Ruinas sin historia
Édgar A. Hernández
Mexico (PUERTO VALLARTA).- Si alguien le contara la delirante historia de que se deslizó en medio de un tobogán que cruza una pirámide maya y desemboca en una alberca llena de tiburones, seguramente pensaría que se trata de una broma de mal gusto. Lo mismo ocurriría si alguien más le narrara que vio en Tarragona, España, unos voladores de Papantla dentro de un zoológico que colinda con unas ruinas mayas.
El artista mexicano Rubén Ortiz-Torres, a través de su ensayo fotográfico The past is not what it used to be, da cuenta de este tipo de historias y de otras que resultan aún más absurdas, las cuales ha registrado desde hace cuatro años en ciudades de México, Estados Unidos, España, Las Bahamas, Japón, Suiza y Argentina, entre otros países, donde la réplica arquitectónica supera a la ciencia ficción.
En el marco del festival Puerto Vallarta Arte Contemporáneo 08, que concluyó ayer en esta ciudad, el artista mexicano radicado en Los Ángeles ofreció a Excélsior un adelanto de su trabajo fotográfico que circulará próximamente en México dentro del libro Sloppy border, bajo el sello de editorial Turner.
Las imágenes, que no tienen ningún tipo de alteración digital, fueron captadas en hoteles, balnearios, zoológicos y parques recreativos de todo el mundo, donde las réplicas de monumentos históricos se presentan sin respetar ningún discurso histórico, sino como simples escenografías que buscan atraer al visitante a través de un exotismo llevado al extremo.
“Cada vez que he mostrado estas imágenes lo primero que me dicen es que yo puse los tiburones bajo la pirámide o que monté el juego mecánico sobre la ruina, pero son cosas que existen en la realidad y que paradójicamente no son capaces de representar a la realidad misma, porque todo está teatralizado y convertido en un show absurdo”, explicó el artista.
Para darle un toque más alucinante a su trabajo, Ortiz-Torres imprimió sus imágenes con procesos antiguos como el platino o la cianotipia, para reproducir la mirada que tuvieron aquellos primeros exploradores europeos que en el Siglo XIX realizaban grandes expediciones para poder dar cuenta de estos antiguos tesoros.
“Yo hago fotografía de viaje, pero lo que busco son estos enloquecidos lugares que hablan de una globalización en la que ya nada tiene un valor real, porque ya no importa si puedes hacer un largo viaje a Yucatán para ver una ruina, ya que la puedes montar en Suiza o en Rusia e incluso hacerla más divertida”.
El artista explicó que si bien este tipo de espacios tienen a su máximo representante en Las Vegas, no le interesó capturar imágenes de esta ciudad de Nevada, pues lo que buscaba era mostrar cómo el mundo reproduce la estructura teatral de la llamada capital del juego.
“Muchas veces se ha planteado la muerte de la fotografía por su imposibilidad de reproducir la realidad, pero lo que estas imágenes demuestran es que ni la realidad misma es capaz de autorrepresentarse. Estamos ante la muerte del realismo en general”.
Y si todo esto no fuera lo suficientemente absurdo, explicó Ortiz-Torres, existen lugares, como un parque temático de la Tierra Santa que encontró en Conecticut, famoso en la década de los 60, el cual se encuentra abandonado y se ha convertido en una verdadera ruina de la réplica de otra ruina.
“Con el tiempo estas reproducciones van adquiriendo su propia historia y se vuelven verdaderos sitios históricos”, dijo el artista.
Fuente: EXonLine
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