Fotógrafos por tradición
En la era de la imagen digital, sagas de retratistas como Sanchis, Llopis, Guirau o Lumer siguen inmortalizando a la sociedad valenciana en sus estudios profesionales
LOLA SORIANO
Estado Español (Valencia).- En una era multimedia y digital donde la cámara de fotos se ha 'democratizado' y todo el mundo presume de tener miles de imágenes digitales -que luego pocos revelan- o hechas con el teléfono móvil, el retrato profesional lucha por distinguirse como la máxima expresión de una obra artística.En Valencia la proliferación de estas cámaras, convertidas en un objeto más de consumo para el tiempo de ocio, está haciendo mella en los pocos estudios fotográficos de toda la vida que siguen atendiendo al público. De aquellas galerías podemos citar el estudio Sanchis, de 1901; Llopis, en Valencia desde 1913, Guirau, desde 1939, o Lumer.
La mayoría de ellos reconoce que se han tenido que sumar a la digitalización de la imagen para preservar unas firmas ineludiblemente ligadas a una saga de fotógrafos.
El estudio Sanchis de Valencia, en la calle Serranos, está regentado por Antonio Manuel Pérez Sanchis (Toni Sanchis) y Antonio Pérez-Sanchis Estal. El fundador fue Francisco Sanchis Muñoz (1901) y ahora son su nieto y bisnieto los que siguen inmortalizando en fotografías los momentos más significativos de la sociedad valenciana.
A final del XIX e inicios del XX "comenzaron a asentarse en Valencia pintores franceses que impulsaron galerías de fotografía y mi abuelo abrió una", comenta Sanchis.
En pleno centro de Valencia, se encuentra el fotógrafo de galería Julián Llopis, en la calle las Barcas. El iniciador de la saga fue José Llopis Sala, que se mudó desde Xixona y Cocentaina a Valencia en 1913. Así como en el caso de Sanchis se produjo un salto generacional de abuelo a nieto y bisnieto, la firma Llopis pasó de padre a hijo y a nieto.
Un tercer ejemplo es Guirau, que abrió sus puertas después de la Guerra Civil, en 1939 "primero como Ara, y en 1943 como Guirau", explica Guillermo Fernández. En sus orígenes este negocio contaba con dos socios: el industrial, Guirau, y el capitalista, Guillermo Fernández, que continúa al frente del estudio hasta hoy.
Cuando los fundadores de estas firmas emprendieron el negocio, recorrieron los pueblos de la Comunitat para retratar a sus habitantes. "En tiempo de mi abuelo se hacia bando avisando que iba a ir un fotógrafo y todo aquel que quería retratarse, que entonces era una cosa muy significativa, acudía a la cita", comenta Toni Sanchis.
Este mismo inicio es el que tuvo José Llopis Sala, en Cocentaina y Xixona, hasta que decidió instalarse en la calle de las Barcas de Valencia. "Primero estuvimos en un ático, porque entonces se hacían con luz natural y en este piso había muy buena iluminación. Luego, cuando el abuelo introdujo las luces júpiter de arco voltaico, ya se trasladó a otro piso de menor altura", explica Concha Llopis, nieta del fundador y hermana del actual Julián Llopis.
De la época dorada de la fotografía de estudio -principios y mediados del pasado siglo- Guillermo Fernández (Guirau) recuerda que mucha gente visitaba el estudio en el día de su boda. "Así como ahora es el fotógrafo el que acude a las celebraciones nupciales, entonces los novios se casaban y se acercaban al estudio en unos coches que se alquilaban en la plaza del Ayuntamiento. Había ciertas épocas del año en que no estaba permitido casarse, pero en los meses típicos, se podían juntar diecisiete coches haciendo cola", indica Guirau.
Fotógrafo de la Casa Real
Aunque estos primeros galeristas valencianos realizaban mucho trabajo de retrato en los estudios, se fueron especializando en distintos campos de la fotografía. El fundador del estudio Sanchis, por ejemplo, se dedicó a tomar imágenes de temas sobre el patrimonio artístico y trabajó para el Museo de Bellas Artes de Valencia, la Catedral o el Ayuntamiento. Fue esta faceta artística la que llevó a Sanchis Muñoz a ser fotógrafo de la Casa Real en época de Alfonso XIII. "Retrató el patrimonio artístico de la Casa Real, a los cuatro infantes (Alfonso, Beatriz, Cristina y Jaime) y a la reina Victoria Eugenia, en el Palacio y en la finca de La Quinta", explica Toni Sanchis.
En la saga Llopis, una especialización que les ha dado gran fama es la de retratos de valencianas. "Las décadas de los 50, 60 y 70 fueron la época dorada de las valencianas y ahora continuamos. Las vestíamos y peinábamos aquí en el estudio y se hacían muchas de grupo, por ejemplo, con la abuela y los nietos", describe el fotógrafo. Llopis recuerda que los valencianos, en cuanto tenían un día festivo, iban al estudio. "Abríamos incluso los domingos".
En el estudio de Llopis los telones para los retratos de los años 20 y los muebles centenarios (algunos del fotógrafo Antonio García) hacen de este espacio un lugar singular.
Una anécdota curiosa de Guirau, es que, junto al estudio, se encontraba el teatro Ruzafa, "y todos los artistas subían para que les hiciéramos un retrato", comenta Guillermo Fernández. En esta saga la especialidad ahora es fundir las fotografías con lienzos, las fotocomposiciones de caritas infantiles y la restauración de fotos antiguas.
A pesar de que primero las máquinas fotomatón y, luego las cámaras digitales, han influido en el cierre de estos estudios, el futuro de las sagas Sanchis -con Pérez-Sanchis Estal- y Guirau -con Guillermo Fernández nieto- está garantizado. Llopis, espera que su saga también encuentre un continuador.
Entre las firmas fotográficas que han inmortalizado a la sociedad valenciana y que ya no han continuado como galería fotográfica cabe citar a Juan Antonio Cuesta, Valentín Pla, Sauz, Desfilis, Vidal y Antonio García. Otros han cerrado los establecimientos recientemente como Derrey y Pérez Aparici.
Fuente: Las Provincias
Publicado por tylelly en 6:58:00
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