“A Guadalajara me une que tiene cultura fotográfica”
Por Laura Garrido
Desde principios de la década de los ochenta expone de forma regular sus fotografías, reconocibles por la intensidad con la que Pilar Pequeño capta la luz. En 1983 ganó la Abeja de Oro y ahora expone en Guadalajara una selección de sus trabajos, en la que recorre todas las series que componen su colección. En ellas, un motivo se repite de forma constante; la naturaleza es protagonista del trabajo de esta fotógrafa fiel al blanco y negro.
La exposición estará abierta hasta el próximo 29 de marzo en el Ateneo Municipal
La exposición estará abierta hasta el próximo 29 de marzo en el Ateneo Municipal
Pilar Pequeño habla con pasión de su trabajo, la misma con la que se acerca a la naturaleza para retratarla. Prepara concienzudamente cada una de sus fotografías, con paciencia, esperando que la luz natural sea la que busca.
Desde que cambiara la pintura y el dibujo por la fotografía, a principios de la década de los ochenta, buena parte de su vida la ha pasado detrás del objetivo. Pronto comenzó a exponer y en la actualidad sus imágenes cuelgan de paredes tan importantes como las del Centro de Arte Reina Sofía o el Instituto de Arte Moderno de Valencia, además de formar parte de colecciones privadas en América y Europa.
Tiene en el mercado publicados tres libros y en estos momentos prepara una exposición para 2009 en la que seguirá experimentando con los bodegones.
De momento, y hasta el próximo 29, la obra de Pilar Pequeño estará en el Ateneo Municipal, en la exposición organizada por la Agrupación Fotográfica.
P: ¿Un fotógrafo lo es las 24 horas del día?
Siempre está mirando, cuando vas de viaje, cuando andas por la calle, cuando estás en el jardín. Siempre estás encuadrando.
¿Deja de ser un trabajo para convertirse en una forma de vida?
Yo creo que sí. Sobre todo si como a mí te apasiona la fotografía.
¿Cómo empezó esta estrecha relación con la fotografía?
Al principio, durante muchos años, estuve dibujando. Sobre todo en pastel y en lápiz. Al igual que en la fotografía era un trabajo casi monocromo, con muy pocos colores o en blanco y negro.
Luego, a través del que en estos momentos es mi marido, empecé a conocer la fotografía. Durante un tiempo hice simultáneamente las dos cosas pero cada vez me fue apasionando más la fotografía, y ahora, prácticamente es todo lo que hago.
Ambas disciplinas están relacionadas...
Toda representación visual necesita una composición, una ordenación de líneas y planos que es igual en fotografía y en dibujo. Lo único, lo que sí ocurre, es que cuando estás componiendo tienes que pensar en el medio en el que lo estás haciendo. Por ejemplo en blanco y negro tienes que convertir mentalmente los colores en una gama de grises para saber como te va a quedar la fotografía después. En el dibujo vas incorporando, en el cuadro o en el papel, trazo a trazo, mancha a mancha. Sin embargo, en la fotografía lo haces todo a la vez, es decir, captas toda la escena en el mismo momento.
Me decía que fue su marido quién le introdujo en la fotografía. Entonces, ¿su formación fue autodidacta?
No. Lo que sucede es que yo he tenido un profesor que para mí ha sido muy cómodo. Lo tenía en casa. Luego sí que me he desarrollado y he tratado de ver muchas imágenes, también en pintura. Pienso que las artes no son individuales, si no que están en relación las unas con las otras, y es bueno conocer escultura, pintura, edificios... buscar, mirar y disfrutar.
Entonces, ¿se puede decir que la fotografía es el arte de mirar más allá de lo que el resto ve a primera vista?
Bueno, yo creo que cualquier arte, porque lo que estás haciendo es una interpretación de lo que estás sintiendo. No es una traducción literal de lo que estás viendo. Es el resultado de pasar eso por la mente del autor.
En su fotografía, ¿qué sentimientos son los que están más presentes?
Cuando veo una escena, o las flores, lo que quiero trasmitir es la belleza y el sentimiento que me está produciendo, que puede ser variado y depende de si estás alegre o triste.
Para transmitir eso, la luz es una de las cosas más importantes. Lo que trato de reflejar es la magia de la luz sobre los objetos.
