Los colores del mar

Un gusano de fuego que puede alcanzar 60 centímetros de longitud y que es muy difícil de encontrar, según explica Cooper / Pep Cooper

Estado Español.- Cuando Pep Cooper descubrió los colores del fondo marino se quedó fascinado. Este profesor de inglés que se expresa mejor en catalán que en castellano ha empapelado paredes y rincones del bar Don Quijote, en Sant Antoni, con sus fotografías submarinas, en las que asoman morenas, anémonas, cangrejos ermitaños, corales, pulpos, posidonia o los nudibranquios culpables de que el buceo se haya convertido en su pasión.
EIVISSA CRISTINA MARTÍN Lo más difícil fue escoger sólo cuarenta fotos de las miles de imágenes submarinas que Pep Cooper guarda en su ordenador, las últimas de hace sólo unos días. Todas reflejan el espectacular fondo marino de la costa situada entre ses Margalides y la reserva natural de los islotes de es Vedrà y es Vedranell, donde Cooper ha hecho ya 120 inmersiones. Este apasionado del buceo y la fotografía se muestra especialmente orgulloso de la imagen del gusano de fuego, «muy difícil de encontrar», según explica. Cooper sorprendió a esta extraña criatura -tan atractiva por sus colores como urticante, más que una medusa- en sa Bota, una seca (formación submarina que se eleva casi hasta el nivel del mar) situada a un kilómetro de es Vedrà. El tamaño de las fotos oscila entre 1,10 por 1,50 (la más grande) y 45 por 60 centímetros.

«Los nudibranquios son los que me engancharon al buceo», confiesa Cooper, recordando la impresión que le causaron estas criaturas minúsculas de colores fantásticos. Para este profesor de inglés, dueño de una academia en Sant Antoni, el buceo le abrió las puertas de un mundo fascinante y desconocido. Desde entonces, su objetivo es compartirlo con las personas que no pueden contemplarlo en directo, así como difundir la riqueza submarina de la costa ibicenca y llamar la atención sobre su fragilidad y la importancia de conservarla: «Tenemos una joya, es un patrimonio que deberíamos proteger más -sentencia-. He visto cosas que pocas personas pueden ver y las quiero mostrar».

Cooper nació hace 36 años en Belfast, pero desde pequeño ha pasado largas temporadas en la isla, donde se instaló hace ocho años. De hecho, se expresa con gran fluidez en catalán, mejor que en castellano (que también habla correctamente).

Fuente: Diario de Ibiza