Lo mejor de Man Ray está en A Coruña
Fueron precisos cinco años de trabajo para reunir las piezas que se exponen en A Coruña · Autor:Amador Lorenzo
La Fundación Caixa Galicia inauguró ayer la muestra “Despreocupado, pero no indiferente”, que pasa por ser una de las exposiciones más completas de Man Ray. Además de buena parte de las fotografías que lo hicieron famoso, se pueden contemplar dibujos, colages, esculturas y hasta muebles. Fueron precisos cinco años de trabajo para conseguir reunir los objetos del polifacético creador.
MARTA GARCíA MáRQUEZ > A CORUñA
Estado Español.- Cuando Man Ray murió, su tumba tenía una pequeña cruz que apenas se veía. Diez años más tarde, su mujer y musa Juliet recuperaba el cadáver para compartir nicho con el que estuvo a su lado en París, Nueva York, en Los Ángeles y otra vez de vuelta en París. Fue entonces cuando inscribió la frase "Despreocupado, pero no indiferente". Explica John Jacob, el comisario de la exposición, que no hay una frase que mejor lo defina porque "era increíblemente prolífico como artista pero aún así lo dejaba ir todo".
Hoy sus herederos se forman en un trust para conservar lo que queda de su obra. Y de su legado surgen las 352 piezas como una caja de sorpresas donde el público va aprendiendo matices, detalles que lo hacen grande entre el dadá y el surrealismo, situándose siempre a cierta distancia igual que todos los genios.
La exposición deja ver el proceso. De la fotografía que se convierte en dibujo y del dibujo que acaba siendo un mueble para su casa: "Se trata de conocer algo sobre Man Ray por medio de variaciones de obras conocidas y otras que no lo son tanto", comentó Jacob. Y la caja de sorpresas va soltando paquetes que envuelven a un artista que llegó a París en los 20 y se preocupó por inmortalizarlo, del universo de personajes que pintó con su cámara, un retrato de Hemingway, otro de su hijo Bumpy, uno más serio de Stravinsky y uno de Kiki de Montparnasse, la musa de muchos que pasó a ser icono del artista con "Negro y blanco". Después está su pintura fragmentada como el presagio de una guerra que le haría a escapar a Nueva York y de ahí a Los Ángeles, donde se introduce en la fotografía de moda y se encuentra con Ava Gardner. Y Juliet que siempre está como su sombra. La muestra deja ver al Man Ray dibujante en bocetos que "me dejan sin aliento", comentaba Jacob, "estoy seguro que siempre estaba dibujando". Y como pintor quería ser respetado.
Un apartado muestra máscaras que evitan la realidad y el ojo de Juliet. Más adelante está "Pan azul" que Jacob descubrió revolviendo entre las propiedades del Trust. Después inventa técnicas de revelado y escribe un borrador de su autobiografía. Man Ray se despide pintando objetos frágiles. Un sombrero y un bastón. El resto del retrato lo compone el espectador con la caja de sorpresas. Un proyecto que ve la luz después de cinco años.
Fuente: El Ideal Gallego
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