Construyes los discursos fotográficos sobre todo con la luz, ¿pero también son fundamentales otros elementos como por ejemplo el encuadre?
Es todo. Normalmente el fotógrafo tiene que, a través del visor, hacer toda la composición. No se puede separar el contenido de la forma. Si quieres trasmitir algo, tienes que ordenar el espacio de manera que quede equilibrado o desequilibrado, en función de lo que busques. Y dentro de la composición está la escena lumínica, que para mí es una de las cosas más importantes porque es la que trasmite más sentimientos.
¿Cuáles son sus temas favoritos a retratar?
Sobre todo la naturaleza, en forma de flores o de reflejos de vegetación sobre una pared, por ejemplo. Pero siempre la naturaleza está presente en la mayoría de mis fotografías. Incluso en los interiores me asomo al exterior, a la naturaleza, a través de las ventanas y las puertas.
Blanco y negro “natural”
La pregunta se la habrán repetido hasta la saciedad, ¿por qué elige siempre el blanco y negro para sus trabajos?
El blanco y negro es una abstracción más y es una herramienta suplementaria de creación. A mí me gusta en muchas ocasiones jugar con la abstracción, como cuando me acerco mucho y el objeto deja de ser el que vemos para convertirse en otra cosa. Eso mismo ocurre con el blanco y negro. Estamos acostumbrados a ver todo en color, y representarlo en blanco y negro hace que se destaque la estructura y la forma de las cosas. Que las veamos como algo distinto, más íntimo, ahondando en su esencia.
¿Tiene alguna serie de fotografías en color?
Las fotografías familiares, las de viajes y cosas así, pero normalmente no empleo el color para la fotografía como creación. Por lo menos hasta el momento.
Todas sus fotografías son “naturales”, no emplea flash, ni filtros, ni luz artificial...
Sí. En la naturaleza lo que intento es conseguir la luz que quiero y pienso que podría estar muy bien al amanecer o al atardecer... y vuelvo cuando creo que la luz es la adecuada.
En estudio lo que hago es conseguir la luz que quiero, dirigiendo la luz natural o tamizándola. Es lo que más me gusta, crear la escena volumínica, una atmósfera.
Salto digital
Usted que es defensora de la fotografía más clásica, analógica, como ve el tratamiento digital, ¿un abanico de posibilidades o una simple alternativa?
Es una mera alternativa. La toma no varía, lo que cambia es el proceso y en vez de utilizar el laboratorio se trabaja en el ordenador.
En este momento la fotografía digital en color está muy desarrollada pero no tanto la de blanco y negro, no se ha acabado de conseguir, lo mismo que con el papel baritado en fotografía analógica.
Yo tengo una Nikon 35 milímetros analógica y revelo en el laboratorio que tengo en casa. Pero voy a empezar a probar la fotografía digital. Trabajaré también en 35 milímetros, pero lo que haré después es sentarme en el ordenador. Interpretaré el negativo como ahora lo hago, porque lo que no voy a hacer es duplicar imágenes, quitar elementos que aparecen en la fotografía. Es decir, voy a utilizar el ordenador de una manera muy similar a como ahora estoy trabajando con la ampliadora y el revelado.
¿Qué ha motivado este salto a la digital?
En la actualidad ya es complicado encontrar los líquidos, por ejemplo. Han dejado de fabricar muchas cosas. El papel baritado, ahora parece que vuelve, aunque hubo un momento difícil. Pero no se sabe cuánto va a durar y el precio que va a tener.
Hay que adaptarse a los tiempos. En fotografía, a lo largo de su historia, ha habido muchas modificaciones, desde el negativo de cristal... Lo que pasa es que esto ha sido muy rápido.
¿Cree que la fotografía analógica puede llegar a desaparecer?
Siempre va a haber, pero va a ser mucho más minoritaria. Ahora mismo, entre la gente que está empezando es muy raro que se pongan a aprender la analógica estando tan a mano la digital.
Lógicamente, dentro de poco, habrá fotógrafos que trabajen la analógica, como ahora todavía hay gente que hace platinotipias. Pero lo normal será la digital... o lo que aparezca a continuación.
¿Como es el procedimiento a la hora de enfrentarse a una fotografía?
