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CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

sábado, 24 de noviembre de 2007

«Seguir los pasos de El Cid a través de la fotografía ha sido una experiencia gratificante»

Gabriel Villamil dedica una serie de tres fotos al paraje de Los Ausines. / FOTOGRAFÍAS DE G. VILLAMIL

El reportero gráfico presenta un libro sobre los paisajes que recorrió Rodrigo Díaz de Vivar camino del destierro

J. ASUA J. A.

Sus cien fotografías reflejan espléndidamente una tierra y a un personaje. Gabriel Villamil, redactor gráfico de EL NORTE DE CASTILLA, ha aparcado el estrés de la actualidad para enfocar su objetivo a los paisajes que recorrió el héroe de Vivar. Ayer presentó en Intur un trabajo pausado que ha dedicado a sus hijas Lucía y Gabriela. Más de 6.000 kilómetros recorridos y un año buscando la luz y las sombras del destierro de El Cid.

-¿Cómo surgió la idea de seguir los pasos de El Cid?

-Muchos de los proyectos son casuales. Estaba haciendo una rata por provincias fotografiando Castilla y León cuando en un pueblo tomando un café leí en una revista una reportaje sobre la celebración del octavo centenario del Cantar del Mío Cid. Ahí partió la idea. Luego llegó el apoyo de la Junta.

-¿Cuál era su objetivo?

-Intentar evocar fotográficamente el destierro de El Cid a través de los paisajes que recorrió. Ha sido una experiencia muy gratificante

-Ha sido un año de trabajo. ¿cómo se organiza un fotógrafo de prensa, siempre con una agenda a tope, para sacar tiempo?

-Robándoselo a mi familia y aprovechando los días de descanso. He madrugado mucho y he recorrido más de 6.000 kilómetros. Ahora es el momento de agradecer a mi mujer y a mis dos hijas que hayan tenido tanta paciencia

-¿Qué es lo que más le ha sorprendido del personaje y de los paisajes?

-A lo largo de este tiempo son muchas las anécdotas, la gente que te encuentras y los paisajes con los que topas. Por ejemplo el paraje Los Ausines surgió al tomar una curva y me encontré con algo maravilloso que estaba ahí para que yo lo fotografiase. Los monjes del Monasterio de Cardeña me acogieron con todo su cariño o Félix Tormé, un vecino de Castillejo de Robledo, me dio una lección sobre las andanzas de El Cid y me abrió la iglesia para mostrarme los frescos que representaban las batallas de Rodrigo Díaz de Vivar. O María, que en Reoyo, uno de los muchos pueblos con dos iglesias pero sin bar, me invitó a unos huevos fritos con un buen café cuando me vio que muy de mañana estaba sacando fotografías. Han sido muchos momentos agradables. Incluso desayuné en Berlanga de Duero en el bar donde tocó la lotería . Lástima no haber cogido un décimo.

Un toque romántico

-¿Cambiar el trabajo estresante de la actualidad por una visión reposada le ha sentado bien?

-Sí, yo creo que es bueno limpiar los ojos y desintoxicarse de vez en cuando. A veces entras en una deformación profesional y no te paras a buscar o a mirar otras cosas. Es un libro de paisajes con un toque de romanticismo, muy pausado, sin estrés ni prisas.

-¿Le ha costado encontrar las luces, las sombras y las tonalidades que buscaba?

-Cada foto tiene su momento del día y he buscado la luz más adecuada para cada paisaje. A la mayoría de ellos he tenido que volver. En especial en Gormaz fue complicado. Iba a primera hora de la mañana y no lo conseguía, volvía a mediodía y tampoco, por la tarde tampoco. Luego me dí cuenta que había un camino de acceso a la fortaleza y desde ahí encontré la foto. Hay sitios a los que he ido cuatro o cinco veces.

-¿Tienes ya un nuevo proyecto fotográfico en mente?

-Siempre hay cosas en marcha. Yo soy un gran amante de Castilla y León. Obligarle a elegir tres fotos es un compromiso porque cada una tiene una historia, pero Gabriel que conoce la prensa, acepta el reto. El Monasterio de San Pedro de Cardeña se lo puso difícil. «Había que fotografiarlo porque es un punto de referencia en el camino del destierro de El Cid, pero no encontraba la luz», explica. Sus esfuerzos no daban fruto hasta que un buen día el templo recompensó su insistencia. «De repente surgió la niebla y dije esa es la foto».

El paraje de Los Ausines le dejó impactado «porque no te lo esperas». «Vas en coche por unas carreteras desiertas y en un momento al dar una curva te encuentras con eso, el paisaje es impresionante y el silencio también, es un entorno maravilloso», relata.

De Castillejo de Robledo le quedó grabada la figura de Félix Tormé, un sabio sobre la figura de Rodrigo Díaz de Vivar que ayudó al autor de las fotos a desentrañar los secretos de la ruta del héroe de Vivar.

La consejera de Cultura, María José Salgueiro destacó ayer, durante la presentación del libro en Intur, «la calidad y excelencia de la publicación» e incidió en la labor de difusión de los paisajes de la comunidad que realizan las fotografías de Gabriel Villamil .

Fuente: Norte de Castilla


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