«Se está exagerando en grandes edificios que no sirven para nada»
Enrique Granell, en la exposición
«Las ciudades son uno de los mejores observatorios que tenemos para definir nuestro mundo»
ENRIQUE GRANELL TRÍAS ARQUITECTO, INAUGURA UNA EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA SOBRE PRAGA EN LA CÁTEDRA JOVELLANOS
C. JIMÉNEZ
Estado Español.- Enrique Granell Trías inauguró ayer en Gijón la exposición «Praga en la voz de Holan». Este arquitecto de origen catalán, formado en la escuela de Rafael Moneo y dedicado a la fotografía desde hace una década, dictó ayer una conferencia en la Cátedra «Jovellanos» de Extensión Universitaria acerca del arte fotográfico y su relación con la ciudad.
-¿Por qué una exposición fotográfica sobre Praga?
-Me gusta viajar a diferentes sitios y hago muchas fotografías. Praga me gustó mucho y repetí viaje en varias ocasiones. Es algo así como la tradición de los libros de fotos de los clásicos.
-¿Y qué ha visto en la ciudad?
-La ciudad nunca está quieta, ya lo decía Baudelaire. Cambia en un instante y en el caso de la fotografía se convierte en una imagen del pasado. No es más que un instante congelado de ese lugar. A veces he llegado a considerarme un asesino al retratar espacios que desaparecían en un instante, incluso para la siguiente fotografía.
-La pintura y la fotografía contemporáneas parecen haber tomado caminos separados.
-Hoy apenas queda pintura fotografía, quizá por eso se mantiene la fotografía. El arte ha delegado en lo no figurativo. Pese a todo, en el pasado tampoco podíamos hablar de una realidad fidedigna, lo figurativo de muchos clásicos no era más que una realidad inventada. No hay más que ver «Las Meninas» de Velázquez. En el cine, en cambio, es necesario inventar una historia, no sirve la imagen por sí sola. El encanto de la fotografía es que no necesariamente requiere de una historia.
-¿Qué aporta la vida de la ciudad al fotógrafo?
-La ciudad es uno de los observatorios que tenemos para definir el mundo. Es el lugar de lugares. Si la atomizamos ofrece infinitas posibilidades. En el paisaje no tenemos eso.
-¿Qué es para usted la fotografía?
-Es algo un poco secreto. A veces llevamos como fotos algo que no lo son, por ejemplo las imágenes familiares que tomamos cuando salimos de viaje. La primera característica de la foto es que se trata de una imagen que alguien hace y quiere que sea foto. Ahora estamos en un momento de técnicas nuevas y diferentes por la introducción de las técnicas digitales.
-¿Quiénes han sido sus maestros?
-Al principio comencé de forma autodidacta, en el año 1999, pero pronto me di cuenta de que no podía seguir así y fui a buscar un maestro. Todo lo que sé me lo enseñó Humberto Rivas. Recuerdo que siempre me decía: «No dispares hasta que no esté todo como tú quieres». Y así lo hacía. Para mí la improvisación no existe. En este sentido me gusta seguir a los clásicos.
-¿Han roto el encanto de la fotografía tradicional estas nuevas técnicas?
-Se verá en la evolución posterior. No creo que sea ni mejor ni peor. Ahora prima la estética de la imagen mal hecha y la imagen equivocada. Se busca el error pero también existen múltiples técnicas de retoque.
-¿Qué opina del trabajo de los fotoperiodistas modernos?
-He notado que el fotoperiodismo de alto nivel se está adaptando a la fotografía artística. Por ejemplo, no sé si el Papa controla las fotografías que le hacen, pero en las que salen publicadas se aprecia una especie de aura muy trabajada. También lo hacen con los presidentes del Gobierno, sobre los que se busca aportar nuevas lecturas sólo con la imagen. El fotoperiodista lee o interpreta el mundo a través de la imagen y eso es en definitiva lo que debe ser la imagen.
-Y como profesional de la arquitectura, ¿cuál es su opinión acerca de la realidad del sector en España?
-Hay cosas buenas y malas. El problema que hay ahora es que se está exagerando en hacer construcciones de grandes edificios que no sirven para nada. Está bien tener un auditorio, pero ¿de qué nos sirve si a lo mejor en esa ciudad no existe una orquesta? Me parece un mal uso de la arquitectura en el momento en que no sirve para los fines con los que se creó.
-Se formó en la escuela de Rafael Moneo. ¿Eso marcó su trayectoria profesional?
-Rafael Moneo me enseñó todo lo que sé hoy sobre arquitectura. Le tengo un gran cariño. Fue el profesor de todos los de mi generación.
Fuente: La Nueva España.
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