Preparo el antes, el durante y el después. Por ejemplo, voy por el campo y cojo varias plantas y cuando llego a casa planteo si la voy a poner en un jarrón o si la voy a sumergir en agua, decido el fondo que voy a colocar, voy jugando con la luz... voy cambiando escenas hasta que en un momento determinado creo haber conseguido lo que estaba buscando. Luego, en el laboratorio, trato de potenciar eso que estaba persiguiendo. Corregir, mediante sobreexposiciones o tapados.
Trabajos publicados
Además, imparte talleres, jornadas y cursos.¿Enseñar también es aprender?
Hago proyecciones, charlas. Uno siempre está aprendiendo. Viendo tus fotografías, de repente te das cuenta de algo en lo que no te habías fijado, te sorprende y dices, pues esto sería interesante desarrollarlo en tus trabajos posteriores. Es un camino que vas recorriendo y unas cosas te van llevando a las siguientes.
Ha publicado además varios libros.
Sí, tengo varios libros publicados. Hay dos de Photo Bolsillo, editados por La Fábrica, que son unos libros pequeños que hacen un recorrido por la obra del autor. Ahora, la primera edición está agotada y acaba de salir la segunda. Además tengo otro editado por la Caja de San Fernando sobre la fotografía de las plantas en la naturaleza. Y este año se ha publicado otro de un viaje a la isla de Saint Martin, en las Antillas francesas.
¿Prepara algún otro?
No. En este momento estoy preparando una exposición de bodegones para 2009. Voy a seguir investigando en los bodegones. Voy a incluir paños, trapos, elementos que todavía no he incluido. Además, al mismo tiempo voy a empezar a probar con la fotografía digital, alternándola con la analógica, para comparar e ir aprendiendo.
Ahora expone en Guadalajara en la sede de la Afgu y en 1983 ganó la Abeja de Oro, ¿le liga algo más a Guadalajara?
Sí. No suelo participar en concursos pero lo hice en este con fotografías de la serie “Invernaderos” y me dieron la Abeja.
A Guadalajara me une que tiene cultura fotográfica. Su paisaje es muy bonito. Cuando estaba empezando me presenté a la Abeja de Oro. En esos momentos había muchos eventos fotográficos que se celebraban en el Palacio del Infantado. Ahí es cuando conocí a la gente de la Agrupación Fotográfica de Guadalajara. Ahora, cuando me propusieron volver a exponer me pareció muy interesante porque le tengo cariño a Guadalajara y a la agrupación.
Desde que cambiara la pintura y el dibujo por la fotografía, a principios de la década de los ochenta, buena parte de su vida la ha pasado detrás del objetivo. Pronto comenzó a exponer y en la actualidad sus imágenes cuelgan de paredes tan importantes como las del Centro de Arte Reina Sofía o el Instituto de Arte Moderno de Valencia, además de formar parte de colecciones privadas en América y Europa.
Tiene en el mercado publicados tres libros y en estos momentos prepara una exposición para 2009 en la que seguirá experimentando con los bodegones.
De momento, y hasta el próximo 29, la obra de Pilar Pequeño estará en el Ateneo Municipal, en la exposición organizada por la Agrupación Fotográfica.
P: ¿Un fotógrafo lo es las 24 horas del día?
Siempre está mirando, cuando vas de viaje, cuando andas por la calle, cuando estás en el jardín. Siempre estás encuadrando.
¿Deja de ser un trabajo para convertirse en una forma de vida?
Yo creo que sí. Sobre todo si como a mí te apasiona la fotografía.
¿Cómo empezó esta estrecha relación con la fotografía?
Al principio, durante muchos años, estuve dibujando. Sobre todo en pastel y en lápiz. Al igual que en la fotografía era un trabajo casi monocromo, con muy pocos colores o en blanco y negro.
Luego, a través del que en estos momentos es mi marido, empecé a conocer la fotografía. Durante un tiempo hice simultáneamente las dos cosas pero cada vez me fue apasionando más la fotografía, y ahora, prácticamente es todo lo que hago.
Ambas disciplinas están relacionadas...
