré en un estudio fotográfico, lo hice en Santa Bárbara del Zulia, en casa de Quico, un amigo que me llevó, y jamás olvidé el olor del fijador, del hiposulfito. Cuando entré a un laboratorio para hacer un taller de fotografía, el olor me regresó de nuevo allá. Para mí la fotografía es olor. Tenía 40 años sin ver a Quico. La semana pasada lo encontré allá.

—¿Qué es entonces la fotografía para usted?

—Una veta. Arrancó con la militancia política. Era militante del Partido Revolucionario de Venezuela, PRV, de Douglas Bravo. Era guerrillero, no de armas, sino de apoyo, de enlace. Nunca fui un hombre de armas. Había necesidad de hacer un periódico, por supuesto, clandestino. Y se dictaron esos talleres de fotografía. Y otros de impresión y ese tipo de cosas. Participé por casualidad. Allí comenzó todo. Surgió como parte de una militancia. Después resultó una forma más de hacerlo. A finales de los 60. Nunca hice otra cosa.

—Son los años donde el compromiso social y político del artista era fundamental.

—A un artista que no fuese de izquierda nadie lo quería.

—Esa gente está ahora mismo en el poder. ¿Cuál es entonces ese compromiso?

—La fotografía funcionó igual que los partidos políticos de izquierda. Se dividió. Antes viví en Barquisimeto y regresé a Maracaibo. Mi único sueño era cambiar al país. Había participado durante años en la clandestinidad y la subversión y la fotografía fue lo único que me quedó. Supongo que me viene por esa vía. Dejé una militancia por otra.

—¿Cuál es la necesidad de hacer este primer libro, de retratos, con un perfil tan heterogéneo?

—Sabes que la fotografía fue inventada para retratar, para mantener a las personas en el tiempo. Cuando regresé me relacioné con los pintores del Zulia, a través de mi hermano, Ender, y comencé a hacer imágenes para ilustrar catálogos y apoyar el trabajo de todos esos creadores. Vivía de la fotografía, haciéndola una forma de expresión, pero, más allá, de comprender y de participar en el mundo. Ésa es la clave de todo.

—Coordina el Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio, Iaime. ¿Su convocatoria?

—Es la plataforma que guarda relación con los artistas visuales, con los pintores, escultores, diseñadores, etcétera. Con la gente de los museos. En este momento hacemos talleres en todos los municipios. Un proyecto educativo que se llama La cultura en curso. Para que la gente tenga conocimientos sobre la apreciación del trabajo estético. Ir más allá de eso. Ofrecer una perspectiva que erradique el analfabetismo visual. Que la gente comprenda y asuma con propiedad crítica esas lecturas de las obras, en su complejidad. Porque a través de la imagen nos han inoculado mucho veneno.


0 comentarios:

Template Design | Elque 2007

ir cabecerair cabecera