Las fotografías pintadas de Renner conquistan el oratorio de Sant Feliu

La obra del artista austriaco provoca el desconcierto mediante escalas alteradas

Estado Español (PALMA).- La Galería Kewenig (Oratorio de Sant Feliu) acoge desde el próximo viernes las "fotografías pintadas" y "pinturas fotografiadas" del artista austríaco Lois Renner, una obra que provoca el desconcierto mediante escalas alteradas y que supera la división del arte en géneros.

De estilo inclasificable, Renner (Salzburgo, 1961) juega en la muestra "Ni contigo ni sin ti", que permanecerá en Palma hasta el próximo 13 de septiembre, con todas las posibilidades que brindan los diferentes géneros.

El artista austriaco altera la lógica de las relaciones entre objetos y se modifica la perspectiva mezclando, alternando e integrando la fugacidad de la fotografía con el carácter atemporal de la pintura.

Su raíz pictórica, evidente en las dimensiones de sus obras, es el principio y principal característica de Renner, que consigue presentar los C-Prints en Diasec como piezas únicas.

Según los organizadores de la muestra, Renner, catedrático de Fotografía Artística en la Escuela Estatal Superior de Representación de Karlsruhe, busca en sus fotografías el "instante fotográfico" en el que los modelos espaciales son "un cosmos", cuyos componentes se relacionan entre sí.

Todo un universo creado y diseñado por el propio artista que 'esculpe' sus fotografías, crea, literalmente y a golpe de martillo, sus escenarios y recicla sus creaciones en mil y una formas de arte, partiendo desde la maqueta básica pasando por la fotografía, la pintura, la escultura e incluso el videoarte como se puede comprobar en el vídeo.

Los trabajos de Renner están incluidos en las más importantes colecciones de todo el mundo; La Essl Collection, Agnelli Collection, Speyer Family Collection, Collection of the Landesbank Hessen Thüringen, UBS Art Collection, Collection of the DZ Bank, Thyssen-Bornemisza Contemporary Art Foundation, Rheingold Collection e innumerables museos austriacos.

Fuente: El Mundo