Primeros pasos

Grabado de una foto de Laurent, publicado en 'La Ilustración Española y Americana' en 1875. / UÑA

JOAQUÍN MARTÍN DE UÑA

Estado Español.- La fabricación de máquinas de imprimir de gran formato y considerable velocidad fueron dos realidades que abrieron la posibilidad de reproducir, en papel, un número importante de copias de páginas de distintos tamaños, que dieron lugar a la publicación de libros, folletos y periódicos asequibles a todas las fortunas. Sin embargo, y al desconocerse el sistema para reproducir en el papel las creaciones fotográficas, en las imprentas y redacciones de los periódicos se contaba con el trabajo de dibujantes y grabadores para ilustrar sus textos. Estos dedicaban su actividad a reproducir cuadros de los museos, si bien ajustándolas a su carácter creativo.

La aplicación de la fotografía en los talleres de 'Artes Gráficas' fue definitiva para el auge de la imprenta durante el siglo XX, que pudo incluir en sus libros e impresos de todo tipo (cartas, tarjetas, recordatorios,...) grabados que reforzaban lo escrito, siendo determinante de la aparición de publicaciones periódicas hasta llegar a la edición de los diarios.

Los primeros 'diarios', de pequeño formato y reducido número de páginas (cuatro en sus orígenes), comenzaron a editarse en 'gran formato' y vieron abierta la posibilidad de ampliar sus noticias diarias de carácter local con las enviadas por los primitivos teletipos, que surtían de noticias de los acontecimientos mundiales más importantes, y de ilustrar sus textos con fotografías de sus protagonistas o con escenas.

Junto a la prensa diaria comenzó a editarse otra de frecuencia mensual en la que las noticias y asuntos tratados lo eran con mayor extensión que en los periódicos, a los que añadían su análisis y crítica, así como un largo número de materias que los directores de estos periódicos juzgaban de mayor aceptación por parte de sus lectores, ilustrados lo más profusamente posibles con grabados realizados en bronce o en otros materiales.

El descubrimiento de unas planchas de aleación de aluminio sobre las que podían grabarse con toda fidelidad los originales fotográficos, supusieron la paulatina desaparición de los grabados, que cedieron protagonismo en las planchas de imprimir a los primeros clichés, montados sobre tacos de madera hasta alcanzar la altura de los tipos de letra y orlas de que se componían las citadas matrices.

Fueron los primeros fotógrafos quienes, después de ver su trabajo vuelto a crear por dibujantes y grabadores, se alzaron con el reconocimiento de su obra en las primeras publicaciones difundidas por el mundo.

Las fotografías que en Valladolid obtuvieron J. Laurent y los primitivos fotógrafos se publicaron primero como reproducciones de ilustradores (como la ilustración de este «recuerdo», tomado de la portada del número de 22 de mayo de 1875 de La Ilustración Española y Americana), más tarde directamente en tarjetas postales y posteriormente reproducidas en otras publicaciones. Especialmente en guías y anuarios vallisoletanos

Fuente: Norte Castilla