Quickribbon

CITA mes de Diciembre 2008

La reproduccion de la obra de arte no solo esta condicionada por la manera de ver del fotografo, sino tambien por la del que mira la fotografia.

Gisele Freung (La fotografia como Documento Social)

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Manuel Vilariño, fotógrafo y poeta, obtiene el Nacional de Fotografía

EFE Manuel Vilariño, ganador del premio Nacional de Fotografía

MADRID. El fotógrafo y poeta gallego Manuel Vilariño fue galardonado ayer con el Premio Nacional de Fotografía, que reconoce una trayectoria personal «en la que desde la fotografía reflexiona sobre la vida, los ciclos vitales y el sentido del tiempo a través de su apasionada observación de la naturaleza. Sus obras, que poseen una gran calidad técnica -en sus composiciones, en sus efectos-, muestran un intenso sentido poético y filosófico», subrayó el jurado. El premio, concedido por el Ministerio de Cultura, está dotado con 30.000 euros.
El galardón fue concedido por un Jurado presidido por el director general de Bellas Artes, José Jiménez, e integrado por Pablo Pérez-Mínguez -ganador en la edición de 2006-, Cathy Coleman, Miguel Fernández-Cid, Oliva María Rubio, José María García Conesa, Rocío de la Villa y Elena Hernando, subdirectora general de Promoción de las Bellas Artes, que ha actuado como secretaria: «Mi obra es profundamente espiritual, tiene que ver con la poesía del conocimiento», aseguró, en declaraciones a Efe, Vilariño, quien reconoce que la noticia del premio le ha «sorprendido mucho», por su carácter de «artista periférico» y porque, de alguna manera, él vive «fuera del espectáculo». Pero agradece el galardón «sobre todo por el respeto y la admiración» que suscitan en él las personas que han formado parte del jurado.

El vuelo de las imágenes
Vilariño (A Coruña, 1952) es también poeta y sus versos han aparecido en diferentes publicaciones. «Trabajo con la poesía y la fotografía, con el vuelo de las imágenes. Para mí ser y ver es todo la misma cosa, pero, fundamentalmente, mi trabajo es fotográfico, aunque el territorio de lo imaginario es indivisible». Admirador de Gamoneda, Valente y San Juan de la Cruz, señala que «el mundo en el que se desenvuelve su fotografía es el de los símbolos, el de las metáforas, y el lenguaje fotográfico y el poético se unen en el territorio de lo imaginario. Es el mundo de la ausencia, mucho más que el de la presencia», subraya.
Manuel Vilariño comenzó a exponer como fotógrafo en una muestra colectiva en Ferrol en 1983, y más tarde en diversas ciudades de España, Europa y América. Su consagración le llegó en 2002 cuando el Centro Gallego de Arte Contemporáneo (CGAC) de Santiago de Compostela le dedicó una exposición. Su obra figura en el Museo Reina Sofía de Madrid, en el CGAC y en diversos centros de España, Europa y Estados Unidos.

La mirada de los astros
Ajeno a modas y convencionalismos, Manuel Vilariño sigue al trabajar «un camino propio, el camino de lo inclasificable». Entiende la fotografía «como documentar la existencia o la inexistencia, es decir, está en el límite que une la vida y la muerte». Vive en el bosque, a veinticinco kilómetros de La Coruña, porque la naturaleza «es muy importante» en su obra, y, a través de sus fotografías, trata de encontrar «un hueco de luz».
«Al desbrozar un camino en lo más profundo del bosque, aparecen cosas como el zumbido de un insecto, o simplemente el canto de un pájaro. Esa búsqueda es siempre azarosa», declara. «Desde siempre, mi mirada ha sido a la profundidad de los astros, a la noche, como también al bosque, tanto físico como simbólico», señala Vilariño que, de hecho, tiene una serie, «Emboscadura», con la que le rinde homenaje a una obra del mismo título de Jünger.
La reflexión que Manuel Vilariño hace en su obra «sobre la vida, los ciclos vitales y el sentido del tiempo a través de su apasionada observación de la naturaleza» es otro de los motivos que ha movido al Jurado a concederle el Nacional de Fotografía, junto con «la gran calidad técnica» de sus composiciones.

No trabaja por encargo
La exposición que le dedicó en 2002 el Centro Gallego de Arte Contemporáneo significó «un punto de inflexión» en su obra, aunque antes había expuesto ya en Nueva York o Londres. De todos modos, a Vilariño le gusta permanecer «un poco al margen del espectáculo», porque su obra «habla más de la luz interior y de la experiencia interior, de la experiencia de los límites», por decirlo en términos propios de la mística, aunque él no se considere místico, «ni mucho menos».
«Yo no hago fotografía comercial ni aplicada ni trabajos por encargo. Ese no es mi mundo. Soy un artista visual que utilizo soporte fotográfico», asegura. Vilariño es uno de los artistas que ha participado en «Paradiso Spezzato» («Paraíso fragmentado»), la muestra que representa a España en la Bienal de Venecia. Respecto a su Galicia natal, Vilariño se declaró «muy vinculado y marcado» por ella, pero también por «otros países como la India o Etiopía», donde también ha sentido «emociones muy profundas». Actualmente está trabajando «con bodegones y también con el paisaje auroral, el de la primera luz del día antes de que canten los pájaros. Ese momento del amanecer es lo que ahora mismo le interesa fotografiar».

Fuente: ABC.es


0 comentarios:

Template Design | Elque 2007

ir cabecerair cabecera