Toda representación visual necesita una composición, una ordenación de líneas y planos que es igual en fotografía y en dibujo. Lo único, lo que sí ocurre, es que cuando estás componiendo tienes que pensar en el medio en el que lo estás haciendo. Por ejemplo en blanco y negro tienes que convertir mentalmente los colores en una gama de grises para saber como te va a quedar la fotografía después. En el dibujo vas incorporando, en el cuadro o en el papel, trazo a trazo, mancha a mancha. Sin embargo, en la fotografía lo haces todo a la vez, es decir, captas toda la escena en el mismo momento.
Me decía que fue su marido quién le introdujo en la fotografía. Entonces, ¿su formación fue autodidacta?
No. Lo que sucede es que yo he tenido un profesor que para mí ha sido muy cómodo. Lo tenía en casa. Luego sí que me he desarrollado y he tratado de ver muchas imágenes, también en pintura. Pienso que las artes no son individuales, si no que están en relación las unas con las otras, y es bueno conocer escultura, pintura, edificios... buscar, mirar y disfrutar.
Entonces, ¿se puede decir que la fotografía es el arte de mirar más allá de lo que el resto ve a primera vista?
Bueno, yo creo que cualquier arte, porque lo que estás haciendo es una interpretación de lo que estás sintiendo. No es una traducción literal de lo que estás viendo. Es el resultado de pasar eso por la mente del autor.
En su fotografía, ¿qué sentimientos son los que están más presentes?
Cuando veo una escena, o las flores, lo que quiero trasmitir es la belleza y el sentimiento que me está produciendo, que puede ser variado y depende de si estás alegre o triste.
Para transmitir eso, la luz es una de las cosas más importantes. Lo que trato de reflejar es la magia de la luz sobre los objetos.
Construyes los discursos fotográficos sobre todo con la luz, ¿pero también son fundamentales otros elementos como por ejemplo el encuadre?
Es todo. Normalmente el fotógrafo tiene que, a través del visor, hacer toda la composición. No se puede separar el contenido de la forma. Si quieres trasmitir algo, tienes que ordenar el espacio de manera que quede equilibrado o desequilibrado, en función de lo que busques. Y dentro de la composición está la escena lumínica, que para mí es una de las cosas más importantes porque es la que trasmite más sentimientos.
¿Cuáles son sus temas favoritos a retratar?
Sobre todo la naturaleza, en forma de flores o de reflejos de vegetación sobre una pared, por ejemplo. Pero siempre la naturaleza está presente en la mayoría de mis fotografías. Incluso en los interiores me asomo al exterior, a la naturaleza, a través de las ventanas y las puertas.
Blanco y negro “natural”
La pregunta se la habrán repetido hasta la saciedad, ¿por qué elige siempre el blanco y negro para sus trabajos?
El blanco y negro es una abstracción más y es una herramienta suplementaria de creación. A mí me gusta en muchas ocasiones jugar con la abstracción, como cuando me acerco mucho y el objeto deja de ser el que vemos para convertirse en otra cosa. Eso mismo ocurre con el blanco y negro. Estamos acostumbrados a ver todo en color, y representarlo en blanco y negro hace que se destaque la estructura y la forma de las cosas. Que las veamos como algo distinto, más íntimo, ahondando en su esencia.
¿Tiene alguna serie de fotografías en color?
Las fotografías familiares, las de viajes y cosas así, pero normalmente no empleo el color para la fotografía como creación. Por lo menos hasta el momento.
Todas sus fotografías son “naturales”, no emplea flash, ni filtros, ni luz artificial...
Sí. En la naturaleza lo que intento es conseguir la luz que quiero y pienso que podría estar muy bien al amanecer o al atardecer... y vuelvo cuando creo que la luz es la adecuada.
En estudio lo que hago es conseguir la luz que quiero, dirigiendo la luz natural o tamizándola. Es lo que más me gusta, crear la escena volumínica, una atmósfera.
Salto digital
Usted que es defensora de la fotografía más clásica, analógica, como ve el tratamiento digital, ¿un abanico de posibilidades o una simple alternativa?
Es una mera alternativa. La toma no varía, lo que cambia es el proceso y en vez de utilizar el laboratorio se trabaja en el ordenador.
En este momento la fotografía digital en color está muy desarrollada pero no tanto la de blanco y negro, no se ha acabado de conseguir, lo mismo que con el papel baritado en fotografía analógica.
Yo tengo una Nikon 35 milímetros analógica y revelo en el laboratorio que tengo en casa. Pero voy a empezar a probar la fotografía digital. Trabajaré también en 35 milímetros, pero lo que haré después es sentarme en el ordenador. Interpretaré el negativo como ahora lo hago, porque lo que no voy a hacer es duplicar imágenes, quitar elementos que aparecen en la fotografía. Es decir, voy a utilizar el ordenador de una manera muy similar a como ahora estoy trabajando con la ampliadora y el revelado.
¿Qué ha motivado este salto a la digital?
En la actualidad ya es complicado encontrar los líquidos, por ejemplo. Han dejado de fabricar muchas cosas. El papel baritado, ahora parece que vuelve, aunque hubo un momento difícil. Pero no se sabe cuánto va a durar y el precio que va a tener.
Hay que adaptarse a los tiempos. En fotografía, a lo largo de su historia, ha habido muchas modificaciones, desde el negativo de cristal... Lo que pasa es que esto ha sido muy rápido.
¿Cree que la fotografía analógica puede llegar a desaparecer?
Siempre va a haber, pero va a ser mucho más minoritaria. Ahora mismo, entre la gente que está empezando es muy raro que se pongan a aprender la analógica estando tan a mano la digital.
Lógicamente, dentro de poco, habrá fotógrafos que trabajen la analógica, como ahora todavía hay gente que hace platinotipias. Pero lo normal será la digital... o lo que aparezca a continuación.
¿Como es el procedimiento a la hora de enfrentarse a una fotografía?
Preparo el antes, el durante y el después. Por ejemplo, voy por el campo y cojo varias plantas y cuando llego a casa planteo si la voy a poner en un jarrón o si la voy a sumergir en agua, decido el fondo que voy a colocar, voy jugando con la luz... voy cambiando escenas hasta que en un momento determinado creo haber conseguido lo que estaba buscando. Luego, en el laboratorio, trato de potenciar eso que estaba persiguiendo. Corregir, mediante sobreexposiciones o tapados.
Trabajos publicados
Además, imparte talleres, jornadas y cursos.¿Enseñar también es aprender?
Hago proyecciones, charlas. Uno siempre está aprendiendo. Viendo tus fotografías, de repente te das cuenta de algo en lo que no te habías fijado, te sorprende y dices, pues esto sería interesante desarrollarlo en tus trabajos posteriores. Es un camino que vas recorriendo y unas cosas te van llevando a las siguientes.
Ha publicado además varios libros.
Sí, tengo varios libros publicados. Hay dos de Photo Bolsillo, editados por La Fábrica, que son unos libros pequeños que hacen un recorrido por la obra del autor. Ahora, la primera edición está agotada y acaba de salir la segunda. Además tengo otro editado por la Caja de San Fernando sobre la fotografía de las plantas en la naturaleza. Y este año se ha publicado otro de un viaje a la isla de Saint Martin, en las Antillas francesas.
¿Prepara algún otro?
No. En este momento estoy preparando una exposición de bodegones para 2009. Voy a seguir investigando en los bodegones. Voy a incluir paños, trapos, elementos que todavía no he incluido. Además, al mismo tiempo voy a empezar a probar con la fotografía digital, alternándola con la analógica, para comparar e ir aprendiendo.
Ahora expone en Guadalajara en la sede de la Afgu y en 1983 ganó la Abeja de Oro, ¿le liga algo más a Guadalajara?
Sí. No suelo participar en concursos pero lo hice en este con fotografías de la serie “Invernaderos” y me dieron la Abeja.
A Guadalajara me une que tiene cultura fotográfica. Su paisaje es muy bonito. Cuando estaba empezando me presenté a la Abeja de Oro. En esos momentos había muchos eventos fotográficos que se celebraban en el Palacio del Infantado. Ahí es cuando conocí a la gente de la Agrupación Fotográfica de Guadalajara. Ahora, cuando me propusieron volver a exponer me pareció muy interesante porque le tengo cariño a Guadalajara y a la agrupación.
Fuente: Guadalajara dos mil
































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