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CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

lunes, 3 de diciembre de 2007

Dos íntimos desconocidos

Los hermanos, en la galería de Madrid. /FOTOPRENSA

LALY RAMOS

Estado Español.- «Nuestro abuelo era un extraordinario fotógrafo y un pintor solvente, así es que, desde muy pequeños, supimos que se puede amar a la fotografía y a la pintura a la vez y no estar locos». Así comienzan presentando en el catálogo los hermanos Compairé su muestra de 26 pintografías, como ellos la denominan, compuestas a partir de retratos y figuras, a las que envuelven en una historia, en un cuento preciso creado para cada una de las obras. Una exposición que se inauguró ayer en la Galería Blanca Berlín, situada en el céntrico barrio de Conde Duque, de Madrid, y que permanecerá abierta hasta el 8 de enero.

Con el sugerente título de Íntimos desconocidos, «como una paradoja juguetona, porque nos conocemos pero somos desconocidos, y tanto uno como el otro somos el mismo, pero no somos el mismo», los hermanos Ángel y Jaime Compairé plasman en esta muestra personajes «de nuestra imaginería particular, como habitantes nuestros que podrían ser intercambiables», explican.

En sus obras juegan con imágenes, con la fotografía, con el óleo, con el acrílico, tratando de «crear algo hermoso», porque «nuestro íntimo deseo es hacer algo que no se haga, ese toque de que cada uno tiene un matiz especial a la hora de entender la obra de arte». Un matiz que, en definitiva, «es la belleza, el juego, el divertimento, y otra vez la belleza».

Cada una de las obras narra un pequeño cuento, que los autores desvelan bajo su título. Como, por ejemplo, Ángel Compairé explica en su Desaparecida niña número 6: «Resuelto el enigma de la desaparecida niña número 6: estaba al otro lado», o en su creación La Bella La Bella, donde dice «Por si fuera matemáticamente correcto elevar la belleza al cuadrado».

O en las de Jaime, quien puntualiza «que la belleza tiene que tener también un contenido», como la tituladaLas horas lentas, que representa un gato mirando a una mujer sentada, donde subtitula: «Según mi dueña, las horas lentas del día son las que van desde la caída del sol hasta que la muerte nos separe», o La domadora de pájaros, donde se lee: «Cuando un aparato enemigo derribó a su novio aviador, maldijo al cielo, colgó el uniforme de azafata y se hizo domadora de pájaros».

«Cada una de ellas -explica- son pequeñas historias, y es igual que la técnica que los que escribían relatos, o en la tradición oral contaban una pequeña historia». En cada obra «contamos a nuestra manera un pequeño cuento que imaginamos» al captar la imagen. «En realidad, -añade- son todas historias de pequeñas soledades».

Los hermanos Compairé explican que esta muestra une dos formas de ver las cosas al mismo tiempo y de distinta manera, una conjugación muy divertida entre uno y otro. «Yo veo un cuadro de mi hermano», comenta Jaime, «y digo creo que esto lo puedo incorporar, y me dice, no perdona tú, yo he incorporado algo tuyo con esas cosas». «Nos conocemos hace algún tiempo», bromea, y aunque tiene matices diferentes a la hora de concebir una obra de arte, «tenemos una forma muy parecida y distinta» frente a la creación.

«Mi hermano», dice Ángel, «creo que es más divertido, más juguetón, más naif, que yo que me pongo trascendente algunas veces, que me surge esa vena profunda». «A él le gusta mucho la belleza», responde su hermano Jaime, quien agrega que «forma parte de su personalidad que es muy espiritual». Pero, fundamentalmente, los dos puntualizan que en su obra lo que se respira «es un sentido de lo contemporáneo», es decir, deja latente el «sentir de que estamos vivos y que somos gente de nuestro tiempo».

La preparación de esta muestra es fruto de ocho meses de intenso trabajo para presentar «unas cuántas pintografías», que como ellos mismos explican, son «fotografías pintadas (o pinturas fotografiadas, vete tú a saber) de algunos personajes tan reales, tan de verdad, que no creemos que existan. Pero que, íntimos desconocidos hablan dentro de mi hermano y me temo que también dentro de mí».

Fuente: La Rioja


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