Las tres muestras ocuparán en los próximos días las salas del histórico museo, que busca convertirse en un referente cultural de la gran metrópoli.

México, D.F.- Para celebrar el 43 aniversario del Museo de la Ciudad de México, las figuras de Diego Rivera, a 50 años de su muerte; Frida Kahlo, en el centenario de su nacimiento, y Spencer Tunick, antes de su desnudo masivo en el Zócalo, confluyeron la víspera durante la inauguración de tres exposiciones en el recinto.
Inauguradas por la secretaria de Cultura del gobierno del Distrito Federal, Elena Cepeda, las muestras “Rivera. El color de los murales”, “Nunca te olvidaré… Frida Kahlo en la mirada de Nickolas Muray” y “Tunick antes del Zócalo”, ocuparán en los próximos días las salas del histórico museo, que busca convertirse en un referente cultural de la gran metrópoli.
La primera exposición está integrada por una serie de pequeños fotograbados firmados por el propio Rivera, en los que se reproducen detalles de los murales realizados en la Universidad de Chapingo, la Secretaría de Educación Pública, el Palacio Nacional y el Palacio de Cortés, sito éste en Cuernavaca, Morelos.
En los cuadros, montados sobre caballetes, se aprecian con fina calidad los detalles de sus trazos, colores, volumen y sombras que el artista plasmo como parte del movimiento muralista, inaugurado en México después de la Revolución y que fue protagonizado también por José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
Contigua se encuentra la muestra de quien fuera su esposo, Frida Kahlo, que acapara la atención de los visitantes a través de las diferentes imágenes a color y blanco y negro que le tomará el fotógrafo estadounidense Nickolas Muray durante el periodo en el que estuvieron sentimentalmente juntos, después del divorcio de la pintora con el muralista.
Imágenes tomadas en la casa de Frida en Coyoacán, la casa de Diego Rivera en San Angel Inn y la casa de los Covarrubias, en Tizapán, así como en Barbizon, hotel de Nueva York, y los estudios del fotógrafo en Estados Unidos, conforman la muestra que será exhibida hasta el 23 de diciembre próximo.
La relación de la pintora con Muray ocurre en 1935, cuando Kahlo sabe de la infidelidad de Diego con su hermana Cristina, situación que provoca su separación por primera vez y que la artista viaje sola a Nueva York.
En la ciudad de los rascacielos se encuentra con el fotógrafo, quien abrigaría esperanzas de casarse con ella, mismas que se frustran tras la reconciliación de los artistas en 1940.
Por su parte, la exposición “Tunick antes del Zócalo”, instalada en la parte alta del edificio histórico, se conforma con un total de 27 fotografías y un video, así como diversas notas de prensa de los trabajos que a partir de 1992 ha realizado el artista estadounidense por diferentes partes del mundo, retratando cuerpos desnudos.
La intención de la exposición, es mostrar el trabajo de Tunick antes del realizado en la principal plaza del país, donde reunió a más de 18 mil personas: “quien no recuerda esos días previos a la fotografía de Tunick, que nos decían `pero ustedes porque van a dejar que haga una fotografía de desnudos en el Zócalo’”, recordó Cepeda.
Con la fotografía multitudinaria en la Plaza de la República “no era fácil y, bueno, lo logramos, fue un éxito y la Ciudad (de México) se colocó como una ciudad cosmopolita”.
Las tres exposiciones celebran el aniversario del recinto que, como señaló Guadalupe Lozada, titular de la Coordinación de Patrimonio de la Secretaría de Cultura local, “está cumpliendo hoy 43 años de vida, hace 43 años que el Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya pasó a formar parte del acervo de la ciudad.
“Dejó de ser una antigua casa de vecindad que servía a veces como escenario para películas mexicanas; a partir de entonces este museo es el reflejo de la ciudad en la que vivimos todos”, concluyó.
La importancia del edificio fue reconocida en 1931, cuando se le declaró patrimonio nacional y en 1960 el entonces Departamento del Distrito Federal decretó que el inmueble se convertiría en la sede del Museo de la Ciudad de México.
Para adecuarlo a su nuevo uso, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, proyectista del Museo Nacional de Antropología y el Estadio Azteca, entre otros, llevó a cabo una remodelación, en la que las antiguas habitaciones se convirtieron en salas de exhibición y el 31 de octubre de 1964 fue inaugurado como museo.
Notimex

Fuente: El Milenio