Una manera de reflejar la soledad y la angustia terrenales

Reflejar la idea de la soledad y la angustia de los seres humanos son las temáticas que han centrado la última producción del fotógrafo conejero Rubén Acosta (Lanzarote, 1976).

Este joven creador, que ya ha cosechado varios premios por su obra, se licenció en Ciencias de la Imagen por la Universidad Complutense de Madrid, además de hacer un Master en Fotografía y numerosos cursos prácticos.

Este creador, al que gusta titular cada una de sus colecciones y correspondientes imágenes con diferentes nombres, "es un elemento más de la obra", ha expuesto de forma individual en su isla natal, en Madrid, Zaragoza y Valencia, donde presentó la serie "Calma", además de haber participado en más de media docena de colectivas.

Este inquieto fotógrafo ha sido galardonado con premios como los del Certamen de Jóvenes Artistas de Lanzarote y el Premio Futuro Máster de Fotografía en Madrid, además de haber sido seleccionado en el apartado "Descubrimientos " de PhotoEspaña.

Sus ansias de aprender y experimentar también le han llevado a ser comisario de exposiciones del Certamen de Jóvenes Artistas de Lanzarote para el proyecto Atlántico de Arte Digital, que recorrió Lanzarote, Tenerife, La Palma, Madeira, Azores y Cabo Verde. También ha aportado su visión del arte fotográfico en la Bienal Off FotoArs, con propuestas de diseño gráfico, videocreación, fotografía digital y acciones de arte público.

La sinceridad presente en las imágenes captadas por este artista es también un reflejo de su personalidad. Él mismo asegura que tiene necesidad de exponer su trabajo como un escritor la tiene de escribir. Es claro cuando afirma con respecto a la serie "Calma" que "he tratado de reflejar una calma tensa, intrigante y angustiosa", además de transmitir esa "angustia calmada". Esta colección reúne a personas aisladas en espacios privados como casas, o espacios públicos como la red del metro.

Su intención es que el espectador "llegue a sentirse solo, aunque sea sólo por un momento", puntualiza Acosta, quien añade que "cojo a una persona y la pongo en un estado de ánimo y espacio en el que ya he estado antes".

Fuente: El